2. Sin querer.

654 31 2
                                    

-¡Gia!-Escuchó gritar mi nombre, ni bien lo oigo comienzo a buscar a Ale con la mirada.

Hay muchas personas tantas que no logró identificar el lugar de donde viene la voz de Ale. De pronto todos en el comedor se quedan en un silencio sepulcral, se quedan observando la puerta principal, regreso a mirar para ver qué puede ser tan impactante y los veo.

Un grupo de cuatro chicos está entrando muy dramáticamente, el que los encabeza es el chico de cabello negro, ojos del mismo color, negros como la oscuridad absoluta tan negros que intimidan y seducen al mismo tiempo, con tan solo verlo puedo sentir la intensidad del fuego en ellos, es alto muy alto, de mirada profunda, penetrante y fuerte que por cierto parece mirar a la nada. Su atuendo es lo que llama mi atención si no me equivoco es la misma ropa con la que vi al chico que salió de la secretaría.

El otro chico es un rubio lacio que tiene una sonrisa encantadora, tiene los ojos azules y como el primero es alto.

El tercer chico es castaño, ojos cafés y tiene una mirada triste su piel blanca como un papel me hace recordar, él es el chico de literatura, sí es él tiene el mismo perfil.

Y por último está el otro chico que vi en clase, él que tenía un lápiz en la boca el chico de la sonrisa acosadora, es alto, de piel blanca, su cabello es entre ondulado y lacio, sus ojos son verdes y al igual que el segundo chico tiene una sonrisa radiante, todos se quedan observando mientras entran y terminan de acomodarse en una mesa del fondo, sólo cuando recién se sientan los demás vuelven a lo suyo.

Me quedo observando, todos son muy guapos y su aura está llena de misterio. El que definitivamente me llama más la atención es el de ojos negros es el único de los cuatro que no está haciendo nada, sólo tiene la mirada fija en la mesa.

El chico rubio conversa animadamente con el chico de ojos verdes y el castaño está escribiendo alguna tarea, supongo. Todos parecen ser un enigma siento una extraña sensación de acercarme a ellos, de descubrir todo lo que hay detrás, quiero acercarme.

Entonces me doy cuenta del chico de ojos verdes intensos que me está mirando fijamente, la sensación no puedo controlarla quiero ir hacia ellos, tengo que ir. Alguien toca mi cintura, volteo Ale está sonriéndome.

-¡Hola!-Me dice muy alegre.

-¿Dónde has estado? Mi día entero ha sido una tortura.-Me quejo y ella ríe ¿Qué hay de gracioso?

-Mi día en cambio fue espectacular. Ven, te contaré.-Jala de mi mano y nos dirigimos a donde sirven la comida, regreso a mirar al chico de ojos verdes intensos que está mirándome con el rostro desencajado, parece confundido, el de ojos azules creo que se está burlando de él, en respuesta le lanza un pequeño golpe en el hombro.

La sensación de hace un rato se me va y no sé cómo pude llegar a pensar en semejante locura.

Las dos tomamos una bandeja y comenzamos a pasar por la barra de comida hay de todo un poco, verduras, hamburguesas, frutas, puré, postres, refrescos, etc. Conforme voy avanzando decido tomar solo una hamburguesa, un refresco y un postre de gelatina Ale mira con horror mi bandeja probablemente porque ya calculó el número de calorías que tiene todo esto.

-¿Qué?-Digo divertida, sé que al final no podrá resistirse y tomará exactamente lo mismo que yo o más, amamos la comida.-¿Dónde vamos a sentarnos?-Le pregunto mientras estoy a su lado.

-¡Al diablo! Comeré una hamburguesa.-Sabía que Ale no se podría resistir, saca su recipiente lleno de lechuga y lo cambia por una grasosa hamburguesa.

-¡Ale!-Vuelvo a decir para que me haga caso.

-Nos sentaremos con mis nuevos amigos.-¿Amigos? La idea no me sorprende Ale siempre ha sido más sociable y a veces eso nos ha servido de mucho. Voy detrás de mi mejor amiga pero es inevitable.

El pacto del amor y el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora