Estoy dentro de la escuela esperando a Ayden.
Estoy preocupado. Todo esto me da muy mala espina, sé que algo no anda bien con Gia puedo sentirlo. De hecho el no sentir nada es lo que más desconfianza me trae. ¿Quién querría hacerle daño? Él mismo que intento ahorcarla la otra vez, Caleb Blacke. Maldito chupasangre siempre siendo la causa principal de mis problemas, no le fue suficiente matar a uno de mis betas ahora se mete con Gia. Sé lo que quiere descubrir, el hecho de que Gia haya sido capaz de ver y entrar a la sección de los libros del origen no quiere decir que sea una amenaza ¡Ella no es una amenaza! No puede serlo, no ella.
—¡Ian!—Escuché gritar a Ayden en la entrada de la escuela, fui a verlo de inmediato para que deje de gritar, él podría escucharnos.
—Shhh.—Llegue hasta él en cuestión de segundos y le hice una señal para que se calle. Entendió fácilmente y nos dirigimos hasta historia único salón de toda la escuela en el que nadie podrá escucharnos.
—Liam me dijo que me necesitas ¿Qué pasa?—Se apresuro en preguntar no bien cerré la puerta.
—Es Gia.—Dije sin más.
—Oh no.—Momento Ayden, resulta que a mi mejor amigo no le agrada para nada Gia. Y no lo entiendo, sin embargo me apoya en todo este de acuerdo o no.—He escuchado esas mismas palabras antes y sé como termina.—Me mantuve callado, haría lo que sea con tal de mantenerla a salvo.—¿Seguro que esa chica vale la pena?—La simple pregunta me ofendió.
—Porsupuesto que lo vale. Nunca he sentido esto que ella me produce, es especial Ayden.—A regañadientes lo acepto y asintió.
—Bueno si realmente te gusta esa chi...—Lo mire mal, creo que es hora de que comience a llamarla por su nombre.—Gia.—Corrigió de inmediato.—Si realmente te gusta, encontremosla.
—Ese es el problema. No siento la conexión es como si el enlace ya no estuviera.—La expresión en su rostro no era de una buena noticia.
—Eso no debería pasar, quizás tengas razón. Algo está mal.
—¿Entonces que hacemos?—Ayden siempre tiene las respuestas que necesito, es muy listo.
—Entraré en tú mente y la encontraré de modo manual.—
—¿Será doloroso?—Pregunté.
—Posiblemente. Pero, lo vale ¿Recuerdas?—Claro que lo vale, respiré hondo e hice lo que Ayden me dijo. Me senté, cerré los ojos y me relajé o vacíe mi mente. Ayden se puso detrás de mí y puso dos dedos en cada lado de mi sien. Él comenzó a pronunciar algunas palabras en latín que no entiendo y un hilo de electricidad me recorrió todo el cuerpo.
—Piensa en ella, en cada facción de su rostro, en sus movimientos, en su risa, en el sonido de su voz, en su aroma, en todo lo que puedas.—Escuché decir a Ayden mientras el hilo de electricidad recorría cada espacio de mi cerebro y subconsciente. Entonces pasó. Vi una luz blanca y luego sentí un dolor muy intenso que se apoderó de mí cuerpo. Abrí los ojos y ahí estaban. Luke, Jaden y Caleb frente a mí, observando con atención como el dolor está por consumirme. Ví a mi alrededor como pude para saber en qué lugar está Gia y lo saque de inmediato volví a cerrar los ojos por el dolor y con una bocanada de aire abrí los ojos nuevamente y volví al salón de historia, al instante Ayden me soltó y retrocedió con brusquedad apoyándose en el escritorio.
—¿Qué... Qué fue eso?—Mi respiración es agitada y mi corazón late más fuerte de lo normal. Regreso a ver a Ayden y parece igual de afectado será que el también sintió lo que yo.
—No lo sé, pero tienes que hablarlo con Adam. Creo que sin querer active tu enlace al cien por ciento y si no aprendes a controlarlo traerá consecuencias.—¿Consecuencias? ¿Qué tipo de consecuencias? Dejé de lado el tema de mi enlace y volví en mí para aclarar mis ideas y recordar los detalles exactos del lugar donde está Gia, el laboratorio de química. Ayden decifro mi pensamiento con solo mirarme, además el también ha visto lo mismo que yo.
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El pacto del amor y el poder
FantasyEn un pequeño pueblo casi perdido en el mapa viven dos familias dueños de una eterna rivalidad; los Blacke y los Laurent, familias respetadas en el pueblo con solo una cosa en común los Petterson, la familia más misteriosa según los habitantes. ¿So...