37. El extraño caso de Ayden

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37: El extraño caso de Ayden Petterson

Ayden Petterson

Sigo pensando que Ian realmente va a odiar este plan pero es la única manera de resolver las cosas sin que él salga perjudicado. Si los Blacke seguían adelante con su plan no solo Ian acabaría herido pudo perder algo mucho más valioso como hombre lobo, su manada pudo desterrarlo por el simple hecho de actuar solo contra su eterno enemigo y un licántropo no sobrevive más de una semana sin manada y va más allá de lo solo que pueda estar es como sí la jauría se quedará con partes de él, tantas que no quedaría nada para él y moriría.

Sí los hombres lobo son drásticos por eso aprendí mucho de ellos cuando me hice amigo de Ian. Y eso fue hace tanto, por Zeus ahora que lo pienso realmente somos amigos desde hace muchos y no hay nada en el mundo que no haría por él. Recuerdo que me daba mucho miedo hacer algo mal y perjudicar a Ian por esa razón los primeros tres años de nuestra amistad me la pase haciéndole preguntas sobre él, los hombres lobo, su origen, su familia, quería saberlo todo para no equivocarme e incluso leí todo el libro sobre las reglas entre las familias, las reglas del pueblo, las reglas de su familia, las reglas de la mía y entonces encontré un obstáculo.

Según el libro de reglas de mí familia nosotros no podíamos interactuar con ningún otro miembro de las otras familias fundadoras a partir de los diez años hasta cumplir los diecisiete. Cuando lo descubrí a penas tenía siete y la idea me aterró, así que en mí inocencia fui a suplicarle al tío Mason para que cambiará la regla y me diera más tiempo con Ian, aun recuerdo su carcajada al escucharme. Pero yo era un niño y a penas comenzaba a descubrir mi mundo.

Resulta que esa regla, no era una regla o bueno lo era pero nadie la respetaba desde hacia siglos, según tío Masón la regla tenía que ser cambiada por; ningún hechicero le podrá hacer favores "mágicos" en contra de otros miembros de las familias fundadoras". Obviamente esa regla nadie la cumple porque mis hermanos ayudan a los Blacke cada vez que pueden y bueno yo lo he ayudado pero solo con sus problemas de licantropía. En ese entonces me alivió tanto la idea de que la regla no nos separara y plantó en mí la idea de que las cosas sé podían cambiar así tengan años de antigüedad.

La rivalidad entre los Laurent y los Blacke quizás era una de esas cosas que podían ser cambiadas.

Creo...

—Ayden.—Escucho detrás de la puerta del salón de química. La señorita nos pidió prepararnos para la ceremonia en salones distintos. Según tengo entendido Nathan, París, Liam y yo seremos los encargados de decir unas palabras, representando a nuestras familias. Porque el papel de víctima ya está ocupado por el líder del clan Blacke.

—Salgo en un momento.—Respondo mientras vuelvo a releer un intento pésimo de un discurso lleno de amor y compasión lo que supuestamente representa a Calí. Y quizás fue así hasta que vivió con nosotros porque luego ella ya no era... ella.

Arrugo el papel y lo tiro al tacho de la basura mientras salgo hasta el pequeño escenario que han armado para la ceremonia, una melodía suave acompaña el día lluvioso y todo llevan exactamente el mismo tono de ropa negra. Cuando subo al estrado me doy cuenta de algo que no esperaba mis hermanos están ahí también, se supone que sólo sería yo pero decido no preguntarle a la señorita Erin mientras me ubica a la izquierda de Kyle.

La ceremonia avanza con lentitud entre palabras de algunos que la conocieron y frases estúpidas qué fueron inventadas. Hasta que me llega el momento.

Respiro profundo y avanzo hasta donde está el micrófono. Y cuando estoy a punto de hablar el tiempo parece detenerse ante mis ojos, todos se quedan quietos excepto yo.

El pacto del amor y el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora