"Alejate, niña. Aléjate de lo que no entiendes". Esas palabras quedaron grabadas en mi mente.
¿Qué diablos pasa por la cabeza de ese loco? Todas sus preguntas eran interrogantes sin sentido y seguía sin entenderlas. ¿Y si solo quería asustarme? ¿Pero por qué? Para que no leyera sus estúpidos libros de historia. Eso no tenía sentido. A menos que realmente estén ocultando algo grande.
Lo peor de todo es que el miedo que sentí ayer se esfumó, y lo único que siento ahora es más curiosidad por él. Gia, Gia, ¿cuándo aprenderás? Lo que te pasó fue una clara advertencia de que te alejaras de él y su familia. ¿Por qué no puedes simplemente hacerle caso? No puedo, quiera o no alejarme, es casi imposible; necesito saber más de él.
Es sábado por la mañana, y sigo en la cama mirando el techo, perdiéndome en mis pensamientos. No puedo dejar de pensar en Caleb. Es tan extraño. Debería sentir miedo, pero no lo siento. Creo que después de llorar como una niña pequeña frente a él e Ian, me di cuenta de que realmente fui una cobarde. Tuve que defenderme y no esperar a que alguien viniera a mi rescate. Así que decidí: no más miedo, no más lágrimas. Suena estúpido. Si ese loco te vuelve a atacar, no harías nada. Te quedarías tan paralizada observándolo que incluso dejarías que te mate sin darte cuenta.
Es que Caleb tiene algo que me atrapa de alguna forma, impide que quiera alejarme de él, y no sé qué es. Espero que estés bromeando. Nadie puede estar tan dañado mentalmente. ¿Estaría mal si lo intento otra vez? Ya quemaste. Pero esta vez iré preparada. No volveré a dejar que me ataque.
—¡Gia!—Grita Ale, a regañadientes me levanto de la cama y me asomo desde la puerta de mi habitación.
—¿Qué?—Respondo de mala gana. Le echó un vistazo y está muy bien arreglada. Lleva un hermoso vestido rosa, una coleta alta y está maquillada.—¿Vas a salir tan temprano?—Me fue inevitable preguntar.
Su sonrisa se hizo grande.—No. Vamos a salir.—Negué al instante desde mi habitación.—Y no quiero un no como respuesta, iremos y punto.
—No puedes obligarme, pero solo por curiosidad ¿A dónde iríamos? En el hipotético caso que yo decidiera ir. —Pregunté pero al parecer a Ale le pareció una afirmación.
—Conoceremos Wolftein.—Después de escucharla no me pareció tan mala idea, tal vez por fin debemos conocer el bendito pueblo de una vez por todas antes de que pueda darme más sorpresas.
—Y como vamos hacer eso si ni tú ni yo lo conocemos podríamos perdernos y terminar en pedazos en algún río cercano.—Ale hizo un gesto divertido, le devolví una sonrisa, sin querer estoy actuando como paranoica y ella podría darse cuenta que me pasa algo.
—¿Qué pasa contigo?—Preguntó, disimule y respondí rápido.—Nada.—Levantó una ceja, agradecí que Ale a veces no notaba las cosas que me pasaban.—Bueno querida Gia eso no pasará, tendremos un guía y muy guapo por cierto.—Su blanca sonrisa relucía y un pequeño grito de emoción la acompañó. No hacía falta ir más a fondo, definitivamente nuestro guía va a ser Liam.
—Si antes no quería ir ahora menos.—La expresión en su rostro fue de confusión. En serio que tan listo se requiere ser como para adivinar mi punto de vista, está demasiado claro.
—¿Por qué?—Revolee los ojos de fastidio.
—No quiero hacer mal tercio...—A Ale le atrae Liam y a él ella si yo estoy presente solo voy a estorbar.—La tercera rueda siempre es innecesaria.
—Gia, mírame.—Su voz sonó dulce.—Tú, nunca, nunca, jamás de los jamases vas a ser un mal tercio ¿Entendido?—Asentí.—Quiero que seas parte de todos mis primeros momentos, de todos. Eres una parte esencial de mi vida y quiero que estés presente en todo.—Sonreí después de tanto Ale me demostraba un poquito de su cariño, me sentí tan reconfortada. —Además, tengo que hacerlo sufrir un poco y si vas con nosotros oficialmente no será una cita.—Y el momento se esfumó, así como llegó de pronto así desapareció. Pero sus palabras han sido suficientes, reí y la abrace. Solo necesitaba un poco de tranquilidad.
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El pacto del amor y el poder
FantasíaEn un pequeño pueblo casi perdido en el mapa viven dos familias dueños de una eterna rivalidad; los Blacke y los Laurent, familias respetadas en el pueblo con solo una cosa en común los Petterson, la familia más misteriosa según los habitantes. ¿So...