58. Siempre vuelvo a ti

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Es raro.

Nuestra primera pelea a tan solo minutos de haber iniciado, pero no debería sorprenderme con nosotros nada es normal. Aunque no sé, quería pensar que iba a ser diferente pero soy nueva en esto de las relaciones así que ahora solo queda esperar a ver que pasa, pero la espera tampoco me agrada tanto.

—Eso fue intenso.—Habla Ian quitándose el casco.—Y raro.—Regresa a verme. Me saco el casco de la cabeza y trato de arreglar mi cabello. 

—Dímelo a mí. —Suelto con un suspiro. Nos quedamos en silencio un momento ahí, fuera de su casa aún en su motocicleta.

—Quise ir.—Habla de pronto sin verme a los ojos como si estuviera avergonzado.—Sentí el peligro tan pronto como tú, el enlace se activo pero...—Hace una pausa.—Ni con toda mi súper velocidad en mi forma animal hubiese llegado, estabas muy lejos Gia no pude llegar a tiempo y a mitad de camino descubrí por la conexión que estabas con Caleb que él llegó a salvarte y que finalmente estabas a salvo. Por eso es que llegué tan pronto cuando Caleb me llamo.—Admito con vergüenza la cual me es difícil de entender, no tiene porque estarlo.

—Tranquilo.—Trato de comprenderlo.—No es tu obligación estar tras de mí a cada momento por si me pasa algo.—Regresa a verme con una sonrisa. 

—En realidad Gia.—Sonríe divertido y es inevitable no sonreír de vuelta.—De acuerdo no es mi obligación pero lo hago porque me importas, no sabes lo mucho que me importas y quiero que estés bien. Por eso me preocupo por ti, por eso siempre estoy cuando me necesitas y por eso siempre me tendrás. 

—Y por eso siempre vuelvo a ti.—Terminó y él sonríe complacido. Suelto un largo suspiro.—Gracias de verdad no podía seguir ahí o iba a explotar. 

—Sí noté la tensión.—Hace un gesto de incomodidad. —Pero, ¿Qué fue lo que pasó?—Termina preguntando y me es inevitable no pasarme la mano por la frente pensando en todos los acontecimientos de esta noche. Vaya realmente mi vida está revuelta. Ian nota que tengo mucho que decir así que continúa.—Hablemos dentro ya quiero que me cuentes todo.—Sentencia y con esto me invita a entrar a su casa, a su palacio. 

Recuerdo mucho la última vez que vine aquí aunque en realidad quisiera olvidarla, no fue nuestra mejor noche y lo que vino después tampoco es como para atesorarlo

—Supongo que vamos a entrar por la ventana.—Bromeo ya que obviamente no soy bien recibida en su casa por todo el asunto de las familias.

—Por supuesto que no.—Me alarmo un poco, no quiero sentirme más incómoda esta noche teniendo que aguantar una mirada de desprecio en un lugar en el que obviamente no soy bienvenida.—Eres mi amiga Gia, mi mejor amiga y vas a entrar por la puerta grande. No ha hecho nada malo, no tienes porque escabullirte o tener miedo.—Me detengo en seco.

—No lo sé Ian, no quiero incomodar y causar más discusiones.—Admito con pena, no quiero arruinar también la relación que Ian tiene con su tío.

—Gia él va a entenderlo además eres mi enlace de conexión, él y toda la manada deben aceptarte.—Trata de convencerme pero yo sigo insegura.—Gia por favor, entremos te protegeré todo estará bien ¿si?—Me ofrece su brazo en la puerta principal y le tomó la palabra. Después de todo no me quedan muchas opciones porque estoy segura de que Ian no aceptará un no como respuesta.

Abre la puerta principal y entró aferrada a su brazo con los nervios carcomiendo mis huesos no he visto a Adam desde la fiesta, pero me relajo por completo cuando no encontramos a nadie esperando detrás de la puerta. 

—Hay viene.—Interrumpe mis pensamientos Ian y regresó a ver a la derecha y efectivamente Adam viene por el pasillo caminando y riendo acompañado de otra persona que casi me hace caer de espaldas al reconocerla. 

El pacto del amor y el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora