35. Hasta el día de tu muerte

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35: Hasta el día de tu muerte.

Ian Laurent.

Hace algunas horas...

La rabia aún está fresca y siento como esta recorre cada una de mis venas, cada parte de mi cuerpo, siente lo mismo, esto es tan fuerte que yo mismo me arrancaría cada extremidad para dejar de sentir esa ardencia debajo de mi piel que es casi la misma sensación que tengo al transformarme. Haga lo que haga no he podido quitarme esa sensación está conmigo desde el día en que Gia me rechazo y realmente temo que se quede conmigo, porque muy aparte de que yo mismo me quiero arrancar algo, mi parte animal está desesperada por salir y desgarrar todo lo que encuentre a su paso, eso es lo que más pánico me da.

Porque no quiero dañar a nadie, no otra vez, no a ella.

Porque aunque desee con todo mi corazón odiarla por lo que me hizo no puedo y no sé que parte de mí es la que la ama más, nuestro enlace de conexión o yo, simplemente. Desde que decidí decirle a Gia mis sentimientos por ella me he dado miles y todas las vueltas posibles al tema. Quiero, no, deseo haberme equivocado o confundido respecto a mis sentimientos por ella, realmente quisiera que solo fuera el enlace de conexión que tengo con ella, pero no es más fuerte que eso, es ella... la amo.

Y me odio por eso...

Lanzo un grito cansado y lleno de ira mientras veo como mi escrito se estampa contra la pared. Y estoy a nada de destrozar toda mi habitación pero antes de llevar a acabo mis planes Adam prácticamente tira la puerta y entra sin ser invitado.

—¿Qué es lo que te sucede?—Pregunta con un tono ligeramente enojado.

—Ahora no Adam.—Respondo dándole la espalda y entro al baño. Siento que la mi cuerpo está ardiendo en llamas, arde demasiado necesito refrescarme.

Entrando me quito la camiseta y cuando estoy a punto de abrir el grifo una punzada en la parte superior de mi estómago me toma por sorpresa, el dolor me hace retorcerme pero no logra tumbarme. Esto está mal solo una vez en mi vida me sentí así de mal y no término bien para nadie. Antes de que la piel se me comience a quemar por su propia cuenta logro alcanzar la bañera y me meto dentro abriendo toda la capacidad del agua y ni bien esta toca mi piel se evapora, literalmente soy un volcán lleno de lava interna pero conforme pasan los minutos logró apaciguar el dolor con el agua. Abrazo mis rodillas y permanezco bajo la regadera algunos minutos, Adam no tarda en llegar.

—Ian necesitamos hablar.—Lo escucho decir mientras se pone junto a mi.

—Estoy bien Adam, solo déjame solo.—Vuelco a repetirle mi deseo de dejarme en paz mientras el agua fría de la regadera cae por mi cuerpo tratando de apagar un poco de este volcán interno de ira.

—¡¿Bien?!—Se toca la frente y eso es mala señal.—¡No me vengas con mierdas como esas!—Grita y el eco de su voz en estas cuatro paredes solo me irrita más. —¡Mira como éstas! Literalmente estas echando humo Ian.—Me señala con los brazos de la manera más exagerada que puede tal y como es Adam cuando está molesto.—Deja de evitarme Ian. Ya no hablas conmigo y realmente me preocupas.—El sonido de la voz de Adam suena lejana a mí y de pronto ya no lo escucho, lo único que cruza mía oídos es un espantoso pitido. El sonido es tan insoportable que comienzo a gritar del dolor y pasa...

La transformación comienza pero de una manera tan lenta que siento como cada hueso de mi cuerpo se rompe y modifica, los colmillos en mi boca siguen el mismo procedimiento pero como nunca comienzo a sangrar nunca me había pasado. Estoy a punto de enloquecer cuando Adam me lanza un extraño polvo que me asfixia al inicio luego se acerca hasta mí y pone un objeto redondo en mis manos y me hace sujetarlo con fuerza.

El pacto del amor y el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora