9. L-u-n-á-t-i-c-o-s

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Vamos Gia ¿Qué tan difícil puede ser?
Define la palabra difícil, porque esto en cuestión es casi imposible y más si se trata de un ser como tú lleno de kilos de mala suerte, así que sí es difícil.

Es lunes por la mañana y bueno mi primera clase es historia. Materia que comparto con Ian Laurent aquel chico de sonrisa encantadora, mi salvación el día que ocurrió el incidente de la biblioteca y también mi mayor dilema lleno de secretos. 

Sí, Ian es todo un dilema primero porque no me ha dado ninguna explicación acerca de lo que pasó ese día, segundo porque me ignoró por completo los días que siguieron e incluso creo que me ha estado evitando y tercero porque ahora no deja de observarme con una sonrisa en el rostro ¿Qué es lo que le pasa? ¡Hombres! ¿Por qué son tan complicados? 

Habla Gia Steel la chica con años de experiencia en hombres, por favor niña ni siquiera has dado tu primer beso. 

Está bien no tendré la experiencia pero hasta ahora con estos chicos se me hace suficiente para entender que los del género masculino son todo un dilema, más si se trata de un Laurent o un Blacke o un Petterson, esos chicos si que son raros.

Desde su sitio Ian continua observándome lo que en cierto momento me comienza a resultar incómodo así que busco una salida rápida para todo esto y la encuentro. Entro al salón y me dirijo hasta Eris que se encuentra sola jugando con su teléfono, evito a toda costa mirar a Ian.

-Hola Eris.-Saludo algo nerviosa. Eris levanta la vista y me recibe con una sonrisa.

-Gia mi salvadora ¿Cómo estás? ¿Qué tal todo?-Sonreí tímidamente y agradecí que Jacqueline su mejor amiga no estuviera pues es otra persona a la cual no le caigo nada bien.

-Todo bien ¿Y Jacqueline?-Preguntó, ella hace una mueca que denota tristeza.-¿Pasó algo con ella?-Insistí alarmándome.

-No, no. Solo está un poco enferma por eso no vendrá hoy.-El alivio me comenzó a invadir. Uno porque Jacqueline estaba bien, bueno no tan bien pero estaba en casa lo que me da la segunda razón para estar mas tranquila, Eris no tiene compañera, es un PPO ¡Perfecto, preciso y oportuno!

-Espero que mejore.-Ella asintió con una sonrisa cerrada y continúe.-¿Puedo ser tu compañera por hoy?-Pregunté. Ella me miró extrañada.

-¿Me estás diciendo que quieres sentarte conmigo y dejar solo al ardiente de Ian Laurent?-Dijo en un tono pícaro. Y sí, no quiero sentarme con Ian no después de que me ha ignorado, no tengo muchas ganas de hablar con él.

Asentí y Eris me guiñó un ojo.-Esta bien, entiendo tu estrategia.-Sin entender lo que Eris había querido decir me senté a su lado y con el rabillo del ojo le eché un vistazo rápido a Ian que ahora parecía un poco decepcionado.

El profesor de historia se hizo presente diez minutos tarde, se excusó y comenzamos con la clase. Ian permaneció solo y por un momento desistí de mi idea, me sentí mal por dejarlo solo. ¡Te ignoró, recuérdalo! ¿No has oído eso de ojo por ojo, te ignoró por que me ignoraste? Que estupidez eso no tiene sentido. Además si quiero tener respuestas tengo que hablar con él, pero no por ahora.

Busqué en todo mi bolso un maldito bolígrafo y no logré hallarlo ¡Por que hoy! Sí fueras un poquito más cuidadosa te habrías dado cuenta antes de salir del departamento. Maldije unas cuantas veces más y cuando estaba a punto de pedirle uno a Eris, Ian apareció con uno en la mano frente a mí.

-Creo que necesitas uno de estos.-Recibí el bolígrafo quedando muda ante lo ocurrido ¿Qué es? ¿Un vidente o algo así? ¿Cómo lo supo?

-Gra-gracias.-Logré pronunciar, el asintió y volvió a su sitio dejándome en shock. ¿Lee mi mente? ¿Cómo lo hizo? ¿Magia? Oh simplemente vio tu muy visible intento de encontrar algo que obviamente olvidaste. No, no es eso. Y si me hubiese visto como sabría que era exactamente lo que necesitaba.

El pacto del amor y el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora