13. Volver a empezar

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—Claro que tienes que ir.—Dice Ayden al otro lado de la línea. Lo llamé hace unos momentos para preguntarle si sería prudente ir a trabajar como Gia a la veterinaria Blacke.—Si no lo haces sería un cambio muy drástico, ellos podrían sospechar.

—¡Ellos casi la matan! ¿Crees que realmente iría en su sano juicio?—Le recordé.

—Ten presente que va olvidar ese momento de su vida. El empleo lo consiguió antes del ataque y yo no puedo manipular tantos recuerdos, tienes que hacer que su vida continúe.—Resoplé.

—Pero porque con ellos.—Dije.—No crees que se les hará extraño que a pesar del ataque ella vaya a trabajar.

—Pues no, después de todo sólo Nathan está ahí y él no la atacó.—Y otro punto más a su favor.

Ayden 2 - Ian (siendo Gia) 0

—Bien.—Es lo único que digo. Y trato de recordar el motivo principal por lo que hago esto, Gia.

—Bien, no hagas ninguna estupidez recuerda que eres Gia, te llamaré cuando termine.—Y luego de decirme eso colgó. No tengo de otra, tengo que hacerlo me guste o no. Estoy de pie frente a la veterinaria Blacke, está abierta por el letrero de la puerta y lo sé también porque él auto de Nathan está estacionado justo a un lado. Sin pensarlo más comienzo avanzar y abro la puerta haciendo que la pequeña campana de arriba suene. Nathan Blacke sale de la parte trasera con una expresión de sorpresa en el rostro.

—Gia.—Es lo único que dice al verme y examinarme de pies a cabeza. Buscando señal de alguna herida o dolor es obvio que sabia los planes de sus hermanos lo que no logro entender aún es porque no participó.

—Hola.—Sonrió de manera fingida pero él parece creerla.

—Pensé que no vendrías.—Claro porque posiblemente ya estaría muerta si yo no la hubiese encontrado.

—¿Por qué? Suelo ser muy responsable.—Como quisiera decirle tantas cosas y acabar con él pero me contengo y recuerdo las palabras de Ayden.

—No, nada, olvídalo no me hagas caso.—Dijo nervioso.— ¿Comenzamos?—Asiento y cuando me da la espalda revoleo los ojos. Los Blacke siempre queriendo dar órdenes, sintiéndose superiores a pesar de que comparten los mismos derechos que las otras familias.

Nathan me indica lo que tengo que hacer y agradezco que una vez que lo hace desaparece de mi vista llendo a su consultorio donde juega al veterinario. Nathan como los otros Blacke tienen tantos años que uno ya pierde la cuenta, como sea, según lo que me dijo Ayden, Nathan antes de ser convertido estudió medicina para ser un flamante doctor pero cuando se transformó en un asqueroso chupasangre obviamente que no podía seguir estudiando medicina (por la sangre) pero aún quería salvar vidas (irónico porque él acabo con varias) así que se fue por veterinario porqué piensa que uno no se da cuenta de los perros y gatos que terminan drenados por él o por su familia.

Mientras voy ordenando unas medicinas afino mi sentido del oído para escuchar si quizás esta tratando de comunicarse con sus hermanos para que vengan a terminar lo que dejaron inconcluso pero no, no se oye nada más que el leve sonido de una pluma escribiendo sobre un papel que es me supongo lo que está haciendo. Trato de relajarme y seguir haciendo mis cosas, es hora de darle de comer a los perros y gatos.

En la última parte del pequeño cuarto de medicinas hay dos enormes bolsas de comida para perro y gato. Con un recipiente saco una buena cantidad y me dirijo a la sección donde están los perros. Por naturaleza comienzan a ladrar mostrando su cariño, ellos perciben lo que soy así tenga un disfraz de humano así que es inevitable que estén felices al verme. Les sirvo una buena ración a cada uno y los observó comer unos minutos, los dejó comer tranquilos.
Un caso distinto son los gatos, así como los perros también saben lo que soy y aunque nos moleste el termino de -perros- en cierta parte lo somos o al menos somos parte de su familia. Y por lógica los gatos y los perros no se llevan.
Cuando entro todos ellos comienzan a alterarse, maullar y a gruñir, se sienten amenzados con mi presencia, por el alboroto escuchó a Nathan venir hasta donde estoy.

El pacto del amor y el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora