22. Los Petterson

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Sí mi plan para molestar a los Petterson antes me había parecido una idea genial, ahora la incomodidad de su auto me restregaba lo contrario. Hace algunos minutos los Petterson y yo salimos de Chesters Hill's y ahora estamos rumbo a su casa para la cena de paz que Mason me ofreció. Porque obviamente Kyle fue obligado por su tío de una manera nada sutil que ninguno de los dos se molesto en disimular. ¿Qué puedo decir? A mi me encanta meterme en problemas y lastimosamente la mayoría de veces los problemas son para mí, sí así soy.

Agradezco que Mason por lo menos haya tomado en cuenta el odio de sus sobrinos. Pues no sabría qué hacer si yo fuera con ellos en la parte trasera del auto, quizás hubiese muerto de incomodidad ¿Es eso posible? Es un buen pretexto para hacerme humo, sería genial. Sin embargo es mejor estar de copiloto junto a Mason.

-Y Gia.-Hablo Mason desviando mis pensamientos y mi atención del hermoso bosque por el que estábamos pasando. Regresé a verlo, Mason es quizá el único interesado en hablar conmigo.-¿Por qué no acompañaste a la señorita Harrison en su viaje?-Pregunto y yo alcé los hombros.

-Tenía unos pendientes aquí.-Si claro, el único "pendiente o pretexto" para quedarte se denomina Caleb.-Además tengo que ponerme al corriente en la clase del profesor Forbes.

-Que responsable de tu parte.-Asentí. Aunque todo sea una completa mentira, tú y yo sabemos muy bien porque nos quedamos.-Pero si de apuntes se trata Kyle puede prestarte los suyos.-Sonrió Mason mientras me miraba y a la misma vez miraba el camino.

-No hace falta.-Respondí antes de que Kyle lanzará otro venenoso comentario, lo último que quiero es su ayuda.

-Felizmente porque no iba a prestarte nada.-Aclaró.

-Kyle.-Regaño Mason al instante luego de escuchar a su malcriado sobrino, me pregunto porque Kyle es tan grosero.-Disculpalo por favor. Kyle siempre dice cosas inapropiadas.-Asentí mientras oi a Kyle resoplar de cansancio pero no sé atrevió a responder a su tío, de lo contrario fijó la vista en un libro que llevaba en la mano.

El silencio reinó nuevamente en el ambiente de la camioneta cuatro por cuatro durante el resto del camino. Todo por esta parte del pueblo es tan verde y floreado que sinceramente parece que te conectas con la naturaleza de una manera que te relaja al instante que inhalas el aire y esté llena tus pulmones dando una tranquilidad que no puedo explicar.

El camino sigue así hasta que veo a lo lejos un gran encerrado de rejas negras, el auto se detiene frente a esta y Mason toca el claxon, después de esto las rejas son abiertas dándonos el paso, seguimos con el auto por un sendero adornado con árboles inmensos que están colocados en fila de una manera tan precisa que no parecen reales, los rayos del sol a penas logran penetrar la densa masa de hojas de los árboles que unidos hacen como un arco sobre nosotros. Al ver semejante magnitud de perfección en la naturaleza me quedo boquiabierta.

Pero eso no es todo, a lo lejos puedo ver la inmensa mansión Petterson pintada de blanco con tejados de azul, un toque elegante y antiguo que no puedo dejar de admirar. La enorme casa se encuentra justo en medio y donde termina el camino. Se extiende para ambos lados y puedo asegurar que tiene el largo de por lo menos cinco casas juntas, es enorme. Ya veo porque tienen aire de superioridad, en está casa incluso yo me sentiría una princesa.

-Llegamos.-Dice Mason apagando el motor del auto. Sus sobrinos salen al instante, permanezco sentada observando la majestuosa casa presentada ante mis ojos, nunca había visto una casa como está, es simplemente hermosa.

-Su casa es...-Mason me queda observando en espera de que termine la oración pero hasta el habla se me ha ido.-Un palacio.-Sonreí de una manera estúpida.

El pacto del amor y el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora