El pacto del amor y el poder

36. Hagamos una tregua

36: Hagamos una tregua

Estoy desconcertada y aterrada al mismo tiempo. Es posible que las iniciales de la nota en la cabaña sean las mismas de está chica y muy aparte de eso ¿Calí Blacke? Los Blacke tenían una hermana, en que momento porque nadie lo menciono al inicio si se supone que sus vidas son lo más interesante que hay en este pueblo. Porque Caleb o Nathan o Ian o Ayden o alguno cercano a mi no me lo dijo y la frase maldición esa frase es la misma de la nota en la cabaña. ¿Coincidencia? No por supuesto que no hay algo más detrás de todo esto como siempre.

—¿Calí Blacke?—Escucho decir a Ale a mi lado.—No sabía que los Blacke tenían una hermana... muerta.—Oír la palabra me causa escalofríos, no puede tener ninguna lógica lo que estoy pensando, la chica lleva dos años muerta no puede ser la misma de la nota.

—Yo tampoco.—Respondo igual de sorprendida que Ale y aunque las ganas de correr y buscar a Caleb para pedirle respuestas es fuerte decido esperar a que él este listo para hablar conmigo. Mientras tanto me concentro en buscar otras posibles fuentes de información y sobre todo EB descubrir quien escribió la frase del volante.

Al entrar a la escuela el panorama es el mismo, flores, velas y muchas pero muchas cartas de condolencias dejadas en un recipiente que está frente a un casillero que supongo era el de Calí. Es difícil llamar por su nombre a una persona que jamás conociste o viste. Sin embargo la multitud es tanta que se te hace fácil contagiarte. Seguimos caminando hasta que veo a lo lejos a Eris y Jacqueline que van vestidas de negro, no puedo más con la curiosidad así que jalo a Ale del brazo hasta ellas y las saludo.

—Hola chicas ¿Cómo han estado?—Me saluda de manera un poco desanimada diferente a otros días y ahora que las tengo frente a mí no estoy segura de seguir preguntando. No quieto abrir una herida reciente sin embargo mi curiosidad es más grande y me odio por eso.

—¿Qué pasa el día de hoy?—Trato de ser sutil. Eris y Jacqueline se miraron entres sí hasta que Eris la comunicativa del grupo decidió hablar.

—Tendremos clases hasta el medio día luego va a ver una ceremonia por el aniversario de la muerte de Calí y al final iremos al panteón.—Termina de explicarme.

—¿Y quién es Calí?—Se me adelanta Ale y lo agradezco tanto. Sin embargo la expresión de ellas cambia de inmediato y noto que se ponen incomodas.

—Era nuestra amiga.—Es lo único que dice Jacqueline.

—¿Y qué pasó con ella?—Me animo a seguir indagando en el tema.

—No podemos hablar de ella Gia, está prohibido, espero que lo entiendas.—Y eso es lo último que escuchamos de ambas porque luego de eso prácticamente salen corriendo de nuestro lado y se pierden en los largos pasillos mientras Ale y yo nos miramos sin saber cómo sentirnos exactamente. ¿Qué es eso de que está prohibido?

Sin embargo, no hablamos más del tema porque en realidad no sabíamos cómo hablarlo. Continuamos con nuestras actividades, ella fue a su clase y yo fui a la mía o al menos eso le hice creer a ella porque desvié mi rumbo a la biblioteca donde estaba dispuesta a encontrar información sobre la tan venerada Calí Blacke de la que nadie hablaba.

La anciana de la biblioteca a penas noto mi presencia y me dejo pasar, subí hasta los estantes de los fundadores pues se me ocurre que si es una Blacke es una fundadora también, pero es ella hija legitima de Paris y Erin Blacke, eso es lo que quiero averiguar.

Veo la sección que dice, registros de tres colores diferentes rojos, azul y verde. Me decido por el primer color al azar y busco por apellido, encuentro el apellido Blacke pero todos los nombres son conocidos para mí, está Paris, Erin, Nathan, Jaden, Luke y Caleb pero en ningún momento localizo el nombre de Calí se supone que debería estar aquí.