12. Un día siendo Gia

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Tome el espejo que me entrega Ayden y lentamente lo levanto hasta que queda frente a mí, la sorpresa que me llevo me deja con la boca abierta. Realmente es increíble mi rostro es un vivo retrato del de Gia es como sí en realidad fuera ella la que se está mirando a este espejo. Paso una de mis manos por mi rostro para asegurarme de que realmente soy yo el que está detrás de este peculiar disfraz de Gia y sí es real soy yo. Si hace unos minutos fui Ian Laurent ya no queda prueba de eso.

—Funciono.—Susurre para mí mismo sin poder creerlo al cien por ciento. Es simplemente increíble y Ayden es realmente un genio, hasta la voz es idéntica. Aunque creo que ni él mismo se la termina de creer porque sigue observándome dudoso.—¡Es perfecto!—Dije emocionado. Ahora que esto funcionó podré ser Gia y nadie notará la diferencia, todo por su tranquilidad.
Quise ponerme de pie para agradecer a mi mejor amigo pero ni bien lo intente encontré mi primer problema, zapatos altos.

Ni bien me puse de pie mi tobillo se dobló tuve que apoyarme en una silla. Resulta que el hechizo de Ayden funcionó tan bien que no sólo me transformó en Gia si no que también recibí su ropa y zapatos combo completo.—¿Cómo voy a caminar con estas cosas?—Dije mirando a Ayden él rodo los ojos.

—Eres Ian Laurent hombre lobo de nacimiento tienes reflejos sobrenaturales, sentidos subdesarrollados y me dices que no puedes con unos simples zapatos altos.—Ayden tiene razón, soy Ian Laurent próximo alfa de la familia, mejor hombre lobo de todas las jaurías estos zapatos no van a detenerme.
Intente nuevamente ponerme de pie sin apoyarme en el silla y lo logré, como por tres segundos y luego volví a padecer del síndrome de piernas de Bambi recién nacido. No sé cómo las mujeres logran caminar con estas cosas que más que zapatos parecen aparatos de tortura.

—Lo resolveré luego.—Aclaré. Me quite los zapatos y me senté en la silla sobandome la planta de pie. A que ser masoquista se le ocurrió inventar estas cosas. Observé a Gia sobre el sillón tan frágil y vulnerable, no, no puedo desistir de hacer eso. Ella lo vale y voy hacer lo necesario para que ella esté tranquila y a salvo.—El plan es este.—Comencé, Ayden tomó asiento cerca a la mesa donde están las hierbas y comenzó a mezclarlas mientras me escucha.—Primero vamos a salir de aquí tu y yo, así Adam podrá verificar que nos fuimos, hablaremos con él para no levantar sospechas y luego tú regresas a mi habitación y te encierras hasta que termines con Gia lo demás es pan comido.—Ayden simplemente optó asentir, comprendiendo todo el plan.

Una media hora después de practicar con los zapatos altos ya los tengo dominados, Ayden por otro lado está por terminar de curar a Gia internamente es demasiado raro escucharlo durante treinta minutos repetir la misma palabra en irlandés que no entiendo para nada. Cuando Ayden por fin termina se ve bastante cansado.—Listo. Estará inconsciente unas horas.—Asentí y me acerque a ella para observarla con detenimiento de un momento a otro ella comenzó a jadear y decir palabras que a penas se le entendían.

—¿Qué le pasa?—Pregunté alarmado al ver las reacciones tan extrañas.

—Es por el hechizo, su cuerpo lo está aceptando pero no esperes que no le duela aunque sea un poco.—Realmente parecía estarle doliendo mucho, aunque inconsciente ella se movía lentamente en un intento de retorcerse de dolor.—Nada es sencillo en esta vida.—Dijo Ayden tomando un sorbo de su botella de agua.

—¿Puedo quitarle el dolor?—El alzó los hombros, sin embargo no dude ni un segundo en tomar su mano y ser una esponja para ella. De inmediato mis venas se tornaron de un negro oscuro que recorrió todo mi sistema de venas y arterias absorbiendo el dolor de Gia de inmediato, con mi ayuda comenzó a tranquilizarse y a quedarse quieta.—Vas a estar bien, no voy a dejar que nada te pase.—Susurre para ella, sostuve su mano hasta que el color negro de mis venas desapareció.

El pacto del amor y el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora