Capítulo 11

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Viktor

—No te preocupes por la nacionalidad —afirmé.

—Pero no llevo ni un año en Rusia —opuso Saskia, arqueando las cejas.

—Los jueces sabrán que eres alemana, porque ya tienen tus registro, así que no importa que compitas sólo porque no estás en tu país. Si aquí entrenas, es válido.

—¿Estás seguro?

—Yūri estuvo en una escuela de patinaje en Detroit y no le negaron que participara en las nacionales.

Me impresiona su preocupación. Cuando yo tenía su edad, también sentía temor al fracaso. Sin embargo, conforme creces, te das cuenta de que el fracaso se logra al no hacer nada.

Yo tuve un sueño, y lo cumplí. Quiero que otros también sientan lo que es tener el éxito cosquilleándote dentro de la piel.

—Está bien —cede ella—, supongo que sólo estoy paranoica.

—Sí que lo estás —respondí con una risa—. Disfruta la competencia. Si te pones nerviosa, empeorarán las cosas.

—Eso haré.

—Bien. Háblame si necesitas algo, ¿de acuerdo?

—Claro.

La noté algo ansiosa, como si hubiese querido decirme algo más antes de terminar la videollamada.

No le pregunté acerca de su relación con Yurio. Pienso en llamarle de nuevo, pero allá deben de ser las 11:00, así que decido dejar mi computadora a un lado y salir con Yūri, en lugar de molestarla.

Tomo mi teléfono para avisarle a Yūri que estoy bebiendo en algún bar de la ciudad para que venga corriendo; me encanta hacerle ese tipo de bromas. Quizá estaría con él y con Saskia en San Petersburgo si Yūri no hubiese insistido en regresar a Hasetsu para estar con su familia. De todas formas, ya estoy acostumbrado a Japón.

Pero cuando estoy dispuesto a enviarle un mensaje, veo que tengo tres llamadas perdidas de la madre de Saskia.

—¿Nikiforov? —me contesta.

—Hola, Miah. Siento no haber contestado antes...

—No, no importa. —Su voz cambia de tono y de ánimo al parecer—. Viktor, hay algo que tenemos que decirte sobre Saskia.

Breaking the iceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora