Breaking the ice

Capítulo 16

Yuri

Han pasado tres horas desde que Saskia se fue. Estuve entrenando, pero siento que no ha sido suficiente como para despejarme de las posibles maneras en las que pueda decirle a Otabek que ya no se moleste en ir a Londres.

Estoy a punto de tomar mi teléfono para decirle de una vez por todas hasta que se me viene a la mente una opción que no comprometerá mi amistad con Otabek: cambiar de pareja. Puedo patinar con... ¿Mila? No, ella está muy alta para mí; tendría que cargarme. Ya encontraré otra opción.

<<Pero él te quería ver patinar con Saskia>> ¡Oh, cállate, estúpido subconsciente! Hay miles de mujeres en Rusia con cabello rubio y ojos verdes; ellas sí serían mejores patinadoras (y estarían más cuerdas) que esa tonta chiquilla plana de Alemania.

Sin embargo, me es imposible olvidar su cara al salir, como si estuviese conteniendo algo salvaje, antes de que gritara y comenzara a llorar. Ella estaba así desde que entró.

Debo olvidarlo, ya no es mi problema.

Escucho un golpe sordo: alguien cerró la puerta.

Me sorprende, ya que estoy solo, aunque por un muy corto instante, pienso que Saskia volvió. Pero sé que su orgullo no le permitirá regresar tan pronto. Ni siquiera estoy seguro de que va a regresar.

Oigo algunos pasos acercándose a la pista. Viktor abre la puerta.

No me dice nada, porque respira agitadamente, y está rojo. Yo tampoco respondo ante eso. Me dedico a mirarlo de forma despectiva.

No entiendo qué pasa.

Viktor se sostiene de la valla, mientras trata de regularizar su respiración. Y justo cuando pienso dirigirle la primera palabra, alguien más cruza la puerta.

Oh, genial, Katsudon está aquí. Él también está agitado, pero a diferencia de Viktor, él sí puede hablar:

—Yurio.

—Hola. —Chasqueo un poco la lengua antes de responderle.

—Te veo más alto.

No sé si dice la verdad. Normalmente, no estoy al tanto de mi estatura.

—¿Enserio? —pregunta Viktor finalmente—, no lo noté. —Mira una vez más al suelo y luego, a mí—. ¿Dónde está Saskia?

—No lo sé —contesté con indiferencia.

—¿¡Qué!?

Veo un halo de preocupación en sus ojos. Saskia no es su hermana, su sobrina o su hija, ¿por qué debería preocuparse por ella? Aunque Viktor es muy exagerado con sus emociones, presiento que esta vez está reflejando todo lo que siente a su nivel.

—No juegues —dice.

—Es verdad —respondí—. Salió corriendo hace horas.

—¿Y por qué lo hizo? —inquirió.

—¿Quién es Saskia? —preguntó Yūri.

—¿Qué le ha pasado, Yurio? —Viktor ha ignorado a Yūri, lo que significa que el asunto es serio.

No me gusta que me llamen "Yurio". La hermana de Yūri me nombró así para que no hubiera confusiones, pero a mí me desespera.

—Tuvimos una pequeña discusión —respondo—. Ella se enojó, comenzó a llorar, se rindió y se fue.

—¿Por qué?

—¡Porque no se concentra en lo que hace!

—Acabas de cometer un grave error. —Viktor se lleva una mano a la frente y deja caer su cabeza entre sus manos.