Saskia
Desde los primeros días de enero que no ponía un pie en este aeropuerto. Tuve que trasbordar en Moscú y en Berlín para venir aquí, a la ciudad en donde nací. Siento como si ya no conociera.
Joder, tengo una horrible comezón en el cuello. Las pocas uñas que tengo se me están acabando.
Voy por mi equipaje. Mañana tendré 16 oficialmente. Se supone que debería sentirme bien, debería celebrar que estaré a dos años de ser una mujer mayor de edad, pero sólo me siento preocupada por lo que me espera en mi transición de adolescente a adulta. ¿Y si no escojo la carrera indicada?...
Sacudo la cabeza. << No, not today ¹>> Dejaré de quejarme y mejor me ocuparé en hacer de este día, mi último día como quinceañera, mejor. Espero poder ser feliz en menos de seis horas.
El reloj del aeropuerto marca las 6:00 p.m. Los acordes de Girls just wnat to have fun de Cindy Lauper resuena en toda la estancia.
—Scheiße! (¡Mierda!) —mascullo, rascándome el cuello otra vez. Sé que es por el dije que Yuri me ha dado, ya que me provocan escozor. Sin embargo, tampoco pienso quitármelo: significa algo para ambos.
Saco mi bufanda de la maleta y me la coloco. Al menos, eso evitará que, en primera, no me rasque, y en segunda, que mis padres lo noten y me obliguen a quitármelo.
Camino y muevo la cabeza de un lado a otro, estirando mi cuello. Mis padres dijeron que vendrían por mí al aeropuerto, mas no he visto ni siquiera sus rastros en lo diez minutos que llevo aquí. No pudieron olvidarse de mí, ¿o sí?
—¡Bah —grita alguien detrás de mí, quien ha puesto sus manos sobre mis hombros. Me mordí la lengua para no soltar un aullido.
Me vuelvo con una mirada fulminante, fría y asesina, y con unos cuantos insultos preparados en mis cuerdas vocales. No obstante, mi cuerpo se relaja en cuanto la veo.
—Mom! (¡Mamá!) —Me lanzo en sus brazos.
—Mein Baby (Mi bebé) —Hunde su cara en mi hombro, dejando que una cálida lágrima se deslizase dentro de mi blusa; incluso ella es más alta que yo—. Al fin estás aquí.
—¿Dónde está papá? —pregunto con voz ronca y quebradiza.
—Te fue a buscar en la entrada principal.
Mi madre, tan bonita como siempre. A pesar de tener casi 50 años, su cuerpo conserva las marcas de la gimnasia: espalda ancha, brazos y piernas musculosos y, sobre todo, la elegancia para hacer que todo, hasta un simple caminar, parezca un paso de ballet. El vestido blanco que lleva puesto la hace ver como una princesa.
—Saskia.
—Dad! (¡Papá!) —Lo abrazo con todas mis fuerzas y él hace lo mismo.
—No sabes cuánto te extrañamos —dice—. La casa está muy vacía sin ti y tu música coreana.
—Al menos no dijiste que era china.
Se ríe y rompe el abrazo. El alborotado cabello de mi padre rubio ha crecido. A penas se ha dejado una sombra de barba; se ve mejor así. Él es mucho más carismático que mi madre, y lo refleja cada vez que puede.
Mis padres tienen los cuerpos mejor conservados que cualquier adulto de su edad. Sé que no es fácil abandonar los mortales, resortes y los escalofriantes 30 segundos de la rutinas de barras, pero ya no deberían de hacer de entrenadores cada que pueden.
Nos quedamos parados, dirigiéndonos miradas incómodas. Yo me siento estúpida: estoy esperando un tercer abrazo, el cual no vendrá. ¿Cómo habría reaccionado Richelle a mi llegada?
ESTÁS LEYENDO
Breaking the ice
Fanfiction¿Alguna vez te has preguntado hasta dónde te puede llevar tu inseguridad después de una caída?, ¿volverías a subir a la misma copa del árbol, el que una vez te dio una vista hermosa, pero ocasionó que te fracturaras un brazo? Cuando menos, Saskia no...