Yuri
—¿Teenage dream?
—No.
—¿Thinking out loud?
—Esa quedó descartada desde hace tiempo.
—¿Mirrors?
—Muy romántica.
—¿Marry you?
—Vamos a bailar, no a casarnos, Yuri.
Hago un puchero, sólo porque no quiero admitir que su último comentario me ha resultado embarazoso.
Saskia tenía demasiada razón: el tiempo pasa rápido. Hoy comienza la tercera semana de abril y no nos hemos decidido por las canciones. Ni siquiera parece que ha pasado un mes desde que vengo a su apartamento.
Lilia ya nos dijo que quería tres canciones que se acoplen a los géneros que se van a utilizar en la categoría. De esas, sólo llevamos dos: Marvin Gaye, de Charlie Puth y Meghan Trainor, y una canción de Barry White (no recuerdo el nombre). Y tenemos que tenerlas esta semana para que ella las pueda revisar.
Estoy recostado en las piernas de Saskia, las cuales ella tiene cruzadas mientras utiliza su computadora.
He aprendido cómo acercarme a ella sin asustarla, como lo hice la primera vez. Los límites que antes teníamos, y que violábamos con frecuencia y ocasionaba que discutiéramos, se han ido borrando gradualmente.
Su cuerpo es cálido y me produce la misma sensación que tocar felpa, por ejemplo.
—I can't take it, take it, take no more... —canta. Tiene un auricular en su oído izquierdo, mientras que el derecho es el que me escucha.
Ella busca canciones de soul, ya que pop es el más fácil de encontrar. A mí se me han agotado las ideas, así que reviso mis redes sociales. A ver qué rumores se han inventado sobre nosotros esta vez.
—¿Puedes hacer esto con tu cabello? —le pregunto, enseñándole una fotografía de una chica con una flor hecha de su cabello trenzado.
—Déjame ver —dice—. Eh, no. —Vuelve su vista a la computadora—. Mi cabello es muy corto.
—Ya no tanto, lo tenías más corto cuando te conocí.
—Ah, ¿sí? —dice de forma indiferente.
—проклятие! (¡Maldición!), Saskia, tienes que peinarte. —Me levanto de su regazo—. No puedes llevar un moño con el listón todo el tiempo.
—Claro que puedo —contesta ella—, estoy en mi derecho.
Comienzo a sentir el calor en mis mejillas y digo de forma aturdida:
—Te quiero peinar. Ya, ¿contenta? Estoy aburrido.
—Pudiste decirlo antes —contesta—. Creí que los rusos eran más directos.
—Y yo creía que las alemanas eran más reservadas. Bienvenida al mundo real.
—El mundo real apesta.
Cierra su MacBook y se levanta.
—Pero que sea en mi habitación.
¿Habitación? No. Estamos solos y ella me invita a su habitación. A mí, que soy hombre. ¿Esto es a lo que llaman "dar el siguiente paso"? Hablando en términos de amistad, claro.
—¿Por qué no aquí? —pregunto en un intento por hacerla entrar en razón de lo que significa cuando una chica y un chico se encuentran solos en un dormitorio.
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Breaking the ice
Fanfiction¿Alguna vez te has preguntado hasta dónde te puede llevar tu inseguridad después de una caída?, ¿volverías a subir a la misma copa del árbol, el que una vez te dio una vista hermosa, pero ocasionó que te fracturaras un brazo? Cuando menos, Saskia no...