Capítulo 40

28 4 0
                                    

Saskia

No sé si fue por la ayuda de ese día, porque evitó que el problema me afectara. La verdad, no entiendo qué hace que sienta una necesidad por estar con Yuri cada jodido segundo.

Cuando salimos del parque, lo único en lo que pensaba era en llegar a mi apartamento y encerrarme en el baño a reflexionar sobre lo ocurrido, lo cual hubiese terminado en otro bloqueo mental. Pero Yuri fue tan insistente, aunque compresivo. Incluso me pude bañar (los gérmenes de Luka quedaron en mi hombro) estando él en la sala, esperando a que yo saliera. Agradezco que no haya dejado hundirme.

Sin embargo, esa noche noté que él tenía algo que captaba mi atención. Cuando bailamos Blood, Sweat and Tears de BTS, mi mente estaba ocupada en sus mejillas rojas, la contracción de su pecho, su flequillo un tanto húmedo por el sudor, y los extrañamente seductores sonidos que salían de sus labios al inhalar y exhalar.

Maldita sea, se veía muy bien. Se veía tan bien como se ve ahora.

No había pensado de esa forma, y no sé qué me ocurre.

Pero eso no importa, ¡porque él no ha podido hacer el salto con Split sin caerse! Así que he ganado, y se lo he restregado en cara.

Ya pensaré en un castigo.


Yuri


Fueron horas nuevamente. Los levantamientos, los pasos...

"Get up. Get up".

Y eso fue todo.

—¡Lo logramos! —exclamó Saskia, chocando su puño con el mío.

—En un solo día —digo—: fue increíble.

—Pero, ¿van a poder hacer el levantamiento con salto en el hielo? —nos pregunta Lilia, quien ha supervisado nuestra coreografía completa tanto en la pista como en la sala de baile, en donde nos encontramos ahora.

Al levantamiento que se refiere consiste en que Saskia salto al lado mío; la tomo, cruzando mis brazos, al mismo tiempo en que ella salta y queda por arriba mío; hace un Spagat; y, finalmente, cuando desciende, ella tiene que lograr que sus piernas queden abrazando mi cadera. Es una posición un poco malinterpretada.

—Lo intentaremos —responde Saskia, apretando el listón del cabello más por nervios que porque realmente necesite el ajuste.

—Está bien —desiste Lilia—. Los veo mañana. Yuri, ¿vienes de una vez o regresas solo?

—Regreso solo —contesto.

Normalmente, voy con Saskia para divertirme un rato. Espero fuera de los vestidores a que se dé una ducha y se cambie de ropa para irnos.

—Te recuerdo que has perdido —me recrimina antes de meterse a las regaderas.

—Ya qué —gruñí—. ¡Aunque no fue justo!

—Tú apostaste primero.

—Sí, pero tú eras gimnasta, y hacías esto más seguido.

—Pero no en el hielo. ¡Ja!

Entonces se asoma por la puerta del baño de chicas y levanta su dedo corazón hacia mí, junto con una sonrisa burlona. Yo me sorprendo por ese gesto, aunque decido reír y devolverle su "amorosa" señal.

Sí, hay algo cambiado. Estoy muy lejos de adivinarlo y no quiero meterme en problemas existenciales en este momento, así que no le doy más vueltas. No obstante, sí hay algo diferente en cuanto a la forma en que me trata.

Breaking the iceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora