Capítulo 36

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Saskia

Cada segundo que pasa se convierte en una tortura para mí, como si me cayeran miles de gotas de agua sobre la frente. Se supone que una chica promedio de mi edad, debería sentirse emocionada por ser su primera cita, pero yo siento que lo que me consumen son los nervios, no el entusiasmo.

Me preocupa hasta dónde pueda llegar Luka: puede llegar a besarme más allá de la mano o de la mejilla. La verdad, no espero que mi primer beso sea robado, sino que yo quiero ser quien controle el entorno en el que suceda, y con quién darlo. He comprendido que hay momentos que te marcan de por vida, y no creo que Luka sea uno muy bonito precisamente.

La principal causa de mi miedo es que él parece no tener pudor alguno. Por la noche, él y yo estuvimos mandándonos mensajes. Si me hubiese dicho lo que me dijo por llamada, habría arrojado el teléfono.

Luka: Tus labios se verían muy bonitos con labial rojo. Dejarías buenas marcas <3

Por ese contexto fue nuestra conversación. Lo único que yo era capaz de teclear eran inseguros "gracias" y "¿enserio?". En unos pocos mensajes, yo respondía con un mínimo cumplido.

No tengo nada en contra suya, ni es feo (eso no es muy importante), así que estoy segura de que no lo aborrezco, y que mi sensación es causada por no saber controlar mi poca ansiedad social. No lo he logrado superar del todo.

Cuando menos, agradezco que Yuri haya aceptado acompañarme. Creo que ni Heller, Anneliese o Kirsten hubiesen estado dispuestas a hacer eso por mí. De hecho, cuando mi hermana murió, ellas decidieron no meterse en mis "asuntos"; yo sólo requería de un poco de apoyo emocional.

Heller se separó para irse con un grupo de chicas más populares en la escuela. Las otras dos chicas no me dirigían la palabra, y nadie sabe de lo que fue de su vida social. No sé cómo puede considerarlas mis amigas.

-No. -Lo tiro-. Tampoco. -Lo tiro-. ¡Por supuesto que no!

Hurgo entre la ropa que he traído de Alemania y la que he comprado aquí y ninguna parece adaptarse a mis necesidades. Talvez debí hacerle caso a Mila cuando me dijo que la acompañara a comprar ropa. Ayer, su voz se escuchaba un poco nerviosa; me extraño que también llamase a las 7:00.

Sacudo la cabeza y miro mi reloj. Me doy cuenta de que he perdido un poco de tiempo al salir de entrenar. Cuando vine a mi apartamento, comencé tarareando Playing with fire de BLACKPINK, y luego no pude evitar ponerla en mi computadora y bailarla hasta que me dolieron los pies. Hacía mucho que no bailaba lo que a mí me gustaba, ya que estaba ocupada repasando mis programas de patinaje y planeando tácticas y pasos para que Yuri lograse bailar.

Recobrando mi realidad, he encontrado un vestido de dos colores: blanco en la parte superior y carmesí en la inferior, con los hombros caídos. Ese vestido lo compré en Navidad, hace tres años; hace tres años dejé de crecer. Sin embargo, algo me dice que no debo de llevarlo: ¿quién llevaría ese vestido a un parque? Es más, ¿por qué llevaría un vestido?

Sinceramente, no planeo que Luka se fije en mí: mejor si no lo hace, de hecho. Así que tomo las primeras prendas que voy encontrando en la pila de ropa que acabo de sacar. Por suerte, encontré una playera blanca Guess, unos pantalones denim de cintura alta (ni siquiera tengo una cintura) y un suéter rojo.

<<Peor es nada>> pienso, encogiéndome de hombros. Coloco las prendas sobre mi cuerpo y me pongo unos Converse blancos. Luego, desenredo mi cabello y lo ato en una media cola. Diablos, debí pedirle a Yuri que viniera a ayudarme.

Me siento en el sofá, esperando, mientras contemplo una foto en la que aparecemos Richelle y yo cuando fuimos al Times Square. Me gustaría que ella estuviera aquí, ayudándome a vestirme y peinarme como se debe, a hablarme de qué hacer y qué no hacer, e incluso si mi cita sale mal, ella comería helado conmigo mientras yo lloro (si ella no hubiese muerto, yo seguiría siendo sensible).

Breaking the iceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora