Breaking the ice

Capítulo 58

Saskia

"What are you waiting for?"

La vuelta me marea, pero soy capaz de recuperar rápido el equilibrio. Nuestras respiraciones van a tope; supongo que es normal al ser ésta la décima vez que intentamos.

Giro, le tomo la mano, le toco el cabello y rozo ligeramente su blanca piel. Sus ojos siempre buscan la forma de encontrarse con los míos. Dos diferentes tonos de verde encontrándose uno frente al otro.

"Touch me like you do"

Y ahora solo ruego porque salga bien.

Sujeto su mano y él la pasa por detrás. Doy un pequeño salto para quedar pegada a su espalda; la mano de Yuri sostiene tímidamente mi pierna izquierda a la altura de mi muslo. Es ahí cuando subo mi pierna derecha a la altura de mi cabeza y la sostengo con mi mano, mientras la otra queda como apoyo en el hombro de mi pareja. Siento un jalón en los tendones de mi espalda debido al agotamiento.

Trato de resistir las cinco veces en las que Yuri tiene que girar.

Una.

Me quedo sin aire.

Dos.

Tres.

Ya casi.

Cuatro.

Cinco.

¡Lo logramos!

Me da una mano para bajar. Mis mejillas están rojas por dos razones: por el esfuerzo físico y el constante contacto cuerpo a cuerpo con la persona a la que me siento atraída.

"What are you waiting for?"

El final es más suave, al igual que nuestros movimientos. En estos últimos segundos sólo cruzo mis piernas, mientras él se encuentra detrás de mí, posicionando sus manos en mi cintura. Nos arrodillamos uno frente al otro, deslizando nuestros dedos en la sien del contrario hasta llegar a su barbilla, sin dejar de mirarnos. ¡Maldición! ¿Qué estaba pensando yo al poner este movimiento?

—¡Woah! —grita Yuri, dejándose caer en el hielo envuelto en sudor; hasta nuestras respiraciones van en el mismo ritmo—. ¡Ya!

—Es la cuarta vez que lo hacemos bien —apunto entre jadeos.

Me coloco las manos en la cintura y me siento a su lado, en donde soy capaz de apreciar cómo unos mechones se adhieren a su frente. Se ve tan jodidamente sensual.

Han pasado ya varias semanas en la que me percaté de un posible enamoramiento (¿es necesario llamarlo de esta forma?) hacia Yuri. Sin embargo, dándole más y más vueltas, decidí no seguir con eso. No quiero salir con él, por mucho que lo desee muy internamente. Lo hago por miedo a encariñarme y tener que dejarlo cuando regrese a Alemania. Suena duro, y así lo es. Pero lo hago por beneficio de ambos.

—En menos de dos días —comentó él; se escucha menos agitado. Me pregunto si no se le está quemando el trasero.

—Ya sé. —Lo que digo me sienta como un golpe en el pecho—. Pasó muy rápido.

—¿Verdad? ¿No te emociona?

—Bueno, en parte —respondo sinceramente, apartando la vista—. También me preocupa.

—¿Por qué?

<<Porque será el final de todo, porque ya no te veré a diario>>.

—Las demás parejas tienen experiencia en Danza. Nosotros somos principiantes.