Breaking the ice

Capítulo 17

Saskia

Intento no mirarlo más que con el rabillo del ojo; no me esperaba que Yuri fuese a venir por aquí. Ya lo había visto desde que escuché el ruido de su celular al estrellarse contra el pavimento, y yo escaparía, como estoy acostumbrada a hacerlo, pero ya no lo hago.

—Hola —me dice; está a mi derecha, apoyado sobre el barandal.

Sigo mirando hacia enfrente cuando le contesto cortantemente:

—Hola.

Estuve observando el sol ocultarse, hasta que el cielo se tornó azul índigo. No había escuchado que habría una tormenta de nieve, por lo que no traje un abrigo más grueso, ni botas, ni una maldita bufanda. Ya no quise regresar al hotel de nuevo. Vine a disfrutar mi soledad viendo el río.

Yuri suspira, dejando salir el hielo seco de su boca. Él no parece haber venido para observar, no da la impresión de ser ese tipo de persona. Veo que tampoco le interesa mucho el clima. Luce algo cansado; me imagino que no dejó de entrenar desde que yo me fui.

Muevo la lengua nerviosamente dentro de mi boca, porque sé que hay algo que debo decir, algo en lo que estuve pensando y dándole varias vueltas.

Es ahora o nunca.

—Perdón por...

—Lo si...

Los dos nos cubrimos la boca después del choque de nuestras voces.

—Tú primero —dice.

Podría contestar "no, tú primero", y él volvería a insistir, y yo haría lo mismo. Sin embargo, la que debe hablar primero debo ser yo. Tomo aire y lo suelto:

—Perdón por lo que pasó hace momento, también por lo de hace varias semanas. —Muevo mis pies sobre la nieve—. Es algo difícil de explicar... —gruñí con frustración—. Debí decírtelo hace mucho tiempo.

Se me paralizan los labios. Quisiera llorar, pero no deseo que Yuri me vea hacer eso de nuevo.

—Mira... —Dejo caer mis brazos con desánimo.

Me ve de pies a cabeza; tiene el mismo semblante de siempre: disgusto con todo el mundo. Pero su mirada oculta algo suave. Es asombroso.

—Lamento lo de tu hermana —dice abruptamente.

Abro mucho los ojos, conmocionada.

—¿Có-cómo lo...

—Viktor me lo dijo —contestó antes de que yo terminase.

—¿Y cómo lo sabe Viktor?

—Tu madre se preocupa mucho por ti. —Capto lo que él dice—. Sé que es un asunto muy privado y que ni Viktor ni yo debimos de saber, pero era pertinente que...

—No, no, no —respondí, negando con la cabeza—. Está bien, enserio. —Siento que se me cae un gran peso de encima—. Creo que no hubiese encontrado la manera de decírtelo sin que llorara... y luego enojarme por ser tan débil. —Reí levemente—. Arruino todo.

—Yo debí preguntarte —asegura Yuri; su voz sigue sonando agresiva—. Disculpa mi... actitud.

Desvía la mirada hacia el río, dejando que una pequeña gota de orgullo le impida seguir hablando.

—Sé que estás presionado —digo—. Está bien.

—No sé por qué el retrasado de Viktor me quiso poner como tu coach.

—Porque tenemos la misma edad. —Cambio el peso a mi pierna izquierda—. Cuando llegué aquí me dijo: "ambos tienen la misma edad; estoy seguro de que se llevarán bien".