Saskia
Esto es más complicado de lo que creí. Jamás pude imaginarme el gran esfuerzo que hacían mis coreógrafos al poder dirigir un grupo de baile. Ni siquiera puedo hacer esto con una persona.
—¿Qué tal lo estoy haciendo? —me pregunta Yuri mientras resuella.
Entrecierro los ojos, haciendo que mi mirada lo penetre. Me voy detrás de él, aprieto sus hombros con mis manos y lo sacudo con potencia. Un sonido extraño, parecido al lloriqueo de un cachorro, sale de su garganta.
—Deja la firmeza para el patinaje, Yuri —le sugiero—. Trata de relajarte; entiendo que es tu primera vez, así que no voy a reírme por más mal que lo hagas.
—¡Pero tú me estás viendo! —justifica.
—Entonces bailaré contigo.
Había estado cometiendo el error de enseñarle los pasos y observar cómo los repetía con la música. Mis coreógrafos lo hacían de esa forma y me funcionaba. Yo era capaz de retener los pasos en mi mente y reproducirlos con facilidad; no sé si Yuri también puede. Cada persona tiene su forma de aprender.
—Antes —dije—, ¿tienes alguna duda?
—No.
—¿Seguro?
—Sí.
—Bien. —Empieza la canción—. Recuerda: ya nadie te ve; yo me concentraré en mis pasos.
Los pasos comienzan desde que dice "it's going down for real" por primera vez; llevo coreografiando hasta "surfboard and high tide".
Yuri sólo se confundió en dos pasos, los cuales eran demasiado rápidos. No obstante, ya lo vi mucho más suelto, con más ritmo al moverse. Simplemente, él estaba nervioso.
—Muy bien —lo elogié, dándole una palmadita en el hombro.
—Me equivoqué —contradice—; no mientas, Rocky.
—No miento —aseguro, cruzándome de brazos—. Pero, ¿quieres saber cómo se comprueba eso en hip-hop?
—¿Cómo?
—Con otra ronda.
Y caímos en un juego sin fin. Repetimos esa parte cinco veces más. Estábamos cansados, uniendo nuestros jadeos y provocando que la temperatura de la sala subiera; podía notar un poco empañado el espejo. Y, en un momento desprevenido, me doy cuenta de lo atractivo que es Yuri estando tan agitado, con la euforia causando su entrecortada respiración.
—Paremos ahí —me pide, acostándose en el suelo.
Bailamos dos minutos de la canción; muy rápida para comenzar. Me limito a sonreír amablemente.
Hace tiempo que veo a Yuri de otra forma. Pasé del "no quiero que me toques" a querer tener sus músculos en constante contacto con mi piel. Ese es el sucio deseo que tengo, y no sé por qué se ha generado.
Yuri Plisetsky, ¿en qué has cambiado?
—¿Continuamos?— le pregunto.
Yuri me mira y echa la cabeza hacia atrás, volviendo a recostarse. <<Tu sentido del humor me agrada>>.
Yuri
Mierda, no tengo ni puta idea de por qué me pasa esto. Cuando vi bailar a Saskia tan de cerca, me ha dado un vuelco el corazón, y he estado atento a cada uno de sus movimientos (y me refiero a absolutamente ¡todos!). Mientras baila, ella desprende la esencia del talento y la energía. Y lo he aspirado por más de una hora.
—Hay que continuar mañana —me dijo—. Ya sólo nos quedan treinta segundos de la canción.
—Sí.
Practicamos algunos saltos, tratando de corregir uno que otro detalle. Saskia ya puede hacer las piruetas con más velocidad, aunque termine apoyándose sobre mí.
Termino de ducharme y me ato las agujetas de los tenis. Tuve que rechazar la invitación habitual de Saskia a su apartamento, ya que mi abuelo quiere hablar conmigo esta noche. Yo también tengo prioridades.
A veces quisiera que todo comenzara a ir más rápido, que llegue el momento en que ambos tendremos que sujetarnos de las manos y pongamos nuestra confianza en el otro. Sonrío estúpidamente al recrear una imagen un poco romántica entre patinadores profesionales. Pero ambos seguimos siendo niños.
—Contigo quería hablar.
Me doy la vuelta, dando un saltito, y veo a Georgi cerrando un casillero. Casi no hablamos, pues siempre está ocupado llorando por su ex o consiguiendo citas con otras chicas. Es de ese tipo de personas que viven por y para el amor. Yo no entiendo un sentimiento tan ambiguo como ese.
—¿De qué? —pregunté, tratando de disimular la sonrisa que tenía torcida hace apenas unos segundos.
—Te he notado diferente.
Y me siento diferente, de hecho. Usualmente, lo escucho contarme sus desafortunadas anécdotas amorosas, por eso me impresiona que quiera hablar de mí ahora.
—¿En qué sentido? —Me tiembla un poco la voz.
—Pasas menos tiempo con nosotros, sonríes espontáneamente, y estás distraído. —Pone una media sonrisa y se sienta al lado mío—. Sé lo que tienes, pero quiero que tú me digas.
Sacudo la cabeza. Me siento extrañamente culpable, pero ¿de qué? Ni siquiera sé en qué cambié o qué he estado haciendo mal. Quizá él sepa decirme; yo sólo tengo 16 años, y Georgi tiene más experiencia que yo.
—Dímelo tú —desisto.
—A ti te gusta una chica.
De pronto, siento una roca pesada descansar sobre mis pulmones. No creo que tenga razón, ya que me han gustado muchas chicas a lo largo de mi vida, y la manera en la que se manifiesta esa atracción no suele ser como él me la ha descrito. Sin embargo, de ser así, ¿quién podría ser?
—Oye —continúa diciendo—, es normal. La mayoría de los patinadores de clasificación en pareja se llegan a sentir atraídos alguna vez.
¿Pareja?, ¿se está refiriendo a Saskia?
Se equivoca. La relación que tengo con Saskia no me ha generado el sentimiento de "gusto". No he estado investigando qué le gusta hacer, qué le desagrada y qué puedo hacer para salir con ella, como lo he hecho con otras chicas. Todo se volvió parte de un plan muy estructurado, el cual no he aplicado con Saskia. Por lo tanto, no me gusta.
Quisiera decirle que no es verdad, que sólo están malinterpretando nuestra amistad. Pero ya es tarde y tengo que llegar a casa para hablar con mi abuelo.
—De todas formas —agrega—, te recomendaría que no te quedaras con el sentimiento guardado. Eres joven, así que tienes oportunidad de generar el menor número de arrepentimientos posibles. Te aconsejo decírselo antes de diciembre. видеть вас (Nos vemos).
Me deja solo.
No me arrepentiré de nada porque no quiero hacer nada con ella. Sin embargo, ¿por qué antes de diciembre?, ¿qué pasará luego?
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Breaking the ice
Fanfiction¿Alguna vez te has preguntado hasta dónde te puede llevar tu inseguridad después de una caída?, ¿volverías a subir a la misma copa del árbol, el que una vez te dio una vista hermosa, pero ocasionó que te fracturaras un brazo? Cuando menos, Saskia no...