Capítulo 27

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Yuri

Regresamos al entrenamiento habitual en San Petersburgo. Ese día, sentí que todo había cambiado:

—Déjame hacerlo sola, ¿de acuerdo? —me pidió Saskia al entrar a la pista para comenzar los saltos.

—Ah, cierto. —Pongo los ojos en blanco y hago una sonrisa torcida—. Perdóname, campeona de Rusia.

—Te estoy ahorrando el trabajo, dumm (tonto). —Me da un toque en la nariz con su frío dedo.

La observo desde la valla. Ya he llegado a ese punto del "¿y ahora qué?". Quizá debí plantearme más objetivos, pero, para ser sincero, no creí llegar tan lejos con ella; creí que regresaría a Alemania tras competir.

Meta #1: conseguir los 139 puntos. Hecho.

Meta #2: No hay nada.

No le he preguntado a Saskia si tiene algún plan para estos meses. Todavía falta mucho para diciembre.

Ella hace los saltos con más control y no hace un ruido tan fuerte al caer. Finalmente, a los 15 años, ella ha descubierto quién es en realidad y qué es capaz de hacer. Fue capaz de causar controversia en un país en su primer intento. Su apariencia física no ha cambiado, pero percibo una nueva energía en ella. Percibo algo positivo.

Pero me preocupa que su actitud cambie cuando vea lo que han dicho sobre ella y yo. O puede que ya lo haya visto y por eso no quiere que yo me acerque. Espero que no.

—Cierra la boca, Yuri —me espeta Mila, tocándome la barbilla y empujándomela hacia arriba; ¿enserio tenía la boca abierta?

—Argh, tú otra vez.

Ella se para justo al lado de mí. No odio a Mila: es que nuestra manera de interactuar. A ella le gusta molestarme y yo me enojo, pero me divierte cobrar venganza. Con Saskia, ocurre algo similar, sólo que ella busca la forma de hacerte desesperar y ser siempre quien ríe al último.

—Vaya, debes estar muy enamorado como para no ponerte a discutir conmigo —parlotea.

—¡Ella no me gusta!

—Por favor, te la devorabas con la mirada en las nacionales.

—Es mi aprendiz, es obvio que tenía que verla.

—Sí, pero eso parecía acoso.

—Lo dice la experta en stalkear personas.

No me protesta. Mila se ríe de forma pretenciosa.

—Es muy bonita —dice, ya de forma más sensata.

No puedo estar tan de acuerdo con lo que ella dice. No puedo decir que Saskia es bonita porque no sé a qué sentido se refiere. Ese día, durante el programa libre, me llegué a fijar en su apariencia física más de lo que había hecho en meses anteriores. Sin embargo, no puedo concluir que esa particularidad suya la acompañe a todas partes.

—Mila —la llama Yakov, algo molesto. Conociéndola, me atrevo a pensar que ha dejado un programa a medias sólo para venir a perturbar mi paz.

—Sólo te digo que tienes buenos gustos —añade.

Ya no pude ver qué hizo Saskia. Patina hacia la valla, sosteniéndose exhaustivamente.

—¿Te sientes bien? —le pregunto espontáneamente. Ni idea de por qué.

—Te odio —me contestó.

—¿¡Y ahora por qué!?

—Porque no tienes ovarios.

Breaking the iceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora