Breaking the ice

Capítulo 51

Saskia

Pensé que eso de los lentes era muy estúpido. Parece ser que nadie ha sospechado quiénes somos; esto va fuera de mi rutina, ya que en un día normal se me acercan como 12 personas a preguntarme por una foto o por una firma siquiera.

No entiendo por qué me siguen, por qué dicen admirarme. Lo único que veían los demás en mí era una principiante de 10 años en una competencia en la que no debía estar. Veían a un ciervo recién nacido aterrizar saltos en el hielo. Luego vengo a Rusia, compito una vez en las nacionales y ¡bam! A todos les gusta. ¿Qué hice tan bien?

—Está empezando a hacer más frío —dijo Yuri—. ¿Estás bien?

—Todavía es soportable —aseguro con indiferencia.

Mis ojos vagan a cualquiera de las calles, a varias personas con semblantes serios, a niños con apenas visibles sonrisas, y a las parejas que caminan ajenos al resto. Entonces me percato de que Yuri y yo lucimos similares a ellos, como una pareja sentimental. ¿Soy yo o los constantes comentarios que asumen un noviazgo entre nosotros está comenzando a alterar mi percepción?

Richelle una vez me dijo: "presiento que no te darás cuenta cuando te enamores". Eventualmente, no sé lo que se siente "estar enamorada"; no recuerdo que me haya gustado algún chico más allá de lo que aparentaba ser. Aunque pienso que es porque me encerré en mí misma, ignorando por completo el aspecto sentimental. No he establecido mi ideal de novio.

De repente siento que doy un paso en falso. He pisado un escalón. Estamos en la estación de metro. Casi nunca, en todo el año que llevo viviendo aquí, he viajado en el metro: prefiero caminar e ir observando la ciudad. Pero, cierto día, la curiosidad me absorbió y viajé en metro hasta las zonas comerciales.

En presto bajan los pasajeros, Yuri y yo subimos. Él sigue sujetándome los hombros como un padre protector. Estando adentro, inconscientemente asimilo la imagen con la película Nerve, cuando Ian se encuentra con los espectadores antes de la final con Vee.

Durante el trayecto, hablo con Yuri:

—¿Recuerdas cuando trataste de hacer el Axel doble hacia tu izquierda y caíste sobre mí? —dije entre risas, que más bien suenan como murmullos.

—Ese día descubrí que no soy zurdo —bromeó.

Tenemos que reír a poco volumen: hay tanto silencio que da miedo. Las personas se dirigen miradas, articulan con sus manos y murmuran. Un poco de ruido no vendría mal.

Sin embargo, entre el silencio y el espectro de calor de los cuerpos, ciertas palabras, provenientes de los auriculares del chico que está a mi izquierda (quizá no sabe lo riesgoso que es escuchar música a tan alto volumen), llegan a mis oídos: "If this is love I don't wanna be hanging by the neck before an audience of death"

—Sarcasm —adivinamos al unísono.

—¿Escuchas Get Scared? —le pregunto a Yuri.

—¿Tú qué crees?

Por veces me ponía a pensar en la razón que me llevó a hacerme su amiga. Quería estar segura de que fuera amistad y no un compañerismo profundo. No obstante, ahora que lo veo, tenemos intereses y actitudes parecidas, sólo que algún detalle es el que nos mantiene en equilibrio.

Seguimos hablando hasta que el metro se detuvo. Bajamos y al salir la escena se repite: un mar de personas esperando a que las puertas se abran. Comienzan a caminar al lado contrario al que yo voy, empujándome. A puesto a que no me ven. ¡Maldito enanismo!