Capítulo 19

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Saskia

Anoche terminé de hacer una caja para el regalo. No tenía planeado terminarla, pero estaba escuchando música en ese momento y me emocioné. Para cuando me di cuenta, la caja ya estaba ahí hecha, a las 11:00 p.m.

Me siento bien hoy, con ganas de seguir bailando. Estaba escuchando Work from home de Fifth Harmony y perdí un poco el tiempo tratando de hacer twerking.

Estuve pensando en una lista de canciones que me gustarían para mi programa libre, y resulta muy, muy larga; sin embargo, debo reflexionar sobre cuál describe más lo que siento. A más tardar, hoy debo darle la respuesta a Lilia.

Entro a la sala de baile. No hay nadie. Son las diez.

Comienzo a trotar alrededor para calentar, hago abdominales, lagartijas, sentadillas y otros ejercicios para condición física. Y sigue sin haber nadie. No debería hacer tantas repeticiones, ya que me duelen los pies después de hacer cuádruples... y, en parte, por haber bailado tanto. De hecho, tengo las heridas que los patines me han dejado.

"El dolor es momentáneo, pero la victoria es para siempre". Esa es la frase que solía repetirme mi coach de gimnasia cuando nos estiraba y yo trataba de no gritar. A pesar de que me he golpeado y lesionado, he logrado hacer más cosas que las personas promedio no pueden. Siento como si algo me quemase dentro del pecho, lo cual se libera como una chispa ardiente cuando logro algo.

Dado a que nadie viene, canto sin inhibición.

It's too hard to sleep. I got the sheets on the floor...¹

Luego, sin más, mi cuerpo empieza a moverse, sólo poseído por el ritmo de la música. Veo mis pasos en el espejo, corrigiendo pequeños detalles. Esto es lo que yo solía hacer en la academia de baile.

Just the thought of you gets me so high, so high!

Girl, you're the one I want to want me. —Yuri entra sin avisar.

En parte, me siento apenada, como si hubiese sido descubierta desnuda al salir de la ducha. Pero, si me quedo rígida como tabla y me cubro el rostro con las manos mientras me pongo roja, sólo haré que él se ría de mí. ¿Qué hago?, ¿gritar y lanzarle mi zapatilla? No, tampoco es para tanto.

Hago lo primero que se me ocurre:

And if you want me, girl you got me. There's nothing I, no, I wouldn't do, I wouldn't do, just to get up next to you.

—No sabía que bailabas —comenta con una falsa sonrisa amortiguada.

—Ahora ya lo sabes —contesto, encogiéndome de hombros—. ¿Quieres estirar ya?

—Sí.

Me pregunto si Yuri me habrá visto desde que comencé a cantar sin pena alguna. Pienso en si él tiene esa vergonzosa situación en su mente.

—¿Por qué llegaste tarde? —le pregunto mientras lo ayudo a abrir más el Split, en un intento por desviar sus pensamientos sobre mí bailando y cantando. Me arden las mejillas.

—Bella estaba enferma —contestó con un pequeño quejido—, estuvo vomitando cada quince minutos. Me dormí a la una de la mañana porque el medicamento le hizo efecto a esa hora.

—Eso es lindo de tu parte.

Yuri levanta una ceja, mirándome como si yo fuera una demente.

—¡Me refiero a que cuides de tu mascota, tonto! —aclaro de manea desesperada.

—Me das risa ahora —dijo, burlándose—. Estás tan roja como mi chaqueta.

—¿Do-dónde está Lilia? —balbuceo sin dejar de sentir que me han acercado un cerillo al rostro.

Breaking the iceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora