Capítulo 59

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Yuri

Al fin llegamos a Londres. Talvez el tiempo se me hubiera hecho más corto ¡si la bruja pelirroja no hubiera venido con nosotros! Tuve que estar soportándola por más de 12 horas interrumpiéndonos a Saskia y a mí cuando tratábamos de hablar.

A pesar de que la idea original era llevar sólo a los COMPETIDORES, Mila compró un boleto aparte para el mismo vuelo que nosotros, inclusive cuando tuvimos que trasbordar en Moscú.

Menos mal que Georgi también nos acompaña, ya que él sabe mantener ocupada a Mila. En secreto, desearía que ellos dos fueran pareja, en lugar de que la bruja persiga a mi mejor amigo.

Saskia y yo estábamos jugando verdad o reto, aunque las preguntas que nos hacíamos iban adquiriendo un aire más sucio conforme más tiempo pasábamos en el avión. Me pregunto qué es lo que ella y Viktor se hablaron cuando vinieron a San Petersburgo.

Al llegar al hotel Grand Royale, Yakov nos dio las llaves de nuestras habitaciones y nos indicó:

—Personas de su mismo sexo duermen en la misma habitación.

Estuve a nada de oponerme. De no haber sido porque Saskia me dirigió una mirada de advertencia: algo quería decirme.

—Está bien —respondimos los cuatro patinadores al unísono.

Nos dispersamos por un momento en el lobby, en donde había unos cuantos fans siendo controlados por guardia de seguridad.

—Sé que no vas a dormir con Georgi —susurra Saskia cuando se me acerca.

—¿Qué sugieres?

Ella sonríe, estirando más la comisura derecha que la izquierda. A juzgar por lo secos que están sus labios, debería darle una botella de agua.

—Yakov dará una última revisión a las habitaciones a las diez para asegurarse de que estemos dormidos —explica—. Cuando pase a nuestra habitación, Mila y tú cambiarán, ¿de acuerdo?

—Lo tienes todo bien pensado, ¿verdad? —alegué con un guiño.

—Lo tenía previsto. Los adultos tienden a ser muy predecibles.

Se encoge de hombros antes de irse con Mila hacia su habitación.

Deseaba poder estar más tiempo con ella antes de competir. Veo que nos necesitamos el uno al otro.

Saskia

—Su habitación es la ciento trece —digo—. Tú irás primero hacia allá y, cuando entres, él vendrá aquí.

—Entendido —afirma Mila.

Al parecer, ella sabía que Yuri y yo queríamos pasar la noche juntos (mierda, eso se escuchó muy mal). O lo tenía planeado. Así que, cuando le comenté nuestro plan de cambiar habitaciones, ella aceptó sin revuelos.

Viéndolo desde una perspectiva diferente, Mila siempre ha querido que Yuri y yo seamos algo más que amigos. Procuraba hacer que ambos habláramos o quedáramos solos en algún lugar. Pero ojalá pudiera decirle que esto es unilateral.

—¿No te molesta? —inquiero inseguramente.

—No —contesta de inmediato, con inusual emoción—. Georgi y yo nos conocemos desde hace tiempo. Sólo —se acerca a mi oído para susurrar algo— usen condón, por favor.

—¡No haremos eso! —exclamo mientras reparo en el repentino ardor de mis mejillas.

Mila se ríe.

Breaking the iceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora