Capítulo 64

25 1 2
                                    

Saskia


Volvemos a la banca como si nada hubiera ocurrido, pero yo sigo temblando. Siento todavía los labios de Yuri sobre los míos.

Justo al salir de la pista nos encontramos a Lilia y a Yakov, pasmados, sin reacción alguna. Sólo nos miraban tomados de la mano.

—Fue... -comienza diciendo Yakov, aunque deja la frase a media debido a un pequeño escalofrío.

—Antes que nada —interviene Yuri; parece más maduro al hablar así— quiero aclarar que yo fui quien la besó primero. Saskia sólo me siguió.

—Yakov no se refiere a eso —dice Lilia con una pequeña sonrisa (¿¡Qué!?)—. Su programa fue tan...

Coloca sus brazos alrededor de nuestros hombros y nos abraza. ¿¡Qué carajos está pasando aquí!?

—Los quiero tanto, niños.

Yuri y yo nos miramos con desconcierto. Ambos éramos tablas tensas. Yo siempre he pensado que Lilia quería tener hijos, pero su matrimonio disfuncional, el posterior divorcio y su carrera como bailarina se lo impidieron. Por eso es que ama tanto a Yuri.

—¡Chicos! —nos llama Mila desde las gradas—. ¡Felicidades! —Hace un corazón con sus manos.

De inmediato, tanto Yuri como yo apartamos la vista, con nuestras mejillas teñidas de color rojo.

A este punto me estoy cuestionando: ¿ahora qué? Ya me besó, pero no sé qué hacer después de esto. ¿Deberíamos hablar? ¿Seguiremos como amigos? Él me dijo que le gustaba, aunque eso no quiere decir que necesariamente tenemos que ser algo.

La herida de mi mano me punza con fuerza. Espero poder ir a la enfermería pronto.

Yuri


Rockefeller Saskia y Plisetsky Yuri, ¡doscientos treinta y nueve puntos!

De nuevo aplauden. Ya me estoy acostumbrando a que lo hagan, aunque sé que muchos no lo hacen porque les agrade el resultado.

¡Nuevo récord mundial en Danza sobre hielo!

Eso es lo último que escuchamos antes de ir a la enfermería a que revisen la mano de Saskia, la cual parece que sigue sangrando, pero en menor cantidad.

No puedo creerlo: compitió así, soportó el dolor, además del pánico que provoca una situación imprevista. La antigua Saskia se habría congelado al ver la sangre brotar de su mano, aunque habría logrado reaccionar después; tarde, sí, pero habría entrado en razón.

Ahora pienso aún más que Saskia es una descomunal criatura con cualidades sobrenaturales.

Al llegar a la enfermería, la doctora Mayer aprieta los labios al observarnos, como si estuviese conteniendo algo.

—E-eh —titubea Saskia. Presiento que sigue en shock por el beso.

—¡Ustedes son GRAN-DIO-SOS! —exclama Mayer con la sonrisa más amplia que te puedes imaginar. Da miedo—. Sabía que entre ustedes había algo. ¡Lo sabía! ¡Yuju! —celebra levantando los brazos.

—¿Eso quiere decir que ya te conocía antes del accidente? —susurro al oído de Saskia.

—Eso parece.

—Oh, cierto, tu mano. —Felicity por fin sale de su burbuja de azúcar—. Te colocaré un vendaje nuevo; sin embargo, tienes que ir con al hospital a que te pongan algo más resistente y te receten algo que acelere el proceso de cicatrización, ¿de acuerdo?

Breaking the iceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora