tres percepción

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Maldita vieja optimista como osa reírse de mi, de mi desgracia, del maldito callejón sin salida en el que me encuentro como si yo fuera su bufón y se dice mi amiga, puede tener una perspectiva optimista que no yo no encuentro, ¡pero que demonios estaba haciendo! maldecir a la persona más dulce que con la que contaba en esos momentos, pero sí, estaba segura que la vieja ladina se atrevió a poner en la boca de su padre la palabra matrimonio y hasta el tiempo prudencial de un mes después de guardar el debido luto y sin tan siquiera haber sido presentada en sociedad.

—¡Oh vamos! -se dijo en voz alta era absurdo cual sociedad si su padre era prácticamente un paria, y a quien podría culpar de ello si debía aplaudir que no le rindieran pleitesías a un ser tan despreciable por muy titulo nobiliario que trajera encima.

*******

Una semana después.

—Es que acaso piensas pasarte ahí el resto de tu vida hoy vendrá tu prometido para hacer las presentaciones pertinentes y después se empezara con el asunto de la dichosa fiesta, el vestido y todo lo demás en una semana el compromiso sera anunciado y se dará una cena algo privada para no dar de que hablar -antes de que continuara interrumpió con asombro y torpeza abriendo la puerta intempestivamente.

—¿Aquí? - preguntó.
—No seas idiota claro que no, en la casa de tu futuro esposo, aquí nadie pondría un pie. Quien querría ir a Wolfoll Hill.

—Faltan 3 semanas Ivett no hagas nada estúpido porque Natán pagara las consecuencias.

Sí, ese era su padre un hombre siempre con una as bajo la manga.

— Con Natán no te metas.

—Solo haré los trámites para que lleve mi titulo,  una vez que este reconocido vendrá conmigo y le enseñare como ser un Nefilt y ser un digno Vizconde Wolfoll pero si te empeñas en molestarme se lo quitare a esa gata inmediatamente no tendré miramientos para con ella.

—No me he negado. -No tenia argumentos,sus ojos se tornaron tristes, Natán ya le decía padre, así lo exigía el Vizconde Wolfoll el tirano zacaria y le trataba con seriedad pero algo más de indulgencia, el chico era listo con aire libre y jovial, le entusiasmaba su hijo varón aunque Madie le restringía en la medida de lo posible siempre le decía al chico soy tu padre así me me debes llamar PADRE no lo olvides Natán sino quieres tener problemas conmigo y el chico repetía PADRE de una manera bastante formal para su edad e inclinaba la cabeza con señal de respeto pero por los cotilleos de cocina al salir lord Zacaria decía los mismo que la mayoría de la cocina "No me agrada" y seguía sus cosas con un leve movimiento de cabeza en reprimenda de que Nefilt estaba muy mal en su comportamiento.

Camino por el pasillo hasta cruzar hacia la cocina y sin más se fue al jardín trasero, necesitaba algo de sol para no verse pálida, tendría que conocer al hombre que serita su esposo y quizás desistía en su intento de casarse en cuanto la viera; era un chica bastante simple de cabello lacios, demasiado lacios para su gusto, ojos miel, nada que ver con los azules de moda y el cabello oscuro cuando el rubio era lo más buscado, sus simples formas unas caderas apenas marcadas no muy delgada, sí, ella era simple chica, quizás demasiado simple, pero que pasaría si el hombre desistía no quería ni pensarlo, tenía que verse algo más que simple. Ella se veía poco atractiva pues sentía que su busto no equilibraba con su cuerpo.

Madie estaba en su cuarto haciendo una bufanda para Natán cuando escucho los pasos acercarse a su puerta, el suave toque aguardo su respuesta y ahí estaba la niña por la que ahora tenia la dicha de ser madre, si llego a esa casa por recomendación de un pariente lejano con la ahora occisa Lady Pam, Ivett alcanzaba los 6 años tan pequeña que apenas y parecía de cuatro muy tímida y frágil, ahora era algo largucha, flacuchenta para su gusto pero con una carita bastante linda inocente y fuerte algo miedosa quien no con la vida que le tocó.

—Hoy conoceré a mi... - los labios le temblaban...- prometido.

—No temas botón de flor, a fin de cuentas solo lo conocerás. Ya le podrás poner cara a tu tortura.

— ¿Como puedes decir eso?

— Acaso es mejor como estas a ahora es mejor tener una certidumbre o terminarás por comerte las uñas, esas manos deben estar doloridas de tanto torcerlas.

—Nani tengo una terrible angustia. Ya no se si quiero conocerlo no sea que desista, tu sabes mírame y entonces que haré con Zacaria.

—Si ese hombre desiste yo misma te protegeré de Zacaria dijo apretándola fuertemente en un abrazo maternal pero sus manos estaban frías.

En ese instante lo supo, Ivett haría lo que estuviera en sus manos por Madie ella se había convertido en su madre desde que su mama cayo enferma y murió, ella tenia edad suficiente para saber que su padre le había hecho mucho daño cuando la saco de la habitación, desde esa ocasión le habían cambiado de alcoba, recordó que habían quemado las sabanas de su cama, ahora su padre quería casarse con la gata como él la llamaba. Solo de pensar la repentina palidez de Madie.

... En la noche...

Estaba a punto de entrar al comedor cuando recibieron una nota excusando a su prometido que no vendría pero que se informaba que en una semana tendría a lugar la fiesta de compromiso esto era una nota para el padre sin un ápice de delicadeza para la plantada prometida. No, ese no sería un príncipe azul, ahora quería conocerlo y a la vez no sabía si agradecer el no conocer el rostro de su verdugo, quizás Madie tenia razón bien valdría tener ya una certidumbre pero con rostro o sin el su prometido existía y habiendo informado que esto seguía y que se conocerían en su fiesta de compromiso no parecía favorable, pero quien era que edad tenia, cual era su apellido así lo recordaba Garbers... Entonces la mujer más ladina de Inglaterra le podría adelantar algo. Así que debía visitar mañana mismo a Lady Warbell.

Sin derecho a elegirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora