capítulo 21

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Cuando desperté, estaba ahí, envuelta en él; me removí él me dejo alejarme me senté y lloré. Me sentía incómoda entre mis piernas está húmeda (pensé que era mi sangre como había dicho Madie) no traía nada debajo del vestido, mis piernas se sentían tensas, con algo de dolor a la vez que débiles, se ofreció a ayudarme, yo quería a Madie conmigo y Gastón se negaba a retirarse.
Todo fue tan rápido, él jalando, él cerrando la puerta, él diciendo que no estaba dispuesto a esperar a que regresara de la habitación de Natán, él encima de mi sobre la alfombra, diciéndome que sería despacio, (oooh siento cómo se me salen las lágrimas) él besándome, él paseando su mano por mi pierna debajo del vestido, él hablándome, él besando mi cuello, él haciendo lo contrario de lo que dijo, estaba jalandome el vestido, me había mordido por encima de la ropa mi pezón, no puedo evitar llorar, no puedo. Lo miré estupefacta y después se alejó de mi para quitarse los pantalones y no podía huir, no debía, esperé por él, por que es lo que debía hacer, con la cara de lado con los ojos cerrados y sentí como bajaba mi ropa interior, y su "algo" tocándome y luego aaah su... "eso" en mi invadiéndome era muy grande quería gritar y grité, me asusté, sí que me asusté, y luego cerró mis piernas protesté pero no me dejo, me había inmovilizado con sus piernas, me sujete de él cuando se empezó a mover. (Siguió sollozando)
Era incómodo, doloroso, ya no quería que se moviera, ya no sé ni lo que sentí, solo quería que me dejara, me asustaba, algo intenso me desesperaba quería detenerlo, solo sabía que él se movia y me abrazaba pero es tan fuerte, tan grande, me llevo a querer gritar ya no aguante así que suplique, ya no soportaba lo que esa cosa entre mis piernas me estaba provocando, me lastimaba, no cabía en mi, quería abrir mis piernas, quería jalarme, zafarme
— Ya no, ya no, me vas a matar.
Mi cuerpo se elevó con fuerza y tuve que gritar ante lo que me hacía, ya no lo podía soportar más, no sé que paso, sólo sé que él mecía su cuerpo sobre mi y que estaba aterrada con su intensidad, mi cuerpo ardía me quemaba, era insoportable, y la invasión y, la humedad en mi cuerpo pensé que estaba sangrando, no tenía control de nada. Sólo se que sentí alivio después de parecer que iba a enloquecer cuando él me libero las piernas, me dejó se hizo a un lado y por alguna razón necesitaba sentir su calor, después de sentir dolor y todo eso.
Quería estar sola, salir de ahí, desaparecer, cuando él me abrazó lo agradecí, no sé porqué pero lo necesitaba.

Ahora hacía lo mismo pero ya no quería estar ahí con mi vergüenza expuesta, sentirme tan vulnerable. Me dijo que debía asearme "que quería ayudarme", le dije que no.

Ya adentro me quite mis medias, el vestido que estaba suelto arrugado y maltratado incluso algo rasgado, después me quite las enaguas mi pololo ya no lo tenía me sorprendí por que en mi ropa no había sangre, me lave con cuidado pero no había sangre, solo fluidos transparentes. Rompí a llorar no entendía nada, pero me dolía mi cuerpo, me sentía tan frágil, me había dicho que no me iba a obligar, que todo iba ser despacio. Creí en él, que no me iba a lastimar, cerré mis ojos y recordé lo que sentía, algo tan extraño algo tan diferente, sentía que su cosa quería abrirse paso en mi solo quería moverme y él me tenía sujeta como había dicho Madie trate de estar quieta a la vez que quería detenerlo pero pasaría como cuando lo quise alejar de Natán no logré moverlo ni un centímetro, mis uñas se encajaban con fuerza pero Gastón no parecía sentir mi desesperación, me calló cuando suavemente me dijo que iba a pasar que no me iba a lastimar pero yo no lo sentí así, me enloqueció, solo me dejó cuando sentí que me quebró todo el cuerpo, quizás por que me dejó tan débil.

Entonces todo se calmo y él me dejo; revivir una vez más esto me dolía terminé con mi aseo, mi cuerpo estaba diferente, mi intimidad estaba hinchada, debía ser normal, ahora... salir, busque un camisón de frió que pedí la noche anterior a Madie y me coloque mi bata. Respiré y lo pensé mucho antes de salir. Cruce la puerta, di unos pasos y me quede inmóvil él seguía en mi habitación, y ahora no sabía a donde ir, no podía ir a la cama ni al sillón no me sentía segura, me sentía muy pequeña y la habitación de repente era tan reducida. Entonces me llevé las manos a la cara para que no viera mi rostro, mi dolor, mi vergüenza.

Gastón se acercó me abrazó y me tense, como pedirle que no me tocará que no me lastimará, me llevo a la cama, me arropó pero no se fue se acomodó del otro lado y otra vez me acogió en sus brazos, de cierto modo me reconfortó.

Y le dije que no quería estar con él, no quería verlo y me negó ese derecho quería Madie conmigo para que me consolara quería huir y no me dejó no me pareció justo. Me dijo que Natán me vería, me sentí retenida, mi hermanito no debía verme así. entonces de cierta forma me conforme con él y me escondí en su pecho y lloré y ya no estaba segura del por qué.

No sé cuanto tiempo pasó cuando la puerta sonó.

(Madie)
Reymond me dió un sobre para mi señora con la dirección de Zacaría Nefilt pero no era la letra de su padre, se me hizo algo familiar pero logré identificar de quién, subí toque la puerta y me contestó él, el sr. Garbers, no me lo imaginé, no que estuviera con él, cuando él preguntó ¿quien es?, no podía irme tenía que contestar y dije:
- Soy Madie.
- Necesita algo Madie.
No sé ni porqué me asomé y ví a Vevet, sus ojos estaban hinchados y entré, estoy segura que lo empuje la abrace, creó que el rostro se me puso palido pero me recupere y entonces lo mire, le reproche que lastimara a Ivett pero que podía hacer, mi muchachita lloró, lloró mucho.
— Llegó esto para ti Ivett. - dije para distraerla, el hombre cerró la puerta pero no se movió.
Eso llegó para usted, le indique una carta con el sello de los Warbell. No se movió. Continuó de pie, desagradable hombre era peor que Zacaria Nefilt, después de su satisfacción y de reírse de mi me había dejado, pero este hombre no se quería ir.

— Ivett quieres comer aquí o bajamos.
— Quiero estar sola y comer... con Madie.

— Ivett, yo... Necesitamos hablar.
— Sr. Garbers, quiero que deje descansar a Ivett.

(Gastón)
Rayos estaba apunto de sacarla a tirones, pero se veía decidida a quedarse y a sacarme de ahí.

**

Estos dos se calmaron por que Ivett se apretujaba en llanto a Madie. Gastón se acercó y su actitud calmó en gran medida la actitud de Madie.

— Ivett ya no llores, pediré que traigan la comida aquí, te dejaré un rato con Madie, para que te sientas bien. Le dejo un beso en la frente.

Se fue a regañadientes. Madie notó que la tocaba con ternura y cuidado.

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