28 Sra. Garbers

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Por la mañana estaban muy abrazados cuando Natán se escurrió de los brazos de Ivett, Gastón se veía mucho más grande que Ivett que estaba encogida de las piernas, Natán sonrió.
- Gashtón cuida a mi Vevet, cuando me vaya. - le susurró al oído y salió de la habitación. Gastón, entre el sueño escuchó sus palabras. Se despertó por el rayo de sol que iluminó la alcoba. Ivett y él estaban solos, entonces deseo despertarla pero la bruja dormilona se veía feliz con un gesto angelical que él no quiso interrumpir, sabía que en cuanto la despertara su rostro perdería la paz y sus inquietudes por su constante acoso por poseerla dejaría su apariencia de angel por la de un cachorro asustado. Todos sus pensamientos se vieron interrumpidos por un alboroto en el pasillo, escuchaba los pasos de sus empleados en el pasillo así que saltó de la cama para evitar que tocaran la puerta y despertaran a Ivett.
- ¿Qué pasa?
- Sr. una vaca se ha caído por la cuneta que da hacia el arroyo, con la lluvia se deslavó y está muy profunda, no puede salir, y los hombre necesitan ayuda.
- No inquietes a mi esposa, iré a solucionar, este asunto.
La falta de personal tenía estos inconvenientes, sus tierras eran bastas y sus arrendatarios comprometidos, pero en estas temporadas hacía falta personal que por falta de supervisión no se solucionó ahora era apremiante contratar y aprovechar al máximo​ las tierra.
Gastón llegó donde 10 hombres abajo y 10 más arriba trataban de salvar a la vaca pero el lodo y declive del lugar no facilitaban la tareas 7 de ellos eran muchachos un poco escuálidos. Reymond ya no estaba para andar en esos trotes y 3 hombres de su generación veían con frustración como su avanzada edad los imposibilitaban a ayudar a los otros 20.

Los 5 caballos de los granjeros se veían cansados, la vaca tenía entumidas las patas, estaba asegurada con las correas pero ya no ponía de su parte, así que se dispusieron los caballos de la casa grande estaban asegurando nuevamente a la vaca peleando para salvarla, pero en la lucha se enterró más, estaba muy débil, si moría la vaca tambien moriría el becerro y la situación del granjero sería lamentable era de los más pobres su mujer había enfermado y el gasto en medicinas​ los mantenía en una situación precaria, ahora se enfrentaban a esto, en su rostro se vislumbraba el cansancio y la aflicción de un futuro incierto. Lucharon codo a codo por salvar a la vaca y ayudar al hombre que ya entrado en años permaneció resilente junto con su grupo.
El sol que brillaba en un principio ahora se ocultaba tras altoestratos que por su experiencia militar parecía no favorecer sus tareas de rescate; debían apresurarse pero también estar fuertes y muchos estaban cansados probablemente no habían probado bocado desde hace horas y si ellos tenían en claro lo que los altoestratos en lo alto significaban estarían tan preocupados como él por terminar esta tarea cuanto antes, los muchachos más jóvenes y flacuchos tenían un aspecto cansado, muchas veces la juventud es impetuosa pero poco astuta eso se reflejaba de inmediato.
Ordenó el cambio de hombres con los de la casa que llegaron con él y mandaron por otros 3 caballos después de observar el aspecto cansado y hambriento de los hombres decidió mandar a uno de los muchachos más fuertes para ir a la casona para pedir alimento para todos los hombres incluso los que le acompañaban salieron con apenas un vaso de leche en el estómago. Palearon y avanzaron en la liberación de la vaca ahora faltaba que ella mostrará fortaleza e hiciera un esfuerzo por mantener su peso sobre sus patas entumidas.

Las mujeres empezaron a preparar las viandas. Natán estaba inquieto así que subió a ver a Ivett que en cuanto estuvo al tanto se puso ropa un vestido sencillo, una enagua ligera y un chal, lo más rápido que pudo, una trenza francesa y se dispuso ayudar.

En cuanto se armaron las tandas tres mujeres salieron rumbo a la zona, con té, viandas, y utensilios que pudieran ocupar, Ivett estaba preocupada así que decidió ir con vendas y material de curación a pesar de las recomendaciones del ama de llaves y Madie pero ellas no podían ir.
Llegaron con los demás caballos y minutos después habían hecho el cambio de caballos y reorganizado la estrategia de rescate bajo el mando de Gastón. El muchacho fornido que mandó Gastón a la casona encontró a las mujeres que indicaron llevar té pero él apelaba a que los hombres necesitaban agua y material de curación así que continuó su camino. Todos en sus posiciones trabajaron haciendo un magnífico equipo el granjero le hablaba a su vaca motivandola a luchar con una fe inquebrantable, con el brío de los poderosos caballos de cuadra de Gastón, los hombres que vinieron con él y todos los que habían trabajado por horas sacaron avante el rescate de la valiosa vaca del granjero. Las mujeres llegaron a tiempo de presenciar el acontecimiento. La vaca estaba muy débil y apenas estuvo en la cima fuera de peligro se dejo caer atrapando a su dueño que se enterró un vara por el costado de la pierna nada realmente peligroso pero si delicado y doloroso necesitaban material de curación y la lluvia empezaba hacer su majestuosa, suave pero permanente otro día más así.
Mientras los hombres comían, con desespero Gastón tomó un caballo y se dirigió a la casa.

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