Christian estaba sentado en su auto mirando a través del parabrisas.
En cualquier momento, Anastasia, vestida con traje de graduación y toga, podría rodear la esquina con su hermano y Fanny.
Lo único que quería era ver su sonrisa.
Sabía que sus padres no se presentarían.
Dejaron claras sus intenciones hace
tres noches cuando Anastasia llamó a su casa para hablar con su madre.Después de colgar, le dijo a Christian que no le importaba que se negaran a asistir, pero se despertó más tarde esa noche con el sonido de sus sollozos suaves.
Estaba acurrucada tumbada cerca de la orilla de la cama, lejos de él.
Extendió la mano para tocarla,
pero se detuvo.Algo le dijo que no, que sería desastroso si trataba de consolarla.
Así que la dejó sola.
A la mañana siguiente estaba brillante, alegre y tan falsa como no la había visto nunca.
Tamborileó los dedos sobre el volante.
—Por favor, sonríe. Por favor, sonríe. Por favor, sonríe.
Volvió a recordar la primera vez que la vio realmente sonreír.
Le sonrió en el lado de la carretera 28, pero no fue hasta que se sentó en un banco de metal en el estacionamiento de autobuses en el primer día de clases que no vio una sonrisa verdadera.
Se rio acerca de los nombres por los que había estado llamándolo,
mostrando unos dientes bonitos con una imperfección.Tenía un depósito de calcio
en su colmillo.Sí, se había dado cuenta.
Y recordó sentirse como un total acosador por gustarle tanto.
Dejó de tamborilear los dedos cuando la vio.
Iba flanqueada por su hermano y
Fanny, y se reía.¡Gracias a Dios!
El alivio fue instantáneo, la tensión alrededor de su corazón se desvaneció.
Pudo respirar de nuevo.
Anastasia abrió la puerta del pasajero y subió.
—¡Estaba caliente como el infierno por allí! —dijo, inclinándose para besar a Christian en su mejilla.
—Pensé que la graduación fue en el gimnasio —respondió, girando la llave en el contacto.—No había espacio insuficiente. Lo cambiaron en el último minuto —dijo. Señaló su rostro—. ¿Estoy del asco, o qué?La miró, las gotas de sudor que brillaban en la línea del cabello.
La ligera mancha de delineador negro debajo de sus ojos azules.
Su cabello una vez recto estaba curvado en ondas muy rizadas debido a la humedad.
Y había pasado tanto tiempo alisando su cabello, pensó con una sonrisa.
Era el desastre más bonito que
nunca había visto.—Estás hermosa, Anastasia —susurró.
—Asqueroso —murmuró Oliver desde el asiento trasero.
Christian se rio entre dientes.
Se había olvidado de los pasajeros en la parte trasera.
—¿Bueno, además del calor, no estuvo mal? —preguntó, saliendo a la calle.
—Estuvo encantador —respondió Fanny—. La ceremonia estuvo
encantadora. Anastasia estuvo encantadora.
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Grey El Profesor 2.
FanfictionSu relación ha sido expuesta, y ahora sus vidas han cambiado para siempre. Para Anastasia Steel, la adultez prueba ser frustrante e intimidante. Ella es una pequeña niña perdida, abandonada por su familia e inciertamente por su futuro. No cree que...