Capítulo 73.

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Christian sonrió.

—Quería compartir contigo algo de mi pasado. Algo realmente especial para mí. Antes de que mi papá muriera, él me traía a patinar todo el tiempo. Era cosa nuestra. Me retaba. Competíamos. —Se detuvo, recordando—. Mi papá siempre
ganaba.

Anastasia escuchó atentamente.

—Cuando consigues ser bueno, puedes pretender que algo malo viene después —continuó Christian—. Y te está poniendo a prueba pero eres más rápido. Es un sentimiento increíble, cargar alrededor de la pista, sacar por medio del patinaje las cosas malas. Un corazón roto. Miedo. Un remordimiento.

Anastasia tomó su mano.

—Una muerte —susurró.

Permanecieron en silencio por un momento.

—Es liberador —dijo Christian finalmente—. Y quería compartir eso contigo. Sé que suena tonto pero quizás puede ser cosa nuestra. No espero que el resto de nuestra vida juntos sea ligero y libre de dolor. No espero nunca herir tus
sentimientos en algún punto en el futuro porque soy humano y cometo errores. Pero creo que si tenemos un lugar al que ir y dejar caer nuestras preocupaciones por un tiempo, patinar para alejarnos de ellos, quizás eso nos pueda dar perspectiva.
Terminó para mí, especialmente cuando mi papá murió. Venía aquí y patinaba todo el tiempo. Alejaba mis preocupaciones y solo patinaba para alejarme. Incluso si solo iba en círculos.

—Pero no puedo patinar —apuntó Anastasia.

—Ese es el por qué te estoy enseñando —dijo Christian.

—¿Pero qué pasa si nunca llego a ser buena en esto? —preguntó ella.

—Espero que nunca lo hagas, Anastasia.

—¿Por qué?

—Porque entonces siempre podré sostener tu mano. Siempre podré ayudarte.

El lado de su boca se dobló hacia arriba.

—No quiero que patinemos por nuestra cuenta. Nunca quiero patinar por mí mismo otra vez. Si necesito deslizarme alrededor de esta pista para olvidar algo hiriente, entonces lo voy a hacer con alguien. Lo voy hacer contigo. Sin importar si peleamos, sin importar si nos lastimamos, quiero que vengamos aquí a patinar juntos, alejar los problemas juntos. Porque dos son mejor que uno.

Anastasia limpió una lágrima que cayó de su ojo.

—Oye, eso es de la biblia.

—Lo sé.

—¿Conoces el resto?—ella preguntó.

—Dos son mejor que uno porque se ayudan uno al otro a triunfar —citó.

—Eso no lo estudiaste de tu religión, seguro —dijo Anastasia.

—No. No, no lo hice.

La luz apareció pero no era tiempo de revelar lo que había entendido. En su lugar le preguntó si patinaría para ella.

—¿En serio? —dijo, sonriendo.

Y dos segundos después, el DJ les pidió a todos que despejaran la pista para el tiempo del patinaje a velocidad.

Christian ayudó a Anastasia a llegar a la salida más cercana, besó sus labios y luego regresó a la pista.

— ¡Prepárense para ser derrotados! —dijo—. ¡Soy el mejor!

—¡De ninguna manera! —dijo un niño que estaba a su derecha.

Un estudiante de primaria.

Christian vio a Anastasia y puso los ojos en blanco.

Grey El Profesor 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora