Capítulo 77.

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—¿No sientes nunca como que tienes cadenas invisibles? Has sido criado para creer ciertas cosas, y no importa lo duro que intentes entender a Dios y su palabra, no nunca puedes verdaderamente escapar de ese armazón que te dieron.

—Has pensado mucho en eso, ¿eh?

—Desde que Charlie murió, sí. Quería juntar mi mierda, pero quiero ser feliz con mis elecciones. Necesito las voces de mamá y papá quejándose en el fondo. Diciéndome que estoy equivocado.

Anastasia asintió.

—No sé cómo hacerlo —dijo Oliver suavemente.

—¿Hacer qué?

—Ser un cristiano.

Anastasia apoyó la cabeza en el hombro de Oliver.

—Es un trabajo en progreso, hermano.

—¿Lo es?

—Para el resto de tu vida

—¿Vale la pena?

Anastasia pensó mucho sobre esa pregunta.

¿Vale la pena? Sí.

Ella pensó que lo valía.

Y era capaz de determinarlo con precisión.

—Sí.

—¿Cómo es eso? —preguntó Oliver.

Apoyó la mejilla contra la parte superior de su cabeza.

—Porque nadie te va a amar como Dios lo hace.

—No estoy sintiendo su amor ahora mismo —dijo Oliver.

Anastasia rio.

—Sí, bueno, suele pasar.

—Papá pidió que vinieras a cenar —dijo Oliver de repente.

Anastasia se quedó quieta en su sitio contemplando a su hermano.

—¿Qué?

—Me pidió que te dijera que vinieras a cenar mañana por la noche. Quiere hablar contigo.

La sospecha se disparó en su corazón.

—¿Por qué? ¿Y por qué no puede él venir a verme?

—No quiere ir a la casa de Christian.

—Es nuestro apartamento. No solo de Christian —aclaró.

—Bueno, no quiere ir a tu apartamento.

—Si tiene algo que decirme puede venir a verme.

—Mira Any, solo soy el mensajero. No sé lo que quiere papá. Lo único que sé es que pidió que vinieras a cenar.

Anastasia pensó absurdamente que su padre tiene planes para secuestrarla y mantenerla alejada de Christian.

Pensó en Rapunzel, siendo encerrada en su habitación para siempre, sin volver a ver el mundo exterior de nuevo.

Ella no quería que su cabello creciera tan largo, y exclamó.

—¿De qué demonios estás hablando? —preguntó Oliver.

—Oh dios mío, ¡no lo sé! ¡Él va a secuestrarme, Ollie! —Agarró la parte delantera de su camiseta mientras hablaba.

—Calma, Jesús. —Oliver apartó sus manos y la miró curiosamente—. Nadie va a secuestrarte, y de cualquier manera, estaré allí. Y mataré a papá si de verdad
hace algo.

Grey El Profesor 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora