—¿Qué clase de mujer cría a un hijo que va por chicas jóvenes? ¿Hmm? ¡Su hijo no es más que un depredador que toma ventaja de jóvenes impresionables!
La Sra. Grey se irguió en toda su estatura.
—Ahora, no creo que usted necesite insultos. Quiero decir, creo que nosotros podríamos tomar ese camino, pero no quiere escuchar los nombres que tengo para usted.
—No me hable de esa forma. No tengo miedo de nada de lo que tenga que
decirme —golpeó la Sra. Steel.—Sra. Steel, estoy segura que no quiere que la llame perra sin espinas en un estacionamiento de iglesia —dijo la Sra. Grey.
La boca de la Sra. Steel cayó abierta.
Ella entrecerró los ojos.
—¡Su hijo es un DEPREDADOR! —grito a todo pulmón.
Sabía que atraería la atención de los feligreses que dejaban el auditorio.
—Mi hijo no rompió ninguna ley —dijo calmadamente la Sra. Grey.
—¿Y qué? ¡Él era su maestro! ¡Debió de haberlo sabido mejor! ¡Se aprovechó de ella porque estaba sola!
La señora Grey alzó sus cejas.
El mensaje no pasó desapercibido para la Sra. Steel.
—¡Cómo se atreve! Porque Anastasia había sido castigada, ¿es nuestra culpa que ella fuera un blanco fácil?
—No. No creo que ella haya sido un blanco en absoluto.
La Sra. Steel resopló.
—Por supuesto que no. Eso sería equivalente a reconocer la culpa de su hijo.
—Encuentro interesante que no le de crédito a Anastasia por tener cerebro. Ella fue una participante dispuesta desde el principio, pero usted no le dio la decencia o el respeto que ella merecía. Ella tiene un cerebro que funciona y que puede hacer sus propias malditas decisiones.
La Sra. Steel parecía aturdida.—Escuchen esa boca sucia —resopló.
—Y tengo más —advirtió la Sra. Grey.
Ella apuntó un dedo justo enfrente
del rostro de la Sra. Steel—. Usted tuvo una oportunidad de restablecer la relación con su hija. Su hija. Y usted se alejó. Es una excusa patética para una madre.
—¡No lo es! —grito la Sra. Steel—. ¡Yo soy una buena madre!La Sra. Grey se echó a reír, una risa ácida.
—Se engaña a sí misma. Usted ha repudiado a su hija. La hija que su marido golpeó.
—¡Deténgase!
—La niña que hizo una mala decisión, pero por Dios santo, ¡UNA mala
decisión! ¿Va a tener que pagar por eso siempre?—¡Usted no sabe nada de nuestra situación! —gritó la Sra. Steel.
—Yo sé todo sobre su situación porque Anastasia me lo dijo —replicó la Sra. Grey.
—¡A ella le lavaron el cerebro! ¡El hombre le lavo el cerebro!
—¡El hombre tiene nombre! —rugió la Sra. Grey—. Su nombre es Christian.
Él le da a su hija las cosas que usted debería darle: un hogar, seguridad, amor.La Sra. Steel no pudo pensar en una respuesta, así que ella gritó.
— ¡Usted no es su madre!
Anastasia quería correr hacia el sonido de la voz de su madre, pero se dio cuenta que la discusión había atraído a la multitud.
Estaba apenada, y se escondió
aún más detrás del árbol.El Sr. Steel trató de arrastrar a su mujer hacia el coche, pero ella no se movió.
Todavía no había terminado con la Sra. Grey.
—¡¿Fue este su plan todo el tiempo?! ¡¿Hacer que su hijo fuera por mi hija así usted podía alejarla de mí?!
La Sra. Grey no dijo nada.
Como podía ella responder a una pregunta tan absurda.
—¡Él se robó a mi hija! —lloró Sra. Steel. Estaba histérica, y Anastasia
observaba impotente mientras las lágrimas corrían por sus mejillas calientes y desgastadas—. ¡Él la robo de mí! ¡Usted la robo de mí!—Ya fue suficiente, Carla —dijo el Sr. Steel.
Él colocó su brazo alrededor de
ella y la condujo hacia el auto.Los asistentes de la iglesia fueron enviados a romper la discusión cuando era muy tarde.
Todo había terminado.
La pequeña multitud se dispersó y se fueron al almuerzo del domingo con una deliciosa historia para compartir.
Anastasia esperó hasta que la Sra. Grey estuviera completamente sola antes de correr hacia ella.
La Sra. Grey la vislumbró por el rabillo del ojo y abrió sus
brazos como invitación.Anastasia chocó contra ella, lanzando sus brazos alrededor del cuello de la Sra. Grey, apretándola tal vez muy fuerte y deseando poder tenerla más cerca.
—Cariño —susurró en su oído la Sra. Grey.
Anastasia sollozó en el cuello de la Sra. Grey, aferrándose a ella.
Ella no dijo nada.
Después de todo, no había nada más que decir.
Solo quería sentirse protegida y amada, y sentía esas cosas ahora que su nueva madre frotaba su espalda
y acallaba sus sollozos.Christian se quedó unos cuantos metros alejado observando a su madre, su atención concentrada solamente en la joven mujer en sus brazos.
Él vio a la mujer que vendó sus rodillas cada vez que él se caía de la patineta.
La madre que secó sus ojos cuando su perro murió.
La madre que parchó sus jeans y recortó su cabello.
La madre que siempre tenía una respuesta a sus preguntas difíciles:
¿Por qué no podemos flotar en el aire?
¿Cómo trabaja la televisión?
¿De dónde venimos?
¿Quién hizo a Dios?
Él observó a esta sabia mujer, esta persona que arregla, hacer su magia en Anastasia.
Reconfortando su pena, zurciendo su corazón, prometiéndole amor, y se
dio cuenta en ese momento cuan afortunado era tener una madre que se preocupaba por él....*****
El último de la noche...vuelvo con problemas técnicos ...buena noche!
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Grey El Profesor 2.
FanficSu relación ha sido expuesta, y ahora sus vidas han cambiado para siempre. Para Anastasia Steel, la adultez prueba ser frustrante e intimidante. Ella es una pequeña niña perdida, abandonada por su familia e inciertamente por su futuro. No cree que...