Capítulo 25.Pasado...

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Se miraron, entonces a la doctora, entonces uno al otro de nuevo.

—Imposible —dijo Andy.

—No es imposible —respondió la Dra. Stanwick—. Improbable, sí. Pero no imposible.

—¡Estoy en control natal! —exclamó Andy.

—Ahora no lo estás —replicó el doctor—. Deja de tomar esas pastillas inmediatamente.

—¿Qué vamos a hacer? —respiró Christian.

La mujer lo miró confundida.

Él frotó su frente.

—¿Qué quieres decir con qué vamos a hacer? —preguntó Andy—. Nuestra única opción es tenerlo.

—¿Es así?

—¡Christian!

—Voy a salir por un momento así ustedes dos pueden hablar —dijo la Dra. Stainwick.

Salió de la habitación asegurándose de cerrar la puerta después de que salió.

—¿Christian?

—¿Hmm?

—¿Qué estás pensando? —preguntó Andy.

—Estoy pensando en que esto no era parte del plan ahora mismo. Estoy pensando en la bronca. Estoy pensando en que no estoy seguro de estar listo para ser papá a los
veinticinco. Estoy pensando en que no podemos permitirnos este bebé. Estoy pensando en…

—Está bien. Cálmate —interrumpió Andy. Ella frotó la espalda de Christian—. Está bien. Sé que estás dando vueltas. Tienes mucho en lo que pensar. Quiero decir, lo
entiendo. Sé que eres un planificador y tienes un mal momento con las sorpresas.

—Andy, esto no es una sorpresa, ¿bueno? ¡Esto es un gran maldito yunque cayendo sobre mi cabeza!

Andy rompió en una sonrisa.

—Lo sé.

—¿Cómo voy a sustentarnos? ¡Soy un profesor! Estaba planeando en regresar a la universidad. Lo sabes. ¿Cómo puedo pagar eso y mantener un bebé y arreglárnoslas para
ganar dinero y comprar una casa, y…?

Andy lo silenció con un beso.

Fue tierno al principio, solamente labios con labios.

Pero entonces ella abrió su boca y encontró su lengua.

Él pensó que no debería besarla de
esa manera en la oficina del doctor, pero es lo que ella quería.

Él trató de responderle,
pero no pudo conectar.

Su mente centrada en el pavor.

Se coló y envolvió su corazón tan
pronto como el doctor confirmó el embarazo de Andy.

Él no podía darle sentido.

Sí, estaba asustado de ser padre tan joven, pero eso realmente tenía que ver con algo más.

Miedo a lo desconocido.

Una prefiguración de los futuros eventos que podrían suceder mientras esperaba.

Casi se alejó y lloró.

—¡No!

Casi.

Andy se sentó en la mesa de examinación y sonrió hacia Christian.

—Nos las arreglaremos —dijo.

Él suspiró.

—Sabía que eventualmente lidiaría con el problema de tu actitud ve-con-la-corriente.

Ella rio.

—¡Eso es exactamente el por qué necesitas a alguien como yo en tu vida! Eres tan tenso y ordenado todo el tiempo.

—¡Oye! No es justo —dijo, desnudándola.

Y entonces ella rompió a reír.

—¿Qué? —preguntó él indignado.

Ella sacudió la cabeza.

—Esto no podría ser más perfecto para ti. El maniaco al control pierde el control. ¡Me encanta!

Él resopló y murmuró.

—No lo soy.

—¿No estás ni una pizca de emocionado? —preguntó ella.

Ella frotó su estómago plano, y él lo notó.

Eso lo hizo oficial.

No habían otras opciones en la mesa después de que ella frotó su estómago.

Iba a tener este bebé, y se lo dijo sin ni siquiera decir las palabras en voz alta.

Él sabía que tenía que decirle lo que ella quería escuchar.

Algunas veces eso es lo que
tienes que hacer con las mujeres.

—Lo estoy —respondió—. Estoy asustado, pero si sientes que esto es lo que Dios quiere para nosotros, entonces estoy dentro.

—Quiero que lo sientas también —dijo Andy.

Lo miró expectante.

Él la miró de regreso.

—Lo hago —mintió.

Ella asintió.

—Confío en él.

—Lo sé.

Christian nunca tuvo una razón para no confiar en Dios.

Dios estuvo ahí para él cuando su
padre falleció.

Estuvo ahí cuando necesitó dinero para la escuela.

Incluso estuvo ahí para
advertirle sobre la potencialmente desastrosa relación con una chica con la cual pensó que estaba perdidamente enamorado.

Sí, él confiaba en Dios.

Tenía un sentimiento de hundimiento en su corazón el cual no se podía quitar de encima, pero seguro, confiaba en Dios.


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Grey El Profesor 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora