Capítulo 61. Acoso

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Avery golpeó la puerta.

Anastasia la abrió y grito:

—¡Deja de acosarme!

Avery la empujó a un lado y entró.

—Entonces contéstame cuando te mande un mensaje. Cuando te llame.

—No quiero hablar contigo ahora —dijo Anastasia—. Vete.

—No.

—¡Vete de aquí!

—No. —Avery arrojó su bolsa en la silla y se dejó caer en el sillón.

—¿Qué es lo que quieres de mí? —exigió Anastasia.

—Mi amiga. Quiero a mi amiga de regreso.

Anastasia apartó los ojos.

—Christian y yo no hablamos de ti a tus espaldas, Anastasia.  Le mandé mensajes algunas veces para decirle dónde estabas. Él está preocupado por ti. ¿No crees que ya lo has castigado lo suficiente?

—No es tu problema.

—Sé que no lo es. Solo trato de ser una buena amiga para ti. Te veo herida y
quiero ayudarte.

—No necesito tu ayuda.

Avery se frotó la cara.

—¿Por qué estás tan enojada conmigo? ¿Qué he hecho?

¿Cómo podía decirle Anastasia?

Que estaba celosa y enojada de la vida de Avery.

Que Avery estaba creciendo y ella estaba decayendo.

Que sentía que Avery tenía una mejor versión de lo que suponía debía ser su vida.

Avery, quien era intuitiva, ya lo sabía.

—A mí ni siquiera me gusta el hip-hop instrumental —dijo después de un
momento—. Creo que apesta. Solo le sigo la corriente a Dylan porque lo hace feliz. Eso es todo.

Anastasia no dijo nada.

—No estoy tratando de competir contigo y tener tu vida. No esperaba
enamorarme de Dylan. No esperaba que él se enamorara de mí. No estamos tratando de copiarte a ti y a Christian.

Silencio.

—Christian  tiene un buen amigo. Actúa de manera inmadura algunas veces, pero en realidad es muy inteligente y perspicaz.

Anastasia caminó hacia la cocina por un vaso con agua.

—Los hombres mayores saben dónde están —continuó Avery—. Ellos tienen todo en orden, están en control. Quieren establecerse. Es atractivo. Veo por qué te enamoraste de Christian.

Anastasia salió de la cocina y miró a su amiga con recelo.

—Está bien, sí. Deseé por un tiempo tener lo que tú tenías con Christian. Estaba un poco celosa porque veía cuán feliz eras. Cuán segura te sentías. Y cuando me contaste sobre las pequeñas cosas que él hacía para que supieras cuanto le importabas, me hizo sentir sola. Quería algo como eso. Me di cuenta de que con Gavin no lo tendría. No había diferencia que él era mayor. Ser más grande no
significa ser mejor. Así que no estoy muy segura de por qué dije que los hombres mayores saben dónde están.

Anastasia se sentó en la silla y bebió su agua.

Ni siquiera pensó en ofrecerle algo
de beber a Avery

—Al principio, solo quería echar un polvo. Pero Dylan no iba a dormir
conmigo. Él dijo que le gustaba, que quería hacer las cosas bien. No entendía qué significaba eso, hasta que me lo enseñó. Creo que Christian lo desalentó al principio hasta que vio que lo de Dylan era en serio. No sabes nada de esto porque has estado ausente.

Grey El Profesor 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora