Capítulo 80.

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—Sí, es porque solo una parte de tu trasero se ve —respondió Avery.

Christian rio entre dientes y tiró suavemente del elástico, luego miró como el material volvía a su sitio una vez que lo dejó ir.

—No voy a usar eso —dijo Anastasia.

—Bueno, ahora no lo sé —dijo Christian pensativamente—. Tienes un culo bonito. —Tocó los lazos de los lados.

—¡Christian! ¡No puedo caminar por una playa familiar llevando eso!

—Yo sí —dijo Avery.

—Eso es porque no tienes decencia común.

—Tal vez deberías simplemente probarlo primero antes de negarte —sugirió Christian.

—Aquí está el otro —dijo Avery, entregando la parte inferior a Christian.

—Oh, me gusta este. Muy al estilo Pocahontas —dijo él.

Avery rio.

—Los flecos están tan de moda. ¿Este top no se vería adorable en ella?

Christian asintió.

—¿Adorable? Esos bikinis son para putas —dijo Anastasia.

—Oye, ahora. ¿Qué estás diciendo? ¿Qué soy una puta?

Anastasia frunció los labios.

—O.D.M. Me gustaría pensar que una chica que sale con un hijo de puta
pervertido como el Sr. Grey podría mostrar algo de piel —dijo Avery.

—¿Soy un hijo de puta pervertido? —preguntó Christian.

Dylan sacudió la cabeza.

—Amigo, lo intento. Todo el tiempo. No funciona.

Christian rio.

—Y no solo eso, ¡sino que Dios sabe que necesitas relajarte, Anastasia! —
continuó Avery.

—¡No he terminado con mis doce pasos todavía! ¡No estoy lista para mostrar el trasero!

—¿Doce pasos? Oh Dios mío, ¿estás en Alcohólicos Anónimos? —resopló
Avery.

—No, son mis propios doce pasos.

Avery miró a su amiga.

—¿Estás jodidamente bromeando?

Anastasia intentó no reírse.

—Um, está bien. Si son tus propios doce pasos, entonces no cuentan. Llevas estos bikinis y vamos a bailar cada noche.

Anastasia se rio y sacudió la cabeza.

—Tienes la peor mejor amiga del planeta.

—Tengo que hacer pis —dijo Avery, ignorando a Anastasia.

—Aguanta —respondió Dylan.

Anastasia nunca consiguió continuar el libro que estaba leyendo.

Quedaban unos treinta minutos para llegar, y Avery charló todo el tiempo.

Una vez que llegaron al condominio, Avery tenía una cosa en su mente: emborracharse.

—Ahora esto es lo que estoy pensando. Chicos, siéntense allí, en el sofá, y Anastasia y yo nos pondremos un bikini para mostrarlos.

—¡No! —exclamó Anastasia.

—Me gusta —dijo Dylan.

—A mí también. —Christian elevó la voz.

Grey El Profesor 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora