—¿En serio, querida? Eh, no. Pero sí creo que cuando Dios mira la unidad de la familia, está mirando al esposo. «¿Cómo estás liderando? ¿Cómo estás siendo responsable? ¿Cómo estás preocupándote de tu esposa? ¿Cómo estás demostrándole amor?» Me imagino que hace estas preguntas.
—¿Así que las esposas no tienen palabra en el momento de tomar decisiones?
—Nunca dije eso. Las esposas definitivamente tienen una voz. Solo son amadas y evaluadas por Dios como sus esposos. De hecho, me gusta pensar que Dios ama a sus hijas solo un poco más. —Guiñó el ojo, y Anastasia sonrió—. ¿Por qué crees que nos salvó? La última creación. La mejor.
Anastasia se sonrojó.
—Y cualquier hombre que vale la pena debería reconocer eso —dijo Fanny.
Anastasia lo pensó por un momento.
—Me gusta cuando Christian lidera. ¿Eso me hace una mujer débil? ¿Qué me guste sentirme protegida y cuidada?
—Absolutamente no. Creo que es natural —replicó Fanny—. Pero no
descuentes tu propia fuerza, Anastasia. Las cosas que llevas a esa relación. Christian te necesita. ¿Eso lo hace débil? No. Él reconoce el vacío en su corazón y te necesita para llenarlo. Justo como tú reconoces tu necesidad de ser protegida. Ninguno de los dos es débil. Reconocer esas necesidades los hace individuos más fuertes.—Deberías ser profesora —dijo Anastasia.
—Lo fui —replicó Fanny. Miró más allá de la mejilla de Anastasia, hacia un punto en la distancia—. Hace muchos años atrás.
El silencio descendió en la pequeña cocina. Anastasia no creía que fuera
apropiado hablar justo entonces. Fanny estaba pensando sobre algo de su pasado, y era importante dejarla recordar.—Enseñé historia —dijo de pronto.
—¿Historia?
—Síp. Historia de América.
—¿Por qué no me lo dijiste cuando te dije sobre mi horario? Hubiera podido venir para dejarte hacer mi tarea de historia de América.
—Lindo —replicó Fanny—. ¿Vas bien?
—Obtuve una A —dijo Anastasia.
—¿Entonces por qué necesitas mi ayuda?
—Oh, es solo que sería una cosa menos que tendría que hacer, mi tarea de historia, eso es todo —dijo Anastasia.Fanny rio.
—Christian es realmente afortunado de tenerte en su vida. ¿Crees que lo sabe?
Anastasia rio.
—Te haré saber si voy a casa y la cena ya está hecha.
—¡Ja!
Anastasia se quedó otra hora, conversando con Fanny sobre su esposo fallecido.
Compartió historias hilarantes sobre sus primeros meses de matrimonio, y Anastasia tomó notas mentales. No estaba casada con Christian, pero vivía con él, así que todo lo
que Fanny le explicaba a ella, aplicaba.Regresó a casa, hacia el aroma delicioso de la sopa. Llenaba todo el
apartamento e hizo que su estómago gruñera apenas entró por la puerta.La mesa de la sala comedor estaba lista. Una vela estaba encendida. Vasos de vino ya estaban servidos.
Flores frescas se situaban en el centro de la mesa.
Sacó su teléfono y llamó a Fanny....
* * *
Anastasia giró a la izquierda al salir del ascensor. Caminó por el pasillo de la residencia universitaria, buscando la habitación 24.
Pero los números eran muy
bajos y se dio cuenta que estaba del lado equivocado. Estaba justo por darse la vuelta antes de ver un mensaje dejado en una pequeña pizarra blanca pegada a la
puerta de alguien.Unión de Estudiantes a las 5 en punto. Tengo a alguien que querrás conocer. Lindsay.
Anastasia fijó la mirada ante la carita sonriente al lado de la palabra «conocer».
Se preguntó si era una cita a ciegas y si el amigo de Lindsay estaría feliz por ello.
Sabía que Michael estaba esperando, pero decidió leer unos cuantos mensajes más.
Paseó por el pasillo sin ningún apuro particular, deteniéndose en cada puerta, leyendo las notas de estudiantes que estaban experimentando la universidad de una manera muy diferente a ella.
No tenía idea de cuánto tiempo se había quedado en frente de la Habitación 8 mirando los corazones que alguien dibujó en la pizarra.
No entendía por qué no podía controlar su impulso de dibujar sus propios corazones, y cogió el marcador rosado que colgaba de una cadena.
Apretó el marcador como si fuera su línea de vida hacia este otro mundo.
Trazó la línea de un corazón en la esquina más baja de la pizarra, luego lo coloreó cuidadosamente.—¿Hola?
Anastasia dio un salto hacia atrás, haciendo caer el marcador. Se golpeó contra la puerta en el ensordecedor silencio del pasillo.
—¿Te conozco? —preguntó la chica, sacando la llave de su habitación de su mochila.
Anastasia sacudió su cabeza.
De nuevo.
La chica sonrió dulcemente.
—¿Estás perdida? —preguntó con un tono gentil y condescendiente—. ¿Puedes hablar?
—¡Oh Dios mío! —chilló Anastasia. Se giró y se dirigió hacia la dirección
opuesta.—¡Espera! —llamó la chica. Ella llegó hasta Anastasia—. ¡Ey, espera un
minuto! ¿No lo sabía, de acuerdo? Quiero decir, no te ves especial, ¿pero cómo se supone que debía de saberlo? Quiero decir, ¿qué estabas haciendo?
—Nada.—Estabas dibujando un corazón en mi pizarra —apuntó la chica.
—¡¿Entonces por qué me lo preguntas si ya lo sabes?!
—Porque estoy intentando descubrir por qué una chica cualquiera está
dibujando un corazón en mi pizarra.
—Se detiene un momento, la realidad brillando en su rostro—. Ohhh.—«Ohhhh», ¿qué? —preguntó Anastasia.
—No soy gay ni nada. Quiero decir, experimenté con una chica, como, hace dos semanas, pero no era lo mío. Quiero decir, era buena besando y todo, pero me gustan los chicos. No es que tenga ningún problema con que seas gay.
—No soy gay —dijo Anastasia, igualmente.
—Entonces no lo entiendo.
—Solo no te preocupes por ello. Siento haber dibujado en tu pizarra —replicó Anastasia.
Corrió por el pasillo hasta que encontró la habitación 24.
Golpeó hasta que Michael abrió.
—¿Qué diablos, Anastasia? ¿Alguien está detrás de ti?
—¡Muévete! —dijo, haciéndolo a un lado.
—¿Qué sucede?
Anastasia se hundió en su cama y enterró su rostro en sus manos.
—¡Estoy tan avergonzada!—¿Sobre qué? —Michael se sentó a su lado.
—Ni siquiera puedo decírtelo. No puedo contarle a nadie porque es tan mortificante.
—Accidentalmente me tiré un pedo el día de ayer en clase. Estaba al lado de esta chica realmente caliente que me gusta. No creo que vaya a conseguir algo con ella ahora.
Anastasia soltó una risa.
—No puede ser más vergonzoso que eso.
—Fui atrapada dibujando un corazón en la pizarra de esta chica al final del pasillo. Ella pensó que me gustaba...
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Grey El Profesor 2.
FanficSu relación ha sido expuesta, y ahora sus vidas han cambiado para siempre. Para Anastasia Steel, la adultez prueba ser frustrante e intimidante. Ella es una pequeña niña perdida, abandonada por su familia e inciertamente por su futuro. No cree que...