Epílogo.

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Christian entró en el salón de clases y arrojó su maletín en el escritorio.

Buscó un marcador borrable en los cajones hasta que se encontró uno
verde. Verde… su color favorito.

Pues bien, tal vez esta clase no sería
tan mala después de todo.

Era Álgebra Aplicada, un requisito de primer año.

A él no le importaban tanto los estudiantes de primer año.

En realidad eran un respiro
en su apretada agenda.

El material era fácil de enseñar, pero disfrutaba cómo los estudiantes de primer año eran ridículos.

Por lo general, perdidos.

A veces llegan tarde.

Él les reduce un poco la holgazanería, porque sabía que ellos no sabían qué demonios estaban haciendo.

Experimentó eso una vez hace mucho tiempo en su primer año casi perdido.

Él sonrió y garabateó su nombre en la pizarra.

Siempre escribía «Christian Grey» nunca «Dr. Grey» pensaba que «Dr.» era pretencioso. ¿Y qué si pasó su tesis? También lo hacía un montón de gente.

Dieciséis años de haber completado
su doctorado le había enseñado a mirar los logros de una manera diferente.

Hacer reír a alguien.

Facilitar una preocupación.

Disculparse y decirlo en serio.

Éstos eran los logros que más importaban para él.

—Soy Christian —dijo, dirigiéndose a los estudiantes de primer año.

Pasó una mano por su cabello sal y pimienta.

—Pueden llamarme Christian, Sr. Grey o Dr. Grey. —Hizo una pausa por un momento, pensando—. Tuve un estudiante al que le gustaba llamarme Con Doc.

La clase se rio entre dientes.

—Dijo que era intenso y que la gente me miraría con más respeto.

Más risas.

—Ahora que lo pienso, puso a que toda la clase que me llamara así durante todo el semestre. Como que me hizo sentir como un superhéroe, si soy honesto.

Unas chicas de la primera fila se rieron.

Christian se rascó la barba en su mejilla.

—Sí, así que cualquier cosa que quieran llamarme está bien, siempre y cuando sea respetuoso. —Miró la lista—. No planeo utilizar esto después de hoy. Yo no tomo la asistencia. Si no quieren venir a clase, ese es su problema. Ustedes son los
que pagan para la escuela, después de todo. Así que no hace ninguna diferencia para mí.

Echó un vistazo a la sala, estudiando las reacciones de los estudiantes.

La mayoría lo miraban fijamente, pero él podría decir que a algunos le gustaba el sonido de sus palabras, y que probablemente no los vería mucho después de esta
clase.

—Sin embargo, les contaré un pequeño secreto.

Completo silencio, como si estuvieran aguantando la respiración.

—Es inevitable que van reprobar si no se presentan. Así que piensen en eso. —Se apoyó en la mesa y empezó a llamar a lista.

—… Emily Binder.

Grey El Profesor 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora