Capítulo 55.

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—¿Las cosas están mejor? —preguntó Drew, entrando casualmente al aula de clases de Christian.

Volvió a olvidar cerrar y bloquear la puerta después de su última clase.

Se había vuelto una rutina diaria para ella, venir a visitarlo al final de día.

Hablar y reír cuando todo lo que él quería era irse a casa.

No importaba si su vida casera
apestaba.

Habría escogido a una Anastasia petulante y de humor cambiante sobre una Drew agresiva cualquier día.

—Están bien —mintió.

Esperaba que sonara convincente.

Desde su bebida después de trabajo, acarreaba con la más pequeña culpa. Y preocupación también.

Estaba preocupado por haber compartido demasiado con
esta astuta mujer, y que ahora ella estuviera agazapada esperando, lista como una leona, lista para abalanzarse sobre él tan pronto como mostrara la más pequeña vulnerabilidad.

—¿Entonces Anastasia lo dejó pasar? —preguntó Drew.

Se encogió.

No le gustaba la manera en que sonaba el nombre de su novia en
su boca.

Le faltaba ritmo y música.

Era plano, casi ofensivo, y se arrepintió de compartirla con Drew.

—Con el tiempo —dijo verazmente.

Drew se animó.

—Así que las cosas no están mejor, ¿verdad?

—Estamos trabajando en ello —dijo Christian.

—Es la cosa de la edad —replicó Drew, pensativamente—. Creo que eso es lo que realmente está pasando aquí.

Dijo la misma cosa en la tarde que bebieron.

¿Estaba tratando de convencerlo
de eso?

Ya había reconocido los obstáculos que él y Anastasia enfrentarían con la diferencia de edad, pero, ¿cómo más podía esperar a que Anastasia reaccionara ante sus noticias? Estaba cerrada.

Lo aceptó porque entendía que ella tuviera que trabajar con sus emociones a solas.

Lo que no podía entender era su arremetido contra Avery.

—¿Estás escuchando? —preguntó Drew.

—Uh, sí —respondió—. Sé que la cosa de la edad es un pequeño bache.

Ella sacudió la cabeza.

—No vamos a hablar de baches aquí, Christian. Vamos a hablar sobre la gran diferencia en la manera en que ambos piensan y reaccionan ante las cosas. Quiero decir, estoy segura de que si ella fuera mayor, no estuviera dándote tanto duelo por ello. No es como si hubieras matado a alguien. Tenías una esposa, y ella debería
respetar eso.

Christian se tensó.

Pero,

¿no era así?

¿No la había matado él?

Fue él quien puso el bebé en ella después de todo.

—Ella respeta eso —murmuró.

—A mí no me parece. No por lo que explicaste esa noche.

Él sabía que era momento de terminar la conversación.

—Solamente deseo que te lo ponga un poco más fácil. Quiero decir, eres un
gran tipo, y debió haber sido horrible haber tenido que volver a vivir ese día cuando le explicaste a Anastasia lo que pasó. No puedo creer que se alejara de ti. —Caminó hacia el frente del escrito en el que estaba Christian.    
—. En su lugar, debería haberte
sostenido —susurró.

Grey El Profesor 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora