| -Un caso frenético- |

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Tras apearse del vehículo, Sherlock junto a John y Cora entraron a la comisaría de Scotland Yard bajo la atenta mirada de varios policías, entre ellos la sargento Donovan y Anderson. En cuanto llegaron al pasillo principal, Lestrade fue a recibirlos.

-¿Te gustan los casos raros, verdad? -preguntó Lestrade mientras los guiaba a su despacho -. Los sorprendentes...

-Es evidente. -dijo Sherlock interrumpiéndolo.

-Éste te va a encantar. -comentó Lestrade, acabando la frase anterior -. Esa explosión...

-¿Escape de gas, no? -preguntó Sherlock mientras seguía al inspector.

-No. -respondió Greg rápidamente.

-¿No? -preguntó la pelirroja extrañada, a la par que miraba a Sherlock.

-No, han hecho que lo pareciera. -replicó Lestrade mientras los conducía a su despacho, llegando allí a los pocos segundos.

-¿Qué? -preguntó John algo inquieto por esa afirmación.

-En el lugar no ha quedado nada, excepto una caja fuerte de alta seguridad. -les explicó Lestrade a los tres amigos una vez estuvieron en su despacho -. Y dentro estaba ésto...

-¿No la has abierto? -preguntó Sherlock observando al Inspector Lestrade.

-Va dirigida a ti. La hemos pasado por Rayos X y no es una bomba. -respondió Lestrade, mientras los observaba algo desconcertado todavía por la extrañeza de este caso.

-Que alentador... -comentó Sherlock con un ligero tono de interés e impaciencia en su voz, a la vez que observaba lo que Lestrade tenía sobre la mesa de forma concienzuda. A los pocos segundos, cogió el sobre en el que estaba escrito su nombre, y comenzó a analizarlo bajo la luz de una lámpara que el inspector tenía en la habitación. Cora se acercó a él, y también comenzó a observar con detalle el sobre.

-Un buen papel... De Bohemia. -comentó Cora mientras lo analizaba con sus ojos rojos, escudriñando cada centímetro del sobre que su compañero tenía en las manos. Sherlock sonrió de forma leve, pues su compañera comenzaba a sentirse más segura a la hora de deducir en voz alta, mostrando que sus habilidades eran iguales a las suyas.

-¿Qué? -preguntó Lestrade algo confuso, pues hasta ese momento no había sido testigo de las habilidades de deducción de la pelirroja.

-De la República Checa. -comentó Cora, concretando más su análisis.

-¿No hay huellas? -preguntó Sherlock, mientras su mirada seguía escudriñando el papel tras la deducción de su compañera.

-No... -respondió Lestrade algo desanimado.

-Ella ha usado una estilográfica. -comentó Cora tras observar los trazos de las palabras -. Parker Duofold.

-¿"Ella"? -preguntó John, pues no acababa de comprender cómo su compañera podía haber deducido el género de la persona que había escrito el nombre de Sherlock, con tan solo haber visto su caligrafía.

-Elemental. -dijo Sherlock con una sonrisa.

-"Elemental"... -dijo John con un cierto tono exasperado a la par que con retintín, pues odiaba que Sherlock se pusiera a alardear. En ese preciso momento, Sherlock comenzó a rasgar la apertura del sobre con un abrecartas, con la firme intención de averiguar qué era lo que contenía en su interior. En cuanto abrió el sobre, en la cara de Holmes pudo vislumbrase por un momento un gesto de sorpresa antes de meter la mano derecha en el sobre y sacar su contenido a la luz. Cual no es la sorpresa de Cora y los otros dos hombres de la estancia, cuando se dan cuenta de que se trata de un teléfono muy peculiar, el cual ya habían visto anteriormente.

Mi Hilo Rojo del Destino (Sherlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora