A los pocos segundos de haber salido de la zona de recepción, el detective y la pelirroja se encontraban con John en la parte baja de las habitaciones, pues no lograban recordar cuál exactamente era la del Comandante Sholto.
–¿Cómo no os acordáis ninguno de la habitación? ¡Os acordáis de todo! –exclamó John mientras observaba a ambos detectives.
–¡Algo tendremos que borrar! –exclamó Sherlock mientras trataba de recordar.
–¡207! –exclamó Mary apareciendo por allí, corriendo hacia ellos. Tomó la mano de su marido y corrieron como una exhalación escaleras arriba, seguidos por la pelirroja y Sherlock, éste último habiendo cogido a su novia de la mano.
No tardaron en llegar al segundo piso, donde Sherlock, con Cora aún de la mano se acercó a la puerta con el número 207, dando unos cuantos golpes.
–¿Comandante Sholto? ¡Comandante Sholto! –exclamó el detective, intentando en vano hacer girar el manubrio de la puerta, ya que ésta se encontraba cerrada por dentro.
–¡Comandante Sholto, por favor! –exclamó Cora, tocando ella también la puerta.
–Si están a punto de atentar contra mi vida no será la primera vez. Estoy preparado. –replicó Sholto con una voz grave y ligeramente confiada.
John se acercó a la puerta mientras que Sherlock y Cora se alejaban de ella, con el Detective Asesor agitando su mano derecha, pues debido a los golpes propinados se había lastimado ligeramente.
–Abra. Vamos a entrar. –le dijo John con un tono serio.
–Tirad la puerta. –le dijo Mary a su marido.
–Yo no lo haría. Tengo una pistola y una vida entera de reacciones desafortunadas. –intercedió Sholto con un tono decaído y pesimista.
–Ahí dentro no está a salvo. Quien vaya a por usted, no lo va a detener una puerta cerrada. –indicó la pelirroja de ojos carmesí, incluso pensando en usar sus habilidades si se diera el caso, o si fuera algo imperativo.
–El hombre invisible con el cuchillo invisible. –replicó Sholto.
–No sabemos cómo lo hace, así que no podemos detenerlo. Lo volverá a hacer. –le informó Sherlock al comandante, con un ligero tono de ansiedad evidente, acercándose de nuevo a la puerta junto a la joven de ojos carmesí.
–Pues resuélvanlo. –ordenó el comandante con un tono autoritario, que dejaba poco margen al debate.
–¿Pe-perdón? –inquirió el sociópata, pues no estaba seguro de haberlo escuchado bien.
–Son Sherlock Holmes y Cora Izumi. Los mejores y más famosos detectives de Londres. Resuelvan el caso, adelante. –replicó Sholto con soltura, aún negándose a colaborar–. Díganme cómo lo hizo y abriré. –añadió mientras el detective y la pelirroja se apartaban una vez más de la puerta, pensando en cómo resolver el caso. Entretanto, John acababa de acercarse de nuevo.
–Por favor, no es momento para juegos, ¡déjenos entrar! ¡Está en peligro!
–Y ustedes, mientras sigan aquí. Déjenme. –replicó el comandante con un tono algo sereno, mientras Mary observaba a los dos detectives caminando en círculos, al mismo tiempo que reflexionaban para encontrar una solución–. A pesar de mi reputación no me gustan los daños colaterales.
–Resolvedlo. –indicó Mary.
–¿Qué? –preguntó Sherlock mirando a Mary.
–Tenemos que resolver el caso. Solo entonces abrirá la puerta, cariño. –replicó Cora, quien se había percatado de lo que Mary quería decir.
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Mi Hilo Rojo del Destino (Sherlock)
FanfictionSiempre apartada de la gente corriente, ella pensó que jamás encajaría en ninguna parte... Él siempre pensó que los sentimientos eran un veneno, una desventaja, una debilidad,... ¿Seguirán ambos pensando eso tras llegar a conocerse? ...