Una vez todos los comensales (incluidos los novios) acabaran de comer los tres platos, el maestro de ceremonias se levantó de su asiento, golpeando de forma suave su copa con la cuchara, llamando la atención de los presentes.
–Silencio. Va a hablar el padrino... –dijo antes de sentarse, mientras Sherlock se levantaba de su asiento de forma ligeramente incómoda.
–Señoras y señores, familiares y amigos,... Y... Eh... Otros... –dijo Sherlock antes de detenerse y parpadear, provocando un incómodo silencio–. Eh... También... –tartamudeó el detective, mientras observaba a la pelirroja de reojo, quien se había recostado ligeramente en el sofá, recordando algo ocurrido hacía unos días.
///FLASHBACK///
Cora se encontraba con Molly en el laboratorio de Barts, analizando unas pruebas para un caso que quería resolver, cuando Lestrade entró a la estancia.
–Greg. –saludaron las dos mujeres.
–Molly, Cora. –las saludó el Inspector de Scotland Yard.
–He pensado una cosa. –indicó Molly mientras Greg se les acercaba.
–¿Eso es un cerebro? –inquirió Lestrade, observando el cerebro que Molly llevaba en un bol de metal.
–¿Y si John le pide a Sherlock que sea su padrino? –inquirió Molly de forma retórica.
–Se lo pedirá. Es lo propio. –replicó la pelirroja con una ligera sonrisa.
–Exacto. –indicó Molly, observándola.
–¿Y? –inquirió Greg.
–Que tendrá que dar un discurso, ante personas. Personas que de verdad le estarán escuchando. –replicó Cora con un tono sereno. Molly asiente.
–¿Qué... es lo peor que podría pasar? –preguntó Lestrade.
–Seguro que Helen Louise se hizo la misma pregunta... –comentó la castaña.
–¿Helen Louise? –preguntó Lestrade, antes de que Molly observara el cerebro dentro del bol.
A los pocos minutos, la pelirroja ya había logrado resolver el caso y se encontraba de camino al piso de Baker Street, cuando observó que John acababa de llegar a la puerta principal.
–¡Hola John! –lo saludó Cora con una sonrisa, caminando hacia él.
–Oh, ¡hola Cora! –exclamó con un tono sereno mientras observaba a la pelirroja de ojos rojos, abrazándola.
Ambos entraron al piso, e iban a proceder a subir al 221-B, hasta que escucharon reír de forma histérica a la señora Hudson, caminando hasta la puerta de su apartamento.
–Oh, ¡hola cielo! –exclamó la casera entre carcajadas, observando a John, quien había entrado primero.
–¿Está bien? Ve-venía a ver a Sherlock, y hemos creído que estaba... muriéndose. –dijo John mientras la casera no paraba de carcajearse.
–Oh, ¡lo siento! –exclamó la señora Hudson mientras aún se carcajeaba.
–¿Qué pasa, señora Hudson? –preguntó Cora, intentando retener su risa, pues era muy contagiosa.
–¡Los telegramas! –replicó ella, carcajeándose una vez más.
–¿Perdone, qué? –preguntó John.
–Oh, perdonad... –dijo ella, marchándose de allí, mientras John y la pelirroja la observaban con los ojos como platos.
///FIN FLASHBACK///
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Mi Hilo Rojo del Destino (Sherlock)
FanfictionSiempre apartada de la gente corriente, ella pensó que jamás encajaría en ninguna parte... Él siempre pensó que los sentimientos eran un veneno, una desventaja, una debilidad,... ¿Seguirán ambos pensando eso tras llegar a conocerse? ...