Capitulo 2

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Hola bonitas!! Aqui les dejo el segundo capitulo🙌🏻 esta algo largo, pero creo que eso no les importa en lo mas minimo jajajaja las quiero!
Twitter: @Fer_luceriina
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Lucero entro a su oficina y se dejó caer en el amplio sofá que había en una esquina. Estaba en shock y si le hubiesen dado un tiro en ese momento, seguro ni cuenta se habría dado.
Fer...Fernando Colunga...en persona y a todo color, tan bello como siempre, tan letal como siempre. Aunque "siempre" era una palabra que a el no le combinaba mucho.
La verdad es que a ella tampoco, la había pronunciado en el altar frente a Dios y frente a su esposo, y sin embargo la sintió tan falsa que había bajado el rostro sonrojada de vergüenza.
--te sientes mal?—Su hermano Antonio la miraba con rostro preocupado—paso algo?
--No—se obligo a sonreír—me duela un poco la cabeza eso es todo.
Como podía contarle a su hermano la verdad? Como podía decirle que acababa de ver al hombre que diez años atrás le habia roto el corazón?
No podía, simplemente no podía. Para Antonio y para el resto del mundo ella y el Sr. Colunga no se conocían, para todos ellos eran simplemente dos extraños que poco o nada tenían que ver el uno con el otro....
que lejos estaban de la realidad...
--Perfecto—dijo Antonio—quieres un calmante?
Ella asintió y el salio a buscárselo.
Al rato volvió con el calmante y un vaso con agua. Espero a que se lo tomara y quitandole el vaso de la mano le dijo:
--Quédate tranquila que yo termino esto luego—y salio dejandola sola.
Lucero cerró los ojos y dejo que su mente volara hasta ese día, ese único día en que casi toco el cielo...casi.
Era el día de la fiesta de aniversario de la televisora. Lucero lucia un hermoso vestido rojo escotado y que dejaba al desnudo sus hermosas y largas piernas. Ella tenía el número musical de entrada, y le habían preparado una presentación espectacular.
Canto "electricidad" y todos la aplaudieron con energía. Su amigo Ernesto Laguardia se le acerco cuando bajo del escenario y le dio un abrazo de oso que casi la deja sin aliento. Era un gran amigo y en una época casi llegaron a tener un romance, pero se dieron cuenta que la amistad era mejor y así habían quedado.
--eso fue genial!—Ernesto volvió a abrazarla y ella le devolvió el abrazo acompañado de un sonoro beso en la mejilla.
--Gracias adorado! Viniendo de ti vale mucho!
De pronto sintió que alguien la observaba e instintivamente se llevo una mano al pecho, giro la cabeza y entonces sus ojos se encontraron. El estaba parado allí en una esquina y la miraba fijamente. Estaba serio, como molesto y lo peor era que ella no sabia porque.
Días antes se habían encontrado en uno de los pasillos y el la había rescatado de unos periodistas que no la dejaban en paz. Y desde entonces, y como un acto de magia el aparecía de la nada, la saludaba y seguía su camino. No sin antes echarle una mirada a sus piernas que aunque había dicho que eran de "pollo" claramente le gustaban. A veces le regalaba una que otra goma de mascar que le dejaba en el camerino, siempre con la misma nota: " maíz para un pollo" F.
Ella sonreía y se preguntaba como supo el que ella amaba el chicle hasta la obsesión. Nunca le hablaba en publico, solo en los pasillos y solo si no había nadie, era extraño, el nunca le dijo que no comentara nada de eso con nadie pero ella había decidido no hacerlo. Porque? Ni ella misma sabia pero así había sido
Miro a Ernesto y se dio cuenta que le había dicho algo que no escucho—podrías decirme de nuevo?
Ernesto sonrío y miro en la dirección el la que ella había mirado pero ya no había nadie allí.
--Te decía que quería presentarte a alguien pero parece que se fue—
--Quien? Pregunto ella, aunque sabía la respuesta
--Fernando Colunga—Ernesto volvió a mirar y luego suspiro resignado—Bueno será otro día
--si—dijo ella con una sonrisa—sera otro día...
La fiesta siguió su curso normal y al cabo de la media noche Lucero se sintió algo cansada, pero recordó que había luna llena y ella era una adicta a tomarle fotos, así que decidió subir un momento a la azotea de la empresa con su cámara. Se dirigió al pasillo y luego de caminar unos metros llego a la escalera. Subió y una vez arriba aspiro el aire fresco de la noche. Sonrió y dejo que el oxigeno llenara sus pulmones. Tomo la cámara y tarareo una canción que hablaba de la luna, y luego de tomar varias fotografías, sonrío alegremente.
--Bueno amiga—dijo como si hablara con una persona—como dice mi paisana Ana Gabriel—"tu si que sabes de soledad"...
--de veras crees que ella lo sabe todo?—dijo una voz a su espalda
Ella no tuvo que voltear par saber quien era, su aroma era inconfundible.
--Caray! Ahora te dedicas a asustar mujeres indefensas?—Lucero se giro hasta quedar de frente a el. Esta vez no tuvo que alzar la cabeza ya que llevaba tacones altos, la idea la hizo sonreír
Indefensa tu?—Fer soltó una carcajada que lleno el aire—difícilmente alguien te podría catalogar como indefensa.
Se acerco un paso hasta sentir el calor de su cuerpo pero sin tocarla. La miro a los ojos y lentamente bajo la vista hacia su escote. Sus ojos descendieron por su cuerpo hasta sus piernas y volvieron a ascender hasta sus ojos. Los de Fernando eran dos pozos profundos y oscurecidos por algo inexplcablemente perturbador.
Ella se sintió desnuda bajo su mirada, nunca ningún hombre la había mirado con semejante descaro. Sin querer se sonrojó
--Y según tu que es lo que soy?—Lucero le sostuvo la mirada, aunque le temblaba el pulso
Fernando no respondió, solo la tomo de la mano y caminando unos pasos la puso de espaldas a la pared, la apretó con su rígida anatomía y lentamente le acaricio la cara con la punta de los dedos.
Lucero sintió su aliento, olía a licor de menta y manzanilla, una mezcla de lo que habían servido en la fiesta. Su corazón le golpeo el pecho y el aire la abandonó, lo vio inclinarse hacia ella despacio, bajo la cabeza y entonces rozó sus labios...

"Almas Gemelas" Lucero y FernandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora