Capitulo 29

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Fernando salio de casa de sus padres en su coche. Miro al asiento del pasajero y sonrio. Habían tres paquetes: Uno balón de football, una set para hacer joyas de juguete y un ramo de rosas.
Viro a la derecha y en un segundo estaba parqueado frente a la casa. Bajo del coche y tomo los paquetes, camino sin prisa hasta la puerta y toco el timbre. El ama de llaves de Lucero le abrió.
--Buenas tardes
--Sr. Colunga como le va?
--Bien Gracias, y la señora?
--Esta adentro. Pase usted
--Gracias

Fernando entro y camino por el pasillo hasta que sintio que algo se apoyaba en su espalda y se detuvo.

--Arriba las manos—Fernando sonrió al oír la voz infantil—esta es propiedad privada y debe pagar el derecho de estar aquí.
--Por favor señor!—Fernando fingió suplicar—No me mate tengo cinco hijos
Se oyó una risita y un carraspeo
--Póngase de rodillas y suelte lo que lleva en las manos
--Hasta les flores?
Silencio...
--Dije que si hasta las flores?
--Esas las puede conservar—Fernando se giro y le dio el frente al niño
--Sabes lo que te conviene eh?
--Mi mami me mataría si se arruinan—el hizo un gesto con los manos—porque son para ella verdad?

Fernando asintió y se pregunto como sabía que las flores eran para la madre. Entonces le dio la mano y el se la estrechó. Luego Fer le preguntó por Lucero.

--Esta en el estudio con la nena quieres venir?—el niño le tiro de la mano, lo remolcó por el pasillo y se detuvieron frente a la puerta—Esta abierto pero—Susurro el chico—Debes entrar en silencio, mi mami esta ensayando
--Gracias por el consejo—Fer le hablo en el mismo tono—Por cierto—le paso el balón—esto es tuyo

José Manuel le sonrío y le dio las gracias. Fernando giro el pomo de la puerta despacio y la abrió un poco. La nena estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas y perecía hechizada. De pronto la voz de Lucero le acarició los oídos.

Fue arriba entre los sueños
Entre dormidos y despiertos
Nuestras almas se encontraron
Y se amaron

Fernando abrió más la puerta y entonces la vio. Estaba sentada frente a la nena con una guitarra en las manos y los ojos cerrados Se veían hermosa en ropa de deporte y con el pelo en una coleta. La niña se giro y abrió mucho los ojos al verlo. Fer le hizo una sena de que guardara silencio y la nena asintió con sonrisita cómplice.
Fernando no entendía la actitud de los niños. Ellos lo conocían pero no es que le tuvieran tanta confianza y menos que lo trataran así. Despacio se acercó mientras ella seguía cantando.

Como el sol en cada día
Tu vida entro en la mía

Fer se sentó al lado de la nena y miro a Lucero. Sus dedos rasgaban la guitarra con firmeza y sus labios se movían al cantar. A El le dieron ganas de besarla, y si no lo hizo, fue solo porque la nena estaba presente

Como una telepatía
De amor...oh oh oh oh...

--Pues tu telepatía no te ha funcionado muy bien hoy
Ella abrió los ojos y casi se desmaya
--Fer!—miro a la nena y esta le sonrío—Señorita luego hablamos de esto
--No la culpes—La nena miro a Fernando y este le tocó la carita—yo le pedí que hiciera silencio.

Fernando se puso de pie y la dio una mano a la nenita para ayudarla a levantarse. Lucero siguió en el suelo. Temía que si se ponía de pie sus piernas no la sostendrían.

--Esto es para ti—le paso el set de joyas a la niña—no se si te gustara
Ella sonrió y se abrazo a una de sus piernas
--Gracias principito!
--Principito?
--Es así como te llama ella—Lucero finalmente se paró—recuerdas porque?
--Si—Dijo Fernando pensando en el día que la fueron a visitar al foro—así que principito eh?
Lucero le sonrió y Fer la paso el ramo de rosas.
--también te traje algo.
Ella las tomo y hundió la nariz en ellas.
--Gracias no tenías que molestarte.
--No es molestia—se toco el bolsillo de su chaqueta—acá tengo algo mas para ti.
Abrió la palma y Lucero vio una cajita de colores
--Son chicles?
--Si—el le guiño un ojo—ya se que los adoras

Ella sonrió ampliamente y Fer se le acercó demasiado. Ella le puso una mano en el pecho y señaló a la nenita que ahora estaba otra vez sentada, con el contenido de su regalo desparramado en el suelo.

Fer la miró y suspiró resignado
--Aunque—Lucero lo miro a los ojos—Podemos arreglarlo
El le sonrió y ella se agacho junto a al niña
--Nena—esta la miró—Nos dejas un momento a solas? Es que Fer y yo tenemos que hablar algo de personas mayores

La niña le sonrió y Lucero la ayudo a recoger todo. Se levantaron juntas y la madre le abrió la puerta. Al nena salio dejándolos solos. Lucero cerró la puerta pero no se giró, pudo sentir a Fer acercarse y sus sentidos se dispararon. Siempre era lo mismo. Sus cuerpos parecían estar conectados.

El puso ambas manos contra la puerta y ella sintió el calor de su cuerpo en la espalda cuando la apretó. Fer la besó en el cuello y a ella le corrió la sangre por las sienes.
Fer siguió besando su cuello y ella se giró lentamente hasta darle el frente. El descendió la cabeza hasta tomar sus labios entre los suyos.

Ella gimió de genuino placer y se abandono a besarlo. El calor los invadió a ambos y Fer presiono su rígida anatomía contra el cuerpo de Lucero y ella pudo darse cuenta de cuanto la extrañaba.

Muy bien era su culpa. Ella había sacado a la nenita propiciando así el quedarse a solas con el y ahora debía pagar por eso. Fer la besaría hasta le extenuación y no podrían llegar hasta el final pues estaba en su casa y detrás de esa puerta estaban sus dos hijos pequeños.

Pero, aun así, lo dejo besarla. Era maravilloso lo que estaban haciendo y luego que el se preocupara por tranquilizarse. Fer la alzo del suelo y ella abrió los labios para que la besara más profundamente.

"Almas Gemelas" Lucero y FernandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora