Capitulo 53

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Lucero caminó unos pasos hasta el asiento más cercano. Iba como flotando y una vez estuvo junto a el, se dejó caer cuan larga era en la silla.

Sus sentimientos se mezclaron y por un segundo creyó estar mirándose desde arriba. Desde otro plano de la existencia. Como si su alma hubiese abandonado su cuerpo y flotara a su alrededor en un destello luminoso.

La abuela seguía junto a la nena y ambas la miraban sin entender. La nena porque no tenia idea de lo que pasaba y la madre porque no entendía la reacción de su hija.

Se había imaginado que al enterarse, brincaría de felicidad. Pero no había sido así, más bien parecía, sobrecogida por la noticia.

Y su madre tenía razón.
Estaba abrumada.

Una cosa era soñar y pensar en la posibilidad de tener otro hijo y otra tener la certeza de que así era.

--Otro hijo— Miró el papel en sus manos y volvió a leerlo solo para estar segura—Voy a tener otro hijo.
Cerró los ojos un momento tratando de digerir la noticia. Su mente era un torbellino de emociones ambivalentes. Alegría, miedo y esperanza se sucedían una detrás de la otra provocándole espasmos en el estomago.

La nenita se le acercó y le puso sus manos en las mejillas. Lucero abrió los ojos y la miró mientras la niña le sonreía. Miró su carita y de pronto, algo más fuerte que la sensación anterior la llenó el corazón. Comenzó quedito y repentinamente ya no le cabía en el pecho.
Tendría un hijo
Y no cualquier hijo.
Un hijo de Fer

Una sonrisa nacida del alma llenó sus labios. Abrazó a su hija con fuerza, tanto que la nena protestó.

--Te adoro mi niña lo sabias?
--Y yo que quiero más mami

La madre de Lucero se les acercó y puso una mano en el hombro de su hija.
--Estas bien?
Lucero la miró y sus ojos estaban llenos de lágrimas
--Si, ma. Ahora estoy muy bien.

--Me alegro,

Ambas salieron a grandes pasos agarrando cada una a la nena de la mano.

Fernando estaba terminando el plano de un gran edificio que su empresa inmobiliaria realizaría. Personalmente no se ocupaba de hacerlos pero siempre elaboraba el primer bosquejo para que sus empleados tuvieran una idea de lo que quería hacer exactamente.

Dio las ultimas líneas con el lápiz y tras revisarlo y ver que le complacía. Lo enrolló y guardó.
--Su cafecito señor—la secretaria le puso la taza humeante encima del escritorio.
--Gracias

Se sentó en su sillón y tomó la taza. Fernando no tenía ningún vicio pero, últimamente, se antojaba de tal o cual cosa.
Probó el líquido y lo dejó rodar lentamente por su garganta hasta sentir como le calentaba el interior.

--Casi se me olvidaba—dijo su secretaria apareciendo nuevamente por la puerta—Su otro encargo.
Dejó algo sobre la mesa y salio.

Fernando terminó de beber el café y puso la taza sobre el escritorio. Se inclinó y tomó lo que su secretaria acababa de dejarle.
Abrió la cajita de colores y extrajo uno de sus paquetitos. Desdobló la envoltura y una masa gomosa de color rosa despidió un aroma a fresas que se filtró por su nariz y lo hizo suspirar.
Lentamente lo llevo a su boca y lo saboreó antes de masticarlo. Cerró los ojos y dejó que la goma de mascar le trajera una imagen a la memoria. Dulce y suave, pero con un tono agrio al final.
Así como era ella.
Sonrió al recordar sus besos y el tacto de su piel bajo sus dedos. Su último encuentro había sido más que excitante.
La extrañaba mucho.
Y últimamente la extrañaba más y por alguna razón sentía el impulso insondable de ir a verla.

Debía volver a México lo antes posible, solo que sus ocupaciones no se lo permitían y ya iba para más de dos semanas que no se hablaban ni por teléfono.

Sabía que estaba muy ocupada con lo del nuevo programa de televisión. Pero aun así no soportaba la distancia.

Debía sacar un tiempo para ir a verla o se volvería loco.

Marcó un número de teléfono y espero a que contestaran del otro lado.
--Diga?
--Omar?
--Fer! Que gusto oírte. Como estas?
--Bien gracias, necesito un favor
--Claro el que quieras
--Te ocuparías del negocio por un par de días?
--Si—su amigo sonó intrigado—Pero porque?
--Debo ir a México hoy mismo
--Hoy?
--Si—Fernando lo dijo con vehemencia—Hoy
--Está bien hermano, pero puedo saber cual es la urgencia?
--Asuntos del corazón
Fer oyó a su amigo soltar una risita
--Entiendo—hizo una larga pausa antes de decir—Salúdala de mi parte
--OK—Fer sonrío—Lo haré

Se puso de pie de un salto y salio con prisa. Debía apurarse si quería tomar el próximo vuelo.

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Chicas aqui esta el capitulo de hoy!
En serio muchas gracias por leer y por sus lindos comentarios🤭 disfruto mucho leerlas♥️
Espero que les haya gustado!!!

"Almas Gemelas" Lucero y FernandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora