Amanecer en los brazos de la persona que amas era la cosa más maravillosa del mundo. Lucero contempló el rostro del hombre dormido a su lado y suspiró. Le dio un beso en el cuello y se puso de pie. Habían dormido sobre la alfombra, aunque "dormido" no era la palabra correcta para describir la noche anterior.
Se agachó a recoger la camisa d Fer y se la puso. Su pantalón estaba tirado en el suelo también. Subió las escaleras y se dio un baño caliente. Al salir Fer estaba sentado en la esquina de la cama. Se había afeitado y traía el pelo mojado.--No me despertaste
--Estabas tan dormidito que no quise hacerlo
--Quieres que mande por tus cosas al hotel?
--No—ella se la acercó—No me voy a quedar acáFernando la miro inquisitivo
--Te vas?
--Si
--Porque?
--Es la casa de tus padres y además debo volver a México esta tarde.
Fernando suspiró resignado. Siempre era lo mismo, ella se quedaba una noche y luego se marchaba durante meses. Debía hacer algo para cambiar eso pero no podía. Ella aun no estaba legalmente separada de su esposo y debían esperar. Pero eso de esperar era desesperante.
--Cuando te volveré a ver entonces?
Ella lo miro a los ojos y le sonrió.
--El mes que entra vendré a New York para un evento, si quieres nos vemos ahí.
--Si quiero?—Fer la tomó por la cintura y le dio un beso largo que casi la deja sin aliento—te parece que no quiero?
--Bueno—ella le tocó los labios—Con eso me queda mas que claro que si
Los dos rieron y luego ella terminó de arreglarse. Bajaron las escaleras y salieron al jardín trasero. Fernando llamó a su chofer y este apareció en seguida.--Acá esta mi secuestrador—Lucero lo miró reprochante, por el susto que le hizo pasar.
--Señora disculpe usted. Ya le dije que solo seguía ordenes—El hombre señaló a Fer—El puede ser muy persuasivo cuando se lo propone.
--Si—Lucero miro a Fer—Eso ya lo se
Todos rieron a carcajadas
Fer le abrió la puerta y ella entro a la camioneta. El le hizo una seña de que bajara el vidrio y metió la cabeza para darle un beso. Ella se lo devolvió y luego se separaron. Los dos respirando agitados.--Te veré en New York entonces?
Ella asintió y luego subió el vidrio. El coche salio hacia la calle y ella pudo ver a Fer despedirse con la mano.
Le partía el alma dejarlo así. Con gusto se habría quedado con el ahí por días. Pero la realidad era que no podía. O al menos no debía.Ya era demasiada suerte que ningún paparazzi los hubiera visto juntos. Pero aunque tenían esa suerte no podía tentar al destino. Y eso de que "nadie" se dio cuenta no era tan cierto. Sus fans se lo insinuaban todo el día y no había vez que entrara al Twitter que alguien no le mencionara a Fer.
Le gustaba ese apoyo y estaba segura que cuando al fin lo publicaran estarían tan felices como ella. Pero, con los medios no era lo mismo. Los periodistas mataban a su madre si era necesario para sacar una nota. Y jamás dirían que lo que ella tenía con Fer era algo puro y bonito. La harían trizas con sus comentarios.
Por eso, tenia que cuidarse, tenía que protegerse y proteger sobre todo a sus hijos. Por ellos y solo por ellos haría las cosas bien. Aunque eso significara estar lejos del hombre que amaba.Fernando estaba nervioso. Se frotaba las manos y se acomodaba el cuello de la camisa.
Estaba en medio de una entrevista para un programa de farándula y el odiaba esa clase de programas.
Pero esos chicos eran sus amigos
Solo algo le preocupaba. Lucero
Uno de los periodistas le había dicho que le preguntarían acerca de ella. El problema era que las escenas de amor su ultima telenovela habían sido muy apasionadas y los besos habían quedado demasiado reales. Y claro, porque lo eran, y por eso todo el mundo lo notó. Pero como le habían dicho que le iban a preguntar se sintió tranquilo.Claro que el no contaba con que le preguntarían algo tan directo como que si se atrevería a salir con ella ahora que estaba soltera y a Fer no le quedo de otra que poner su mejor "cara de póker" y mentirles descaradamente.
Lucero estaba sentada frente al televisor mirando a Fer. Le divertía su nerviosismo y escuchó atenta a todo lo que el respondió. Los ojos de ella chispearon de furia y quiso asesinar a la chica que estaba a su lado coqueteándole abiertamente.
Pero luego soltó la carcajada. Fer ni la miró y ella sabia porque. Esos ojos eran solamente suyos.
Aunque le dolió que el "confesara" que no había nada entre ellos. El nunca hablaba de ella de ese modo. Nunca decía si la hallaba atractiva o no, jamás insinuaba que ella lo atrajera como mujer y aunque ella sabia que si. Así era el y ella debía entender porque. Nunca hablaba de su vida personal.
Pero, le habría gustado oírselo decir en público aunque fuera una vez.Fernando llego a México al atardecer. Venía a verla a ella. Sabia que ella viajaría a USA días después pero no podía esperar. La echaba de menos, cada día que pasaba sin verla era un martirio y la extrañaba mucho.
El taxi lo llevo a casa de sus padres. A su madre le extrañó verlo ahí pues sabia que tenia mucho trabajo en Miami. Pero como no tenia costumbre de averiguarle la vida no le pregunto nada. Fer le dio un beso en la mejilla y pregunto por su padre. La señora le dijo que estaba en la oficina. Fer camino hasta le puerta, la abrió y entró.
Su padre estaba sentado en el sillón muy concentrado en sus papeles. Fernando lo miroo un momento y su pecho se lleno de amor filial. Se parecía a el fisicamente y hasta tenian la misma forma de sentarse al trabajar. Era un gran hombre y le habia ensenado todos los valores de la vida.
--Como andas Pa?
--Estoy sentado
Los dos se carcajearon por el chiste
El padre de Fer se paro y los dos se dieron un fuerte abrazo luego se fueron a sentar en sendas sillas que habían junto al ventanal.
--Y que tanto leías?
--Es un proyecto habitacional de una zona suburbana
--Ah y de que se trata?
--Voy a colaborarles con la elaboración de los planos y el diseño de toda la zona. Son viviendas de bajo presupuesto y no les cobrare mis servicios
--Genial!—Fernando le sonrió orgulloso—puedo ayudarte en algo?
--Claro en lo que quieras
--perfecto, entonces luego me das todos los detalles si?El señor Colunga lo miró y a Fernando le pareció que le leía el alma.
--pudiera preguntarte que haces aquí si no fuera porque es demasiado obvio
--Obvio?—ahora si estaba perdido, que querría decir su padre con eso—a que te refieres?
Su padre lo miro a los ojos y Fernando pudo ver una leve sonrisa asomar a sus labios
El señor se paro y camino hasta la repisa tomo una foto y luego de sentarse nuevamente se la puso e Fer en las manos. Este la miro y pudo ver que eran sus padres su madre miraba al frente y su padre la miraba a ella ambos sonreían y se veían felices.
--Sabes porque estaba tan sonriente?
--No
--porque estaba mirando a tu madre--sigo sin entender, que tiene esto que ver con que yo este aquí
--aun falta la otra foto solo que esa la traigo en mi celular.
Entonces se saco el móvil del bolsillo y Fer pudo ver como buscaba lo que quería mostrarle. Giro la mano y le puso la pantalla en la cara. Era una foto de un programa al cual el había asistido con Lucero.Fernando miro le imagen y finalmente comprendió. Ella estaba hablando y el la estaba mirando fijamente con una sonrisa de bobo.
Fernando miro a su padre y sonrió
--Y según tu?
--Soy tu padre y te conozco
--Pero ella y yo solo somos amigos papa
--Eso díselo a otro que no sea yo—Su padre se puso de pie y miro por la ventana—Antes no me agradaba la idea sabes.
--Por?
--Ella estaba casada y no quería que sufrieras, aunque no te culpaba por estar enamorado de ella. Es muy hermosa y según veo también es bonita por dentro
--Y ahora?—Fernando decidió que era mejor aclarar las cosas—Que piensas ahora?
El hombre lo miro y le sonrió
--Ahora esta libre y se que pronto se divorciara
--Si pero eso no significa que vayamos a estar juntos
--Si ella te quiere y tu la quieres que mas importa?
--Las cosas son más complicadas que eso
--En el amor no hay complicaciones hijo. Solo es amor y ya
--Todos dirán que teníamos algo desde antes
--Y no era así?
--Si pero no algo feo ni sórdido, sino amor limpio y verdadero
--Eso lo se, pero no te preocupes. Si ustedes se aman en realidad, todo lo demás sobra.
Fernando miro a su padre y por primera vez en mucho tiempo se sintió tranquilo. Su padre tenía razón. Si ellos se amaban nada de lo demás importaba.
Nada.