Capitulo 24

647 57 1
                                    

Lucero llegó a México ya bien entrada la noche, su hermano la fue a recoger al aeropuerto. Su madre la esperaba sentada en el sofá de la sala. Ella le dio un beso en la mejilla y se sentó a su lado.
-- Que tal Miami?—le pregunto la señora con una sonrisa— Como te fue?
--Bien—Lucero se sonrojó un paco al recordar todo lo que había pasado—Caluroso como siempre.
--Si—Su madre se abanicó con la mano—las temperaturas son fuertes allá
--Y mis niños?
--Están dormidos. La nena se rindió temprano pero José Manuel quería esperarte, no mas que el sueño lo venció.
--Mis pobres angelitos!, voy a verlos
Ella hizo ademán de pararse pero su madre la agarró del brazo para que permaneciera sentada.
--Hay algo que me quieras decir nena?
--A que te refieres?
--Soy tu madre recuerdas?
Ella desvío la mirada. Temía que su madre viera la verdad en sus ojos.
--Ma, yo no... es decir no hay nada que...
--Si no quieres hablar —la interrumpió su madre-- no hay problema
--No, no es que no quiera, es solo que...
--Esta bien nena—La señora toco su mejilla con ternura

Lucero se puso de pie y se encamino a las escaleras y se volvió a ver a su madre
--Ahora estoy cansada—le sonrío—pero si quieres seguimos mañana.
--Te dije que esta bien
Ella subió y su madre se quedo con una ligera sonrisa asomando a sus labios.

Lucero fue a echarle un ojo a José Manuel. Estaba dormido con su foto entre las manos, ella se agachó y le acarició el pelo.

--Mami—la nena estaba parada en la puerta de la habitación
--Nena—ella le tendió los brazos—ahora iba a ir a arroparte
La niña corrió y se lanzo sobre ella y le puso las piernas alrededor de sus caderas. Lucero se tambaleo y casi se caen las dos al suelo.
--Ya pesas demasiado para esto sabias?
--Si
Ella le frotó la nariz con la suya
--pensé que estabas dormida
--No
--Me extrañaste?
La niña asintió y escondió la cara en el cuello de su madre.
--Hueles como el príncipe
Lucero se sorprendió, talvez no la había escuchado bien
--Que dices Beba?
--Tu ropa mami—la niña hundió un dedo en su pecho—huele como él
--Y según tu, a que huele el príncipe?
La niña se quedó en silencio pero su expresión dejaba ver que lo estaba pensando. Lucero la miró atenta y tras un momento ella habló

--A manzanas y...como mi osito de peluche
Lucero soltó la carcajada
--Y tu porque crees que mi ropa huele como el?
La niña se encogió de hombros. Afortunadamente aun era muy pequeña para darse cuenta de las cosas.
--Me lees un cuento?
--esta bien pero vamos a tu cama
La tomó de la mano y se fueron a la habitación de la nena. Ella le leyó el cuento y en un ratito estaba dormida. La arropó y le dio un beso en la frente. Salio del cuarto y volvió a su habitación. Se duchó y al salir del baño, recogió la ropa que se había quitado y hundió la nariz en ella para aspirar el aroma...

Por Dios! Si olía a él!
Y no era un olor sutil, estaba impregnado en su ropa como un sello. Talvez por eso su madre le pregunto si debía decirle algo. Seria eso lo que notó cuando ella se le acercó a saludarla? Seguramente si, su madre conocía bien a Fer y sabia la clase de perfume que le gustaba usar.

Lucero sonrío al recordar las palabras de la nena.
"huele a manzanas y a mi osito de peluche"
Era una excelente comparación. Fer, era todo virilidad, pero también era suave y delicado

Se tendió en su cama a pensar. Aun no era libre totalmente, todavía debía firmar los papeles del divorcio y terminar con todos los trámites legales y eso llevaba tiempo. Y también estaban los niños, aun no tenia la custodia legal y, aunque lo mas seguro era que el juez los dejara con ella, cualquier escándalo podría empañar el proceso y ella corría el riesgo de perderlos.

Pero, a pesar de eso, y aunque sabia que debía irse con cuidado, odiaba el hecho de verse a escondidas con Fer. Ella lo amaba y lo necesitaba, y cada vez que tenía que alejarse de él, era como si le desprendieran una parte del corazón.
Se giró en la cama y abrazó su almohada, solo hacia unas horas que no lo veía y ya lo extrañaba a horrores. Cerró los ojos y visualizó su sonrisa. Suspiro al recordar sus besos y se dijo que ya no podría vivir sin el.

Que complicado era el amor!
En ese instante le hubiera gustado ser una persona normal, alguien sin interés para la prensa. Poder gritarle a todo el mundo que estaba enamorada. Daría toda su fama a cambio de poder salir con Fer agarrados de la mano, ir al parque con los niños y besarlo frente a todos sin que nadie les llevara el apunte.

Lamentablemente su realidad era otra. Ellos eran figuras públicas y a ninguno de los dos les convenía el escándalo.

Pero, había algo que si podía hacer. Tomó su celular y abrió su archivo de imágenes, tenia muchas fotos de el, busco una en especial, era la que se habían tomado en el camerino justo antes del evento de Miami.
Entró a su Twitter y subió la foto. Sus fans se habían dado cuenta de lo que había entre ellos y aunque, ella no les podía decir la verdad, si les dejaba pistas para que se entretuvieran. Ella les había prometido que les daría una sorpresa. Por eso le pidió a Fer que se tomaran esa foto y el estuvo de acuerdo.
Les avisó que la vieran y esperó.
En menos de un minuto le entraron más de mil mensajes. Las chicas estaban eufóricas con la foto. Lucero sonreía y tras leer los comentarios que le hicieron les agradeció su apoyo.

Apagó el celular y se quedo pensando largo rato en las cosas que había vivido y las que le faltaban por vivir...

"Almas Gemelas" Lucero y FernandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora