Capitulo 32

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No había podido salir a tiempo se dijo Fernando mientras conducía su deportivo a amarrillo por las calles de Miami. Tenía una clase de dirección y luego una reunión con varios clientes de su empresa de bienes raíces.
Pero, la verdad era que no quería verla.

Era absurdo porque en realidad si quería verla pero ya estaba harto. Harto de todo lo que estaba pasando y en la forma en la que estaba pasando. La amaba y haría cualquier cosa por ella.

Pero, le dolía verla solo a ratos y con prisa. Y lo peor, ella estaba separada de su esposo pero aun no introducían la demanda de divorcio lo que significaba que seguía atada a el legalmente.
No quería presionarla pero tenia miedo que en una de esas ella regresara con el y todo volviera a ser lo mismo de antes.

Por eso decidió quedarse después de clases y mover la reunión dos horas mas tarde, y por eso se demoró mas de lo necesario con sus clientes, no quería que la tentación lo venciera y mató las horas sumergido en sus deberes para no permitirle a su cerebro pensar en ella. Llegando incluso a apagar su celular para no sucumbir ante la tentación de llamarla.
Lo que si no pudo evitar solicitar que llamaran al aeropuerto y cerciorarse que había llegado bien.

Lucero entro a los estudios de la empresa pasadas las 2 de la tarde. Iba vestida de manera informal, jeans y una camiseta amarilla. Llevaba prisa pues la cita con el hijo de su amigo Eugenio era a las 2 en punto. Varias personas la saludaron al pasar y ella les devolvió el saludo pero no se detuvo.

Mientras caminaba la asaltó un pensamiento "voy a bailar" sabia hacerlo pero el problema era que hacia mucho que no lo hacia y se sentía algo nerviosa, no por el baile en si sino porque no quería hacer un papelón con su acompañante.

Estaba algo ansiosa mientras caminaba y mientras caminaba otro pensamiento le lleno el cerebro y le dejó una desazón más aguda que la anterior.
Fernando...

No la había mandado a recoger al aeropuerto. Ella sabia que no era prudente que el la fuera a recibir, pero, ni siquiera la había llamado.
No era que eso la preocupara en realidad pero si le dejaba cierto saborcito desagradable en la boca.
Decidió que no pensaría más en eso. Seguramente el tendría un buen motivo para no haber aparecido. Con este pensamiento entro al espacio donde ya la esperaban.

Las horas transcurrieron y todo salio a la perfección. Lucero condujo el programa como solo ella sabía hacerlo y luego ataviada con un hermoso vestido que dejaba al aire sus piernas deleito al público con un baile en el que su pareja la levanto por los aires en un rítmico movimiento. Todos aplaudieron y ella estaba feliz...casi

Al terminar el evento se marcho al camerino y se dejo caer en el asiento frente al espejo. Cerró los ojos un instante y sin querer una imagen se filtro en sus pensamientos. Un hombre de anchos hombros y hermosa sonrisa. Un hombre al que amaba con toda el alma. Un hombre que la estaba martirizando con su ausencia y su silencio.

Y esta vez no la fue a ver al camerino.
No la mandó a buscar con nadie.
No la secuestró.

Lucero salió de los estudios y se fue a su hotel. Una vez en su habitación se puso a hacer lo que mas le agradaba. Hablar por Twitter con sus fans. Eso siempre la animaba pues le brindaban cariño y apoyo incondicional, ella sonreía con los comentarios que le hacían de su relación con Fer, sus fans eran sus confidentes y a quienes podía decirles lo que sentía sin temor. Ellos se habían dado cuenta de lo que pasaba y, aunque ella no podía revelarles la verdad, disfrutaba dejándoles mensajes que contenían claves para decirles de algún modo que estaban en lo cierto.

Varias le dedicaron sus canciones y otras le mostraron videos que ella vio sin descanso durante horas.
Solo que ese día los mensajes no la animaron, sino que surtieron el efecto contrario. Le recordaron a Fer y su ausencia. Le dolía su silencio y mas le dolía el hecho de que no sabia el porque de su actitud.
Escribió el último mensaje y los mando a dormir como hacia todas las noches. Apago la computadora y se acostó en posición fetal. Y allí, en silencio, dejo que sus lágrimas bañaran sus mejillas.

Fernando entró a la oficina de su empresa de Miami. Llevaba el rostro serio y el paro firme. Trabajo y disciplina eran su carta de presentación y a eso iba. Al abrir la puerta se encontró de frente con un colega actor mexicano.
Marcelo estaba sentado y al ver a Fer se puso de pie y le tendió la mano

--Como estas Fernando?—Fer le estrecho la mano
--Muy bien Marcelo
Ambos hombres se sentaron.
--que haces en Miami?
--estoy de vacaciones
--Y que te trae por acá? Digo si estas de vacaciones
--Es que vine a conversar contigo de un asunto
--Asunto?—Fernando lo miró intrigado—Que asunto?
--Quiero comprar una casa
--Y quieres hacerlo a través de mi empresa?
--Si
--Y eso?
--Tengo intenciones de establecerme acá

Fernando sonrío de lado y miro al hombre sentado frente a el. No eran exactamente amigos pero lo conocía lo suficiente para saber que eso de "establecerse" no indicaba que fuera a sentar la cabeza. Aun así no pudo evitar preguntar
--Alguna dama de por medio?
Marcelo soltó la carcajada
--No hombre ni loco! Aunque hay una por ahí que...—Fernando no era muy dado al chisme y no le gustaba provocarlo, aun así, guardo silencio para dejarlo continuar—es una mujer que me trae arrastrando la cobija desde hace tiempo pero es que ahora esta sencillamente divina.

--desde hace tiempo? Desde cuando?
--Desde que hicimos Alborada
Una vocecita de alarma le dijo a Fer "no preguntes" pero claro, no le hizo caso
--Quien es?
Marcelo se echo hacia delante en su asiento y casi sin pretenderlo le soltó a quemarropa.
--Lucerito
A Fernando le zumbaron los oídos tanto como si le hubieran reventado un cohete en los tímpanos.
--ah si?
--Si
Fernando se mordió el labio. Aguantó un segundo la respiración y casi imploro al cielo que le diera fuerzas para no preguntar pero fue inútil
--Y ella...te corresponde?
El hombre pareció dudarlo un instante pero al final le dijo
--No por el momento, pero eso es porque no le he dicho nada. Estoy esperando a que sea libre.
Fernando estaba lívido. No sentía la sangre correr por sus venas y estaba seguro que Marcelo se daría cuenta
--Y si te rechaza?
--Y si no? Además ayer la vi en el evento de New York y estaba hermosa. Con vestido que mostraba esas hermosas piernas que me tren loco.
En ese instante Fer decidió que ya había sido suficiente, lo último que necesitaba era oír de la boca de otro hombre lo divinas que eran piernas de Lucero.
--Fue bueno saludarte—Fer se puso de pie pero acabo de recordar que tengo una junta con unos clientes en media hora y ya voy retrasado
Marcelo lo miro como si fuera un extraterrestre
--Y nuestro negocio?
--Llama a mi secretaria y pídele toda la información de lo que ofrecemos después nos reunimos y tratamos los detalles.
Y salio de la oficina dejando a Marcelo con la boca abierta.

"Almas Gemelas" Lucero y FernandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora