él volco mi vida

Jacks

Esto era una jodida mierda, me aburría mogollón, llevábamos solo 12 horas en Londres y ya me estaba arrepintiendo, tom no me dejaba hacer nada sola, temía que me pusiera pasar algo, y tampoco me dejaba tocar nada, "(t/n) prohibido tocar nada del show y menos las guitarras" me dijo nada más llegar al lugar del concierto; así que llevaba siempre conmigo a su guardaespaldas Saky siempre que ellos no lo necesitaran como ahora, que tenían una entrevista en su camerino y yo estoy esperando fuera con Saky sin quitarme ojo.

-no me voy a ir a ningún lado.- le aseguré.

- no puedo arriesgarme otra vez...- yo asentí, que estuviera tan pendiente de mí en parte es mi culpa, por irme de paseo sin avisar y preocupando a todo el mundo después de que tom me prohibiera hacerlo.- eres realmente escurridiza. – miraba mis pies mientras los balanceaba adelante y atrás, miré el reloj, solo había pasado un par de minutos desde la última vez que lo miré pero parecía que habían sido horas y me estaba desesperando de tanto esperar.

- no puedo salir a la calle pero por aquí sí puedo ir sola ¿no?

- mientras no salgas del edificio a mí me vale.- bien, no podía salir pero este edificio era muy grande, podía investigar el mejor lugar para ver el concierto y también podía estar con los del staff así no estaría sola porque Saky era tan callado y recto que me ponía histérica.- pero (t/n), no salgas por favor.- me rogó Saky acercándose a mí, era realmente alto, me sacaba como dos cabezas.

-está bien...- acabé cediendo, no quería meter a Saky en problemas con la banda y mucho menos quería que tom me sermoneara de nuevo, ¿pero quién se creía? Que era mi pareja no mi padre y ni mi padre me controlaba tanto; pensaba mientras caminaba por los pasillos, todos estaban llenos de cajas enormes con el logo de Tokio Hotel dibujado, me pregunto que habrá en ellas, ¿la batería de Gustav? Me encantaría saber tocar la batería, le tengo que decir a Gustav que me enseñe; tom ha intentado enseñarme cosas de programación y cosas de esas pero ni él tiene paciencia suficiente ni a mí me interesa demasiado.

Por aquí la gente parecía realmente apurada, todos caminaban de un lado al otro empujando las cajas y nadie miraba a su alrededor, nadie me prestaba atención, solo me saludaban cordialmente y seguían con lo que estaban haciendo por mucho que yo les siguiera hablando y quisiera entablar una conversación ¡me estaba desesperando! Y cuando me desesperaba se me olvidaba las prohibiciones... ¿y que me habían prohibido? No tocar nada...

-con que ahí es...- dije al ver detrás de unas cortinas un montón de luces justo en el momento que un hombre salió, ¿debería o no debería?, ¡bah! Miré a todos lados y cuando nadie miraba abrí las cortinas y pasé dentro... ¡vaya! ¡Es genial! Pensé al ver todas esas luces de tantos colores revoloteando, si ahora impresionaba no quería imaginarme como seria cuando los chicos estuvieran ahí arriba, cuando Bill estrenara su nuevo vestuario que por cierto no había querido enseñarme alegando que si era una fan lo era para todo y debía esperarme como las demás. De un brinco subí al escenario, de momento estaba pasando desapercibida, nadie se había dado cuenta de que estaba allí, pero tampoco me asombraba, nadie se había dado cuenta de mi presencia desde que aterrizamos pensé y me encogí de hombros; me acerque a los instrumentos primero a las guitarras de tom, si me viera se iba a poner hecho una fiera, después toque el bajo de Georg, sin duda su nuevo bajo era muy bonito todo transparente; caminé por el escenario hasta colocarme delante del micrófono de Bill y miré todo el espacio vacío delante de mí y que dentro de unos horas se llenaría de fans, de pequeña yo también soñé con llenar sitios como este pero ese era uno de mis sueños truncados, al menos de momento; Llegué a la batería de Gustav y me senté delante, sin duda era enorme, con razón necesitaba a tres tíos para montarla, con cuidado pisé el pedal del bombo y sonreí, ya de estar aquí podía probarla... cogí las baquetas con las manos y sin saber muy bien comencé a golpear los tambores y los platillos, sin seguir ningún ritmo, intente crear una melodía pero todo sonaba realmente mal.