capitulo 5

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Veinte minutos después de estar manejando en completo silencio, llegamos a un restoran que es uno de mis favoritos...  No voy muy a menudo pero cuando lo hago disfruto mucho el ambiente relajado y tranquilo del lugar. Sin contar con que hacen una de las mejores lasañas de todo el país. 
Bajamos del coche e ingresamos...  Un mozo se acerca y me saluda muy cordial.

- Señor Cuevas, que gusto tenerlo por aquí nuevamente. 
- Paolo como estas?

Respondo con simpleza estrechando la mano que me ofrece.  y acto seguido dirijo mis manos a los hombros de Isabella ayudándola a quitarse la chaqueta de cuero.  Mis dedos rozan por accidente la piel desnuda de sus brazos y puedo sentir como todo su cuerpo se tensa por completo provocando un casi imperceptible temblor...
Pese a todo lo que le ha ocurrido y lo desmejorada que obviamente esta, su belleza natural y su estilo delicado no deja de hacerla resaltar.
Su atuendo de el día laboral funciona perfecto con este restoran de ambiente casual e intimo.
Una falda gris larga hasta los tobillos y pegada perfecta a las curvas de su cuerpo, tacones no muy altos y una blusa sin mangas y cuello alto color negra y ajustada también al contorno de su cuerpo. .
Una sensación de éxtasis y extraña ansiedad me invade al verla así de forma tan simple vestida y a la vez tan cautivadora y atrayente.  La voz de Paolo enseguida hace que salga del trance en que me ha sumergido esa mujer sin siquiera darse cuenta.

- Muy bien señor gracias, desea la mesa de siempre? 
- Si por favor Paolo. 
- Con gusto señor.  Si me acompañan entonces... 

Dice haciendo un ademán con su mano para que le sigamos al ala este del lugar... 
Es una parte más privada que tiene una vista espectacular de la costa... 
Nos sentamos uno frente del otro y la mirada de Isabella se pierde en el océano nocturno. 

- Les puedo ofrecer algo de tomar mientras ven la carta? 
- Si Paolo,  para mi una copa de brandy. Y para la señorita... 

Me detengo esperando que Isabella responda ella misma lo que desea. 

- Lo siento,  vino blanco por favor...
- Enseguida se los traigo, con su permiso. 

Dice Paolo sonriendo con amabilidad.
La observo unos segundos mientras recoge de forma delicada un poco su cabello. 

- No sabía que te gustaba el vino blanco.

Posa sus ojos en los míos y se encoje de hombros al responder... 

- Mi abuelo tenía un viñedo en Italia...  Pasé muchos veranos ahí, no suelo tomar demasiado pero si lo hago es mi preferencia el vino blanco. 
- Valla, no sabía que conocías Italia también.
- Nací ahí,  pero mis padres se radicaron aquí cuando cumplí los ocho.
- Eres italiana? No tenía idea... 

Se encoje de hombros una vez más y queda en silencio cuando Paolo trae lo que solicitamos...

- Gracias Paolo... 
- Un gusto señor, desean ordenar ahora o les doy unos momentos más... 
-  Cual es la especialidad de hoy Paolo? 
- Lasaña señor... 
- Perfecto...  Lasaña te parece bien Isabella? 

Pregunto observando sus delicadas facciones... 
Afirma solo con un movimiento de cabeza y vuelve a perder la vista en el océano. 

- Lasaña para dos Paolo, gracias. 
- Excelente elección señor. Con su permiso. 

Una vez más solos siento la incontenible necesidad de hacerla hablar...  De lo que sea,  no me importa.  Solo quiero que hable, que se relaje, toda esta tensión que nos envuelve me volverá completamente loco.  Entiendo lo que le pasa,  se el motivo y se que la destruye por dentro...  Pero callo seis meses todo esto y trago todo su dolor...  Es hora de que lo saque de adentro y vuelva a ser la mujer que conocí. Aquella que traspasaba cualquier barrera impuesta y lograba sus metas, la que jamás mostró temor ante nada ni nadie.  Alegre y pasional,  territorial si se quiere. 

- Isabella.  Creo que tendré que aceptar el viajar a superbisar el proyecto en Londres. 

Eso hace que su mirada se torne menos cerrada, se que ama hablar de trabajo y este proyecto es muy bueno como para perderlo, no tanto por los beneficios economicos, sino más que nada por lo que significará esa construcción para los niños desamparados en Londres. 

- Lo se señor...  Y de verdad lamento que esto suceda por mi error...
- En primera no estamos en la empresa, por favor no me digas señor. Y en segunda no tienes por que sentirlo,  todo se resolverá.
- Eso espero Ivan...
- Ya verás que todo saldrá como debe, ahora necesito de tu ayuda para organizarlo todo. 
- Claro señor,  no lo dude.  Me encargaré de que su estadía en Londres sea la más productiva.
- Querrás decir nuestra estadía. 

Sus ojos se clavan sorprendidos en los míos y por un segundo tengo que contener la risa ante su expresión desorientada por lo que digo. 

- Disculpa Ivan...  Pero que es lo que dices?  Como nuestra estadía? 
- Exactamente lo que escuchaste. No puedo viajar a Londres por tanto tiempo y dejar todo aquí a la deriva. 
- Si soy honesta sigo sin comprender Ivan. 
- Deja te explico.  Hace tiempo que el estatus de la empresa aquí ha dejado de ser lo que era. Si bien seguimos posicionados como los mejores esta estancado.  Por eso creo que trasladar la ubicación principal de la empresa a Londres en este momento es lo mejor.
- Y que pasará con todos los empleados? 
- Estarán bien,  todos serán reubicados en las distintas dependencias de el país a su mayor comodidad.  Mientras tu y yo estamos fuera del país Exequias  se encargará de la construcción de las nuevas oficinas. 
- Pero yo que voy a hacer en Londres? 
- Lo mismo que aquí.  Necesito de todo tu conocimiento en el proyecto y de tu agilidad para adelantarte a posibles inconvenientes. Además de todo el trabajo que de por si tenemos y que tu manejas a la perfección.
- Yo no se si sea adecuado Ivan, después de todo por mi causa se complico el proyecto en este momento...
- Isabella. Se que tu eres una mujer más que calificada para lo que requiero y pese a la falla que tuviste hoy, soy más que conciente que eres la persona correcta y perfecta para cumplir con el trabajo.  Además creo el cambiar un poco de aire y alejarte un tiempo de aquí te vendrá bien...
- De verdad quieres que te ayude en Londres?  O lo haces solo por lastima por lo ocurrido? 

Pregunta con algo de vergüenza en su voz. 

- Isabella,  no voy a mentirte.  Es cierto que pienso que con todo lo que has pasado lo mejor es que estes un tiempo fuera del país.  Pero el motivo principal es que de verdad sé que eres la mejor en lo que haces,  de eso jamás dudaría. Aquí los recuerdos y todo lo ocurrido te esta impidiendo continuar.  Creo que instalarte en Londres te ayudará a sobre ponerte de todo esto. Solo piensa lo si? puedes darme una respuesta para el viernes. 
- Esta bien... Lo pensaré.
- Genial,  ahora dime algo... Conocías este lugar? 

Pregunto intentando aligerar un poco el aire espeso que nos rodeó de pronto... 
Cuando la cena se nos ha servido continuamos una breve charla sobre el proyecto y asuntos que no nos lleven a ese desagradable tema.  No es que yo no quiera que hable de eso, pero presionar o escarbar más hondo en la herida no la hará sentirse mejor...
Entre algunos pendientes que teníamos que hablar sobre otros proyectos y alguna charla simple sobre cosas del proyecto de Londres han transcurrido dos horas y media en las que si bien se que esta decaída al menos ha olvidado un poco la situación de hoy en la mañana. 
Paolo trae la cuenta y ella insiste en pagar la mitad lo que genero que durante una hora más permanezcamos en el lugar y entre copas discutamos un poco sobre la igualdad de la mujer y que una cena puede ser pagada tanto por el hombre o la mujer o lisamente compartida la cuenta.
Me causa gracia su modo de pensar pero de todas formas gano la discusión y pago por la cena...
La llevo a su casa sumidos en un completo silencio, pero no lo siento tan incomodo como antes...
Al llegar estaciono y desciendo rodeando el auto para abrir su puerta.

- Muchas gracias Ivan,  de verdad... 

Dice clavando sus ojos grises en los míos con algo de pena reflejada.

- Por nada Isabella.  Piensa en lo de el viaje y mañana no quiero verte en la oficina antes de las 11 am.  Un chofer pasará a buscarte.
- Ivan no te molestes no hace falta,  además hay pendientes en la oficina. 
- No lo discutiré Isabella.  No antes de las 11 am,  y el chofer pasará por ti y te llevará donde necesites de ahora en adelante hasta que detengan a... 

Y antes de que pudiera terminar de hablar se abalanza llorando a mi y me abraza cargada de temor e inseguridad...

Tus ojos Mis Grilletes...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora