Capitulo 40

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Eso fue todo lo que le hizo falta a Iván... 
No importaba nada ya. Esa joven mujer frente a el era todo lo que le hacía falta para sentir su mundo revivir,  ese pequeño una nueva razón para existir... 
Los amaba...  Los amaba irremediablemente y no deseaba no hacerlo. 
No corto la conexión de sus miradas...
Estudiando el interior de sus almas...
Se acercó lento, midiendo las reacciones de la joven entre sus brazos..  
Su aroma de pronto lo embriago,  dio un vuelco el corazón sintiéndolo rugir dentro de el...
Reclamando lo que ya era suyo. 
Diluyó la distancia entre los dos uniendo por fin sus labios a los de ella...  Su aroma embargo todo su ser, su sabor se enterró hasta los huesos...
Su lengua se adentró en la boca  temblorosa de la chica y perdió todo dejo de cordura, enterró los dedos en su cintura y la apego más a su cuerpo... 
La sintió gemir sobre su boca y sus manos tomar el cuello profundizando aún con temor aquel ansioso beso. 
No dudó un solo segundo más... 
Aferró con fiereza la delicada cintura y la elevo haciendo que la chica enredarse las piernas a sus caderas, haciendo que gimiera sobre sus labios, rugió y avanzó ansioso, con ella a horcajadas. Subió las escaleras de aquella casa,  sujetando los muslos de aquella sublime mujer para que no cayera...
No pensaba en nada más que ese sabor trastornando exquisito todo su ser. 
Al llegar a la puerta de una alcoba se detuvo de pronto,  miró los ojos rasgados de Isabella y rozo en una dulce caricia cargada de melancolía sus delicadas facciones...
Abrió con ella aún a horcajadas y sujeta a su cuello para no caer,  miró directo la cama...  
Su hijo ahí dormía de forma plasida... 
Busco otra vez los grises ojos de la chica, suspiro complacido al saberla ansiosa, volvió a besarle con renovanada ansia mientras cerraba la puerta con cuidado de no despertar al pequeño ...
Dos  pasos hacía el frente y la recargo contra la pared frente a el,  sin volver a liberar su boca...  Tanteo la perilla de la puerta y abrió sin más.  Giro con ella adentrándose en su alcoba. Cuándo sintió en sus pies el borde de la cama la deslizó con cuidado hasta el piso...
La miro embelezado,  acariciando su mejilla... 
La chica soltó un suspiro que lo noqueo de forma irremediable...
Llevo de forma pausada las manos hasta su cuello deslizando la larga chaqueta de cuero blanco y dejándola caer al suelo.
Isabella se sentía algo turbada,  mareada por todo lo que aquel hombre despertaba en ella... 
Con temor llevo sus manos al pecho de el descendiendo hasta su cintura,  subió de forma lenta el jersey que traía puesto y lo quito.
Iván preso de deseo volvió con renovadas ansias a sujetarla.  Beso sus labios y aparto de prisa la polera de Isabella , necesitaba ver su piel desnuda..  
Sentir el calor aniquilante de ese cuerpo de mujer. Ese que evocaba cada maldita noche durante la dolorosa soledad de los años  transcurridos. 
Llevo con calma la yema de sus dedos a su vientre,  sintiendo como su piel se estremecía ante el tacto. 
Se quitó de prisa la camiseta de cuello alto dejando el torso descubierto.  La chica le miró en detalle algún par de segundos cargando con dificultad sus pulmones de el denso aire. 
La tomó en brazos y rodeó la cama,  recostó con cuidado ese cuerpo que lo embrujo desde el primer segundo en que la tubo. Volvió a mirar su figura y recargo su cuerpo junto al de ella... 
Quería poseer todo su ser,  pero no tenía prisa...  Quería disfrutar cada condenado segundo...
Su mente evocó sin quererlo el recuerdo de la primera vez que la hizo suya y todo el tiempo desapareció...
Rozando de forma serena con los labios su boca,  fue bajando humedeciendo la piel de aquella mujer... 
Sintió erizar su piel con solo ese simple rose húmedo, detuvo su paseo en sus apetitosos senos y la miro un segundo antes de arrancar el bra de encaje color rojo intenso liberando esos pechos que lo traían ciego de lujuria... Lamió con cargada tortura cada uno y estrujava el otro.  Isabella se sentía perdida ya de deseo,  sentía las manos de Iván quemar deliciosa la piel que rozaba...
  Trato de contener sus gemidos ahogados al darse cuenta que su boca viajaba al sur... 
Las manos masculinas pronto quitaron el negro pantalón ajustado que vestía, las botas te taco aguja salieron primero,  luego sintió como las bragas se deslizaban por la piel de sus piernas y acto seguido la tibia lengua de Iván paseaba por sus caderas hacia su intimidad... 
Sintió las ansias invadir todo su ser en cuando aquella ardiente invasión en su intimidad comenzó de forma lenta... 
Todo su cuerpo tembló incontenible... 
Aferró las sabanas intentando contener las sensaciones...
Gimió...  Intento  no ser tan evidente, pero otro gemido escapó de sus labios provocando que la lengua de Iván paseará más frenética entre sus piernas elevando la temperatura de su piel. 

- Iván... 

Su voz lánguida, ansiosa... Incluso quebrada
Un gemido exquisito salió de aquellos labios que el adoraba y enseguida la humedad...
Saberla en la cumbre del placer con solo su lengua lo éxito infernalmente. Su piel sensible al máximo...
Se quitó pronto el resto de su ropa y se colocó justo sobre ella... 
La observo apacionado por esos ojos grises irradiando deseo y se adentró despacio en su ser liberando al unísono un gemido imposible de comparar... 
La chica gimió extasiada ante esa soñada intrusión, enterró las uñas en la espalda hirviendo de Iván, y las deslizo mientras este embestía de forma magistral su cuerpo...
Ardía de deseo, busco su boca y se enterró en ella más frenético...
Giro enterrado en ella dejándola sobre su cuerpo...
Se movían de forma rítmica , entrelazo sus dedos acelerando cada vez más las embestidas, los cuerpos hervían...
Iván la besaba con feroz pasión y ella liberaba gemidos más que cargados de un placer extremo...

- Dios!  Te amo bella... 

Gruño Iván enterrándose hasta el fondo en ella y sujetando con fuerza la cintura, dejándose librar el clímax al mismo tiempo que ella explotaba temblorosa, con la piel más que sensible sobre el...
Con la respiración entre cortada, los cuerpos húmedos de ambos se sintieron en la cúspide...
Isabella ahogo un pequeño grito de placer aferrando con fuerza el cuello de aquel hombre que la volvía completamente loca de deseo con solo verlo. Sintió la fuerza de Iván sujetar su cuerpo y tembló con claro placer.

- Te extrañe tanto...

Le escucho decir en un suspiro complacida sobre su oído, acaricio su espalda y recargo la suya sobre las almohadas...
El corazón bombeaba aún con fuerza mientras la veía ir cayendo en su mundo de ensueños.

- Te amo Isabella...

Dijo de forma calmada y la chica solo suspiro lánguida quedando profundamente dormida sobre su torso desnudo.

Tus ojos Mis Grilletes...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora